«Hoy en día se puede decir que el tapete es una necesidad en todas las casas en Irán», afirmó Alireza Ghezili, embajador de la República Islámica de Irán en México
Alberto Aranda / Ciudad de México
Admiradas a nivel mundial, las alfombras de Irán cuentan en sus diseños la rica cultura de la que proceden.
Con una selección de 47 alfombras y otros tipos de tapicerías de diferentes regiones de ese país son presentadas en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, bajo el titulo Alfombras de Irán. Paraísos errantes.
«La antigüedad del arte de la elaboración del tapete persa es alrededor del año 500 a.C. y hoy en día se puede decir que el tapete es una necesidad en todas las casas en Irán. Casi podemos decir que en el mundo», afirmó Alireza Ghezili, embajador de la República Islámica de Irán en México.
Por otra parte, Alejandra Gómez Colorado, investigadora del Museo Nacional de las Culturas del Mundo, agregó que: «La historia de las alfombras en Irán es muy antigua. Tan antigua como las culturas que se desarrollaron en Irán y tiene un origen nómada. Los nómadas son los que empiezan a anudar el hilo. A sacar un poco de pelo de lana en un principio para hacer más agradable su vida para dormir, para cubrirse. La alfombra es por eso que sigue siendo un producto que se puede mover. Se enrolla y se transporta. […] Se dice que Safi-ad-din Ardabili que es un rey que funda la dinastía Safawi en la ciudad de Tabriz al norte de Irán es el que introduce el uso de las alfombras en los espacios domésticos, en los palacios, y se funda toda una corte, todo un taller real que empieza a producir alfombras incluso con hilo de seda. Alfombras finas cuyos diseños que datan del siglo XIV, XV y XVI, se siguen reproduciendo actualmente en los talleres de Irán».
La exposición muestra los dos tipos de alfombras que se elaboran: las nómadas, con diseños geométricos, símbolos como amuletos y representaciones de las tribus y clanes. Y por otro lado están las que se hacen en las ciudades con diseños florales y el nudo más fino.
«La señora Tina Bahador y el señor Arostó Bahador. Con ellos trabajamos durante meses en la selección de las piezas para mostrar diversidad, diferentes tipos de materiales de diferentes regiones. Y muchas de estas alfombras que van a encontrar al principio de la exposición son jardines. Están emulando un jardín. Aves, flores, manantiales todo esto emula el paraíso del Corán. Entonces también vemos tapetes de oración que se utilizan para rezar», explicó Gómez Colorado.
La muestra continúa con alfombras antiguas, como la de 1770 que fue utilizada para un salón. El recorrido continúa con las alfombras nómadas que son más coloridas, geométricas y con técnicas mixtas. La muestra termina con las alfombras reales hechas en seda, destacando una en donde se plasmó un poema del siglo XII.
«La alfombra persa es una obra artística con fines culturales, de tal modo, que, el diseño, el plano, color, materia y el tipo de tejido no solo demuestran la era histórica de su producción, sino muestran la cultura de sus productores», concluyó Alireza Ghezili.
Todas la imágenes: Secretaría de Cultura e INAH.