A través de la compilación de diversos escritos dirigidos a su circulo más cercano, podemos adentrarnos a su vida, relación familiar, carrera como artista o su matrimonio con Diego Rivera
Alberto Aranda / Cuidad de México
La vida de Frida Kahlo en Coyoacán, su primer amor, su relación familiar, el accidente que tuvo, sus primeras incursiones en la pintura y posterior carrera, así como el matrimonio con Diego Rivera, fueron registrados por ella misma en las cartas que dirigió a varias personas; la primera edición de esta compilación la hizo Raquel Ttibol en 1999, ahora vuelven en una nueva publicación de Escrituras.
Esta nueva edición sacada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tiene prácticamente las mismas cartas de la cuarta edición, le agregamos una traducción que faltaba, nos dimos cuenta de que faltaba traducir un texto y está enriquecida por notas. Los herederos de Raquel Tibol nos ayudaron mucho, completaron notas de personajes que faltaban. Revisamos todas las traducciones de las cartas del inglés y la que tiene en húngaro y le agregamos un útil índice onomástico y un índice de apodos que creo ayudan mucho a la edición», mencionó Diego García del Gállego, coordinador del Programa Editorial de la Dirección General de Divulgación de las Humanidades de la UNAM.
Sus viajes a Estados Unidos y Europa, sus múltiples visitas a hospitales y médicos, y sus encuentros con grandes figuras del arte también son revelados por ella misma.
«Empieza en 1922, estamos a 100 años de que se empezó a escribir este libro y nos va llevando. Hay de pronto un gran hueco antes de San Francisco, hay un gran hueco que faltan cartas que por ahí deben de estar y esos grandes huecos dan intriga», agregó García del Gállego.
Por su parte Perla Labarthe, coordinadora general del Museo Frida Kahlo, agregó que con las cartas es darle la voz a ella misma. «Es que ella te cuente su historia. Tal vez no de manera intencional porque esas cartas no estaban hechas para que las leyéramos, pero las estamos leyendo y creo que es escucharla hablar, entonces creo que eso es rico. Hay algunas biografías donde incluyen algunas cartas. Aquí la verdad, la belleza y la riqueza de tenerlas en orden cronólogo es fantástico y como decía Diego, de pronto Frida hablaba en clave y tenía apodos para diferentes personas».