La sequía habría provocado la caída de Roma

Redacción/CDMX

Un estudio publicado por Journal of Roman Archealogy sostiene que las sequías extremas entre los años 430-450 de a era cristiana alteraron el modo de vida en las provincias del Danubio.

Los hunos emigraron hacia el oeste vía Eurasia, cambiaron agricultura por pastoreo y se convirtieron en violentos asaltantes del Imperio Romano en respuesta a la sequía en la actual Hungría.

Las sequías obligaron a los pueblos hunos a adoptar otras formas para “amortiguar los graves problemas económicos”.

Los hunos eran comandados por Atila.

La conclusión se da tras evaluar una nueva reconstrucción hidroclimática basada en los anillos de árboles, así como pruebas arqueológicas.

Las incursiones de los hunos en Europa central y oriental de los siglos IV y V d.C. se consideran desde hace tiempo la crisis inicial que provocó las “grandes migraciones” de tribus bárbaras, que condujeron a la caída del imperio romano.

Aunque no está claro de dónde procedían los hunos ni cuál fue su impacto en las provincias romanas tardías.

Lo que revelan los anillos de los árboles proporcionan información sobre los cambios anuales del clima en los últimos 2000 años.

Lo cual demuestra que Hungría tuvo episodios de veranos inusualmente secos en los siglos IV y V con fluctuaciones climáticas, en los periodos de sequía entre el 420 y el 450 de nuestra era.

Esto habría reducido el rendimiento de los cultivos y los pastos para los animales, más allá de las llanuras aluviales del Danubio y el Tisza.

Los datos que revelan los anillos es que los periodos de sequía coinciden con una intensificación de la actividad de incursión en la región.

Se encontró que algunos pueblos hunos cambiaron radicalmente su organización social y política para convertirse en violentos incursores.

Así que, los ataques hunos a la frontera romana se intensificaron tras la llegada al poder de Atila a finales de la década de 430.

Los hunos exigían cada vez más pagos en oro y finalmente, una franja de territorio romano a lo largo del Danubio.

En 451, los hunos invadieron Galia y un año después el norte de Italia.

Tradicionalmente, los hunos han sido considerados bárbaros violentos movidos por una “sed infinita de oro”, pero el estudio refiere que esa imagen era promovida por los romanos, pero al parecer, la diplomacia entre romanos y hunos era muy compleja.

La datación señala que lo años 447, 451, y 451 coincidieron con veranos extremadamente secos en la cueca de los Cárpatos.

Así que el trastorno económico inducido por el clima puede haber obligado a Atila y a otros de alto rango a extraer oro de las provincias romanas para mantener las bandas de guerra y las lealtades entre las élites.

De tal forma que los antiguos pastores de animales a caballo parecen haberse convertido en asaltantes.

El estudio sugiere que el ataque de los hunos a Tracia e Ilírico en 442 y 447 habría sido para adquirir alimentos y ganado.

Se estima que Atila exigió una franja de tierra a lo largo del Danubio que pudo haber ofrecido mejores pastos en tiempos de sequía.

El estudio establece que las personas responden al estrés climático de forma compleja e impredecible y con consecuencias negativas a largo plazo.

(Con información de Crónica)