Redacción/CDMX
Un grupo de investigadores logró desarrollar un robot que es capaz de cambiar de forma entre los estados líquido y sólido y avanzar en entornos complicados sin comprometer su fuerza de desplazamiento.
Para demostrar su capacidad, filmaron al robot escapando de una miniprisión al cambiar su cuerpo de sólido a líquido.
Fue un logro del equipo dirigido por Chengfeng Pan, de la Universidad de China en Hong Kong.
Sí, esto nos recuerda a la segunda parte de la película Terminator, donde el robot que persigue a John Connor, futuro líder de la resistencia contra el dominio de las máquinas, pero seguramente su uso a corto plazo puede ser una bendición para la ciencia médica.
El robot cambia de estado bajo la influencia de un campo magnético, lo que los autores llaman una “máquina de transición de fase sólido-líquido magnetoactiva”.
Para esto necesitan que el metal se vuelva líquido cerca de la temperatura ambiente.
Las condiciones del mercurio para solidificarse son demasiado frías y la mayoría de los otros metales requieren demasiado calor para licuarse, sin embargo, el galio cumple los requisitos con un punto de fusión de solo 29.8 C.
De acuerdo al profesor Carmel Majidi de la Universidad Carnegie Mellon, al galio se le agregaron micropartículas magnéticas de neodimio-hierro-boro porque hacen que el material responda a un campo magnético alterno.
De esa forma, a través de la inducción, calentar el material y provocar el cambio de fase.
La inducción calentó el galio de 25 a 35 C pero las partículas magnéticas también dan a los robots movilidad y la capacidad de moverse en respuesta al campo magnético.
El pequeño objeto puede saltar fosos de 21 milímetros y trepar paredes cuando está sólido, además subdividirse para sortear objetos antes de volver a unirse cuando regresa a estado líquido, exactamente como el maloso T 1000 de la saga de James Cameron.
Según Pan, para ser utilizado dentro del cuerpo humano, deberá buscarse un metal con un punto de fusión más alto que el del galio, debido a la temperatura del cuerpo humano, además, el cambio de fase lleva más tiempo en los líquidos que en el aire que es donde pierde calor más rápido.
(Con información de Gizmodo)