Redacción/CDMX
A fin de mostrar el papel jerárquico de las mujeres mixtecas desde el periodo Posclásico (900-1522 d.C.) artesanas y especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reprodujo el traje de la princesa 6 Mono o Ñuñuu, heredera del señorío de Jaltepec, durante el siglo XI.
El atuendo, explicó el INAH, se realizó teniendo como base la arqueología vivencial, en la cual se reproduce un objeto a partir del estudio iconográfico de manuscritos.
El trabajo tiene como objeto la divulgación científica y echar por tierra arquetipos que asocian lo femenino solamente con aspectos domésticos durante la época precolombina.
La recreación estuvo a cargo del investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, Daniel Santos Hipólito, el etnohistoriador del Grupo Atlatl México, José Antonio Carmona y las tejedoras Cristina y Victoria Aguilar Rojas.
La cantante Edith Aparicio Martínez es quien modeló la recreación.
La princesa 6 Mono, cuyo nombre deriva de la calendárica del día de su nacimiento, fue la última hija de la señora 9 Viento y el señor 10 Águila, nació en 1073 d.C.
Pero debido a que sus hermanos fueron sacrificados, ella quedó como única heredera del yuhui tayu, o señorío de Jaltepec, posteriormente la llamarían dzico yecu o Quechequemitl de Guerra, gracias a sus victorias en combates.
Según el arqueólogo Daniel Santos, no se han encontrado representaciones cerámicas de esta mujer, pero sí en pieles sagradas llamadas ñee ñuhu, o en códices.
Y detalla que para recrear la vestimenta utilizó los códices Nautall, Selden, Colombino y Bodley, en los que es representada como gobernante y guerrera, con un tocado trenzado, orejeras, hupil, falda, Quechquemitl (blusa) de serpiente o de guerra y su nombre calendárico.
José Antonio Casanova, quien ha participado en montajes como el de los guerreros del Monte Tláloc, en 2016, asegura que 6 Mono también aparece en distintas escenas pictofráficas, portando muñequeras, collares y armamento bélico.
La confección del traje, a cargo de Cristina y Victoria Aguilar tardó seis meses mediante el uso del telar de cintura.
(Con información de El Sol de México)