Redacción/CDMX
Este año se conmemorarán ocho décadas de la asombrosa historia de sobrevivencia de un grupo de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
A finales de 1943, la ciudad de Roma, Italia, fue ocupada por las tropas de la Alemania nazi tras el derrocamiento de su aliado Benito Mussolini.
Luego de tomar la ciudad, el ejército alemán inició una cacería contra la comunidad judía, que hasta entonces se había salvado de la persecución y aniquilamiento ocurrido en otras zonas de Europa.
Para evitar ser deportados a los temidos campos de concentración, muchos judíos se refugiaron con vecinos, pero sobre todo en iglesias, monasterios, conventos y hasta en hospitales administrados por la Iglesia Católica.
El 16 de octubre de 1943, soldados alemanes se lanzaron sobre el gueto judío que se encontraba a solo tres kilómetros del Vaticano y comenzaron a apresar a hombres, mujeres y niños, capturando a más de un millar.
Los nazis no tardaron en llegar al hospital San Juan Calibita, el entonces director del hospital , Giovanni Borromeo (un ferviente católico con buenos contactos en la santa sede), los recibió y se ofreció a mostrarles el recinto a los uniformados.
Sin embargo, al llegar a una sala les advirtió que allí había personas aisladas por presentar los síntomas de una extraña y peligrosa enfermedad que apenas estaban investigando.
Borromeo le dijo a los alemanes que se trataba del síndrome K, un padecimiento altamente contagioso que afectaba el sistema neurológico y acarreaba la muerte.
«Lo llamamos K por el comandante (Albert) Kesselring (responsable de la ocupación de Italia): los nazis pensaron que era cáncer o tuberculosis y huyeron como conejos», afirmó el médico Vittorio Sacerdoti a la BBC en 2004.
Sacerdoti fue, junto a Borromeo y el también médico y antifascista italiano Adriano Ossicini, autor intelectual del engaño que permitió salvar de una muerte segura a decenas de judíos.
También existen versiones que aseguran que la K con la que fue bautizada la enfermedad ficticia era también por Herbert Kappler, jefe de las temidas SS en Roma, aunque otros expertos ofrecen unas explicaciones distintas.
«A la enfermedad la bautizaron síndrome K para que hacer una aproximación a la enfermedad de Koch (la tuberculosis) que estaba causando muchos problemas a las tropas de Hitler en Hungría y en Polonia en ese tiempo», explicó a BBC Mundo el escritor y sacerdote español Jesús Sánchez Adalid.
¿Los nazis dieron por buena esa historia? «Los alemanes enviaron médicos al hospital para corroborar la versión de la enfermedad, pero se conformaron con las explicaciones de los médicos italianos. Capaz el miedo a contagiarse o el simple hecho de no querer perder tiempo en un hospital lleno de enfermos los hizo caer en el engaño», explicó Sánchez Adalid.
En mayo de 1944 las tropas nazis regresaron al hospital y lo inspeccionaron, sin embargo, al pasar por la sala donde estaban los judíos aislados y al escucharlos toser se pasaron de largo.
Un mes después fuerzas aliadas liberaron Roma y los supuestos pacientes que quedaban en el hospital fueron dados de alta.
(Con información de BBC NEWS MUNDO)