¿Podría recetarse el ejercicio físico como un nuevo “medicamento”?

Los médicos deberán conocer el entorno del paciente para «recetar» una actividad física

Redacción/CDMX

Sin duda sabemos que el ejercicio es algo esencial para el organismo.

Tiene el poder de reducir el riesgo de mortalidad en enfermedades como la cardiopatía isquémica, las enfermedades cerebrovasculares, o la hipertensión arterial.

Sin contar con el cáncer de colon y mama, la diabetes tipo 2, problemas metabólicos, obesidad, osteoporosis, sarcopenia, dependencia funcional, deterioro cognitivo, así como ansiedad y depresión y la lista podría continuar.

El sistema de salud británico (NHS) pondrá en marcha un estudio para comprobar cómo impacta en la salud de la población la prescripción del ejercicio físico.

La idea es que los médicos se encargarían de recetar deportes, dentro de un programa de “prescripción social” con la intención de disminuir la carga del sistema, es una buena estrategia, pero se sabe que el solo recetarlo no garantiza que se siga la instrucción y esto depende de muchas variables.

No está en debate los beneficios que el ejercicio causaría, lo que sí se pone sobre la mesa sería cuánto, cómo y de qué tipo sería el indicado prescribir para cada persona.

Puesto que cambiar un estilo de vida es complicado, se necesitaría hacer una evaluación a profundidad de los pacientes para saber qué recetarles y se cause un efecto positivo.

Los médicos, al desconocer el entorno del paciente, no saben si prescribirle ejercicio en bicicleta le sea posible por el lugar en donde vive o cualquier agente externo.

Es por esto por lo que hay iniciativas en España, como el proyecto “Salubrízate” donde la idea es poder sacar a los médicos de los centros de salud para que puedan conocer y comprobar los problemas de su entorno.

Una de sus impulsoras es Mercedes Hernández de la Asociación Galega de Medicina Familia e Comunitaria, quien dice que esta integración con asociaciones de vecinos y centros cívicos les ayuda a difundir las formaciones sobre nutrición, así como caminatas saludables.

El estudio del Reino Unido comenzará ese año y cuenta con un presupuesto de 12,7 millones de libras o sea unos 15 millones de euros, aunque el cambio de hábitos en los pacientes es complejo, se cree que este estudio podría ayudar mucho sacando nuevas conclusiones aplicables.

(Con información de El País)