Redacción/CDMX
“Todo, en todas partes, al mismo tiempo”, es el enfoque que se necesita para la acción climática a decir del secretario de la Naciones Unidas, Antonio Guterres.
Y es que el nuevo informe presentado por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU, advierte que solo una reducción rápida en el uso de combustibles fósiles y reducciones profundas en las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores podrían evitar lo peor del cambio climático.
Para ello, sería necesario eliminar el CO2 del aire, pero no se han probado métodos tecnológicos a escala.
Uno de ellos es la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono, aquí se cultivan árboles para capturar CO2 antes de ser quemados en una planta para obtener energía.
Las emisiones resultantes serían almacenadas permanentemente bajo tierra.
Otra posibilidad es capturarlo directamente del aire a través de máquinas, y almacenarlo bajo tierra.
También, se puede usar biocarbón para eliminar CO2 que implicaría el uso de biomasa, como árboles o materia vegetal, que ha capturado carbono mientras crece, siendo calentada, en ausencia de oxígeno, para producir una sustancia negra similar al carbón .
Este biocarbón se puede agregar a los suelos, en teoría, bloqueando el carbono.
Otra opción, sería la erosión de las rocas como una forma de eliminar CO2 de la atmósfera, y sería necesario esparcir grandes cantidades de roca de silicato finamente molida, como el basalto, en un esfuerzo por imitar la erosión natural de la roca, lo que eventualmente llevaría a que el CO2 quedara atrapado en el océano como bicarbonato o encerrado en el fondo del mar.
Además, agregar materiales alcalinos al océano, como rocas de silicato o carbonato, para aumentar la cantidad de CO2 que absorbe.
Pero, estos métodos no son garantía porque:
Si se intenta restaurar ecosistemas a través de árboles, y por el aumento de las temperaturas esto no resulta permanente, el CO2 terminará regresando a la atmósfera.
La alcalinización y fertilización de los océanos son riesgosas para el medio ambiente marino.
El despliegue de bioenergía requeriría dedicar enormes áreas de tierra a cultivos bioenergéticos, lo que pondría en peligro los sistemas alimentarios y la conservación de los ecosistemas.
Pulverizar rocas para mejorar la meteorización de rocas también usaría mucha energía y sería costoso.
Así que, lamentablemente reparar el daño del CO2 utilizando métodos que son mucho más difíciles y arriesgados parece casi imposible, cuando lo mejor hubiera sido detener las emisiones.
(Con información de BBC Mundo)