Investigadores del IPN desarrollan el proyecto ‘Monitoreo y Análisis de la Calidad del Agua Pluvial Filtrada y Educación Ambiental en Escuelas Públicas de la Ciudad de México’, en el cual se busca desarrollar un sistema de captación, filtrado y monitoreo de agua de lluvia
Karen Rivera / Ciudad de México
Los problemas de abastecimiento de agua en la Ciudad de México son evidentes y especialistas aseguran que se podrían recrudecer para el 2030.
Uno de los principales factores que impidió el regreso a las aulas en la contingencia sanitaria fue la falta del vital líquido en, por lo menos, 55 mil escuelas a nivel nacional. Frente a esta realidad y como alternativa, un grupo de científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollan un sistema de captación, filtrado y monitoreo de agua de lluvia.
«La idea es seleccionar una serie de parámetros físicos, químicos del agua, PH, conductividad, turbidez, que nos van a dar una idea a nosotros de cuál es la calidad del agua. Ya comprobamos que siempre es la mejor opción para capturar agua de lluvia los techos, hay otras, son buenas, pero ninguna como los techos por la cantidad de área que te ofrecen, porque es algo que ya tienes disponible», explicó Mario García, profesor investigador de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) del IPN.
El proyecto se llama Monitoreo y Análisis de la Calidad del Agua Pluvial Filtrada y Educación Ambiental en Escuelas Públicas de la Ciudad de México. Hasta ahora se lleva a cabo en dos planteles de primaria, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, y dos de secundaria, en Tlalpan, mismos que requieren de pipas para abastecer el líquido.
«En general, hemos visto que podemos tener un agua de muy, muy buena calidad, la cual se puede inyectar posteriormente a la cisterna, pero primero verificamos que sí cumpla con la calidad que se requiere. El agua de lluvia en general es bastante limpia, porque es un agua que, en principio se evapora, es como destilar el agua, pasa al cielo, muchos de los contaminantes se quedan abajo, de hecho, la razón por la que el agua de mar es salada es por eso, porque todos los contaminantes que se van arrastrando cuando el agua se evapora se van quedando en el agua de mar», agregó.
El sistema que proponen consiste en dos filtros, el primero capta los minutos iniciales de las precipitaciones y permite separar materias como residuos de hojas de árboles, basura y heces fecales; el segundo, está compuesto de carbón activado y zeolitas, un tipo de minerales, que ayudan a separar trazas de metales pesados y retener materia orgánica.
Para captar el agua en los techos de las escuelas, se realizan trabajos de impermeabilización con un polímero especial y el sistema de análisis cuenta con un equipo de monitoreo que arroja los datos físicos-químicos del líquido en tiempo real a un dispositivo móvil.
«Si uno quiere llevar esto a una escala mayor, en realidad sí se requiere que nos pongamos de acuerdo con las autoridades, hacer cisternas, buscar los sistemas de captación, de almacenamiento de agua que sea más grande, porque aquí el paso limitante no va a ser la cantidad de agua que tratamos, sino el almacenamiento», afirmó Mario García.
Este tipo de sistemas in situ y descentralizados permiten tener ciudades inteligentes, limpias y con mayor capacidad de aprovechamiento de los recursos hídricos.