Cauduro creía que el arte podía ayudar a «desencriptar» el trauma del duelo colectivo en México

Redacción/CDMX

Rafael  Cauduro manifestaba una firme preocupación social, y lo llegó a plasmar a través de redes sociales, el último mensaje que subió a Facebook fue al terminar un recorrido por los murales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

“Su ciclo constituye una interesante estrategia artística entendida como intervención política, orientada a estimular una conciencia critica de oposición tanto al terror criminal, como y principalmente a la naturalización de la violencia ejercida por el Estado en nombre del orden”, apuntó.

También señalaba que además que “un clamor por la justicia”, es “una respuesta directa y creativa al trauma social, en nuestro caso al de la violencia en el México del siglo XXI. Que gracias a la imagen, pese a las numerosas paradojas y contradicciones del caso, nos permite llevar la voz de nuestro urgente clamor por la justicia al interior mismo de la Corte”.

El pasado 22 de noviembre también publicó: frente a la ola de violencia que envuelve a México desde hace ya muchos años, dramática situación agravada además por la política oficial de algunos gobiernos de minimización o de manipulación del alcance del terror con fines de control, resulta plausible afirmar que la sociedad mexicana vive una era postraumática que necesita, con urgencia, de la generación de vías de expresión que permitan la elaboración de los traumas sociales del trabajo del duelo colectivo.

El arte puede convertirse en un factor protagónico para comenzar a “desencriptar” el dolor del trauma y los afectos como el miedo y la culpa. Ligados a la parálisis o la inacción.

En otro mensaje, fechado el 18 de noviembre pasado, cuestionaba la intención del movimiento muralista mexicano de instalar obras en lugares públicos con el fin de democratizar la experiencia artística, pero el artista señalaba que quedaba claro que lo “público” de sus ubicaciones no siempre resultó ser recurso suficiente para garantizar su accesibilidad sino que en muchos casos resultaba un obstáculo.

Así que, refiriéndose al mural Un clamor por la justicia. Los siete crímenes mayores, que realizó en el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dijo que su mensaje no estaba dirigido a un público amplio urbano o comunitario sino a un público específico y restringido, es decir los jueces de la SCJN, pues tenían que recordar las consecuencias terribles que pueden tener las limitaciones del sistema judicial actual del que son parte protagónica.

Al referirse a la técnica del mural de la Corte expresó: La experiencia de transitar por el asfixiante espacio está reforzada por el uso de collage tridimensional combinado con el uso de una técnica hiperrealista virtuosa, que en conjunto da la ilusión de cualidades táctiles y especiales de los siniestros lugares delas distintas secciones, permitiendo al espectador experimentar la tenebrosa realidad de los crímenes mayores identificándolos con las víctimas como testigos.

En ese sentido, la obra nos da la sensación de estar viendo un mural, dentro de un mural, dentro de un mural. Y además, es indispensable reflexionar también ene le impacto memorable de estas imágenes violentas, que parecen multiplicarse indefinidamente a medida que se avanza, ya que esto  cataliza la traumática experiencia que se tiene de la violencia extrema sufrida cotidianamente.

(Con información de El Universal)