«Las letras, no tengamos duda, son la mejor protección a los excesos del poder»: Ricardo Lomelí

Inicia la 35 FIL Guadalajara; la feria arranca con un minuto de silencio a la escritora Almudena Grandes


Karen Rivera/Ciudad de México

«Los libros pueden ser incómodos no sólo por lo que tienen escrito, sino porque son leídos, leer es tan revolucionario como escribir. Podrán tachar párrafos, arrancar páginas, acallar escritores o despedir de su cargo a quien defienda la lectura por mero placer, pero lo que no conseguirán es controlar lo que leemos, impedir que las letras despierten el pensamiento, estimulen la inteligencia y enciendan la crítica», señaló Raúl Padilla, presidente de la FIL Guadalajara.

Con la conciencia de que el peligro sigue presente, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se inauguró en su edición 35 de manera presencial. Comenzó con un minuto de silencio en honor a la escritora madrileña Almudena Grandes, quien murió este día a los 61 años.

Fueron la defensa de la libertad y la autonomía las dos palabras que resonaron en el auditorio Juan Rulfo durante la ceremonia de apertura.

«La FIL es producto de la autonomía universitaria y esa autonomía es sinónimo de independencia ante el poder público y de libertad de pensamiento, quienes pretenden socavarla se alían con el oscurantismo y el despotismo, van en contra de la Ley y de la sociedad misma.»

En palabras de Ricardo Lomelí, director de la Universidad de Guadalajara: «La palabra y las letras nos hacen libres y a la vez nos hermanan; las letras, no tengamos duda, son la mejor protección a los excesos del poder y nos ayudan a expresar las cualidades más sutiles de lo que somos cada quien como individuos, de la condición humana.»

Para convocar a las ideas y cultivar lo mejor del espíritu, esta edición cuenta con más de 600 escritores de 46 países y más de mil 500 editoriales, que exhiben más de 250 mil títulos. Por segunda ocasión, como lo fue en 2005, Perú es el país invitado de honor, y este año la declaratoria inaugural estuvo a cargo del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017, quien habló desde el exilio:

«Expatriados, despatriados, desterrados, extrañados. La ambición de una tiranía es la de que tu propio país se te vuelva extraño, pero entonces uno vuelve a la poesía. Y como hoy estamos entre libros, en esta gran catedral que se monta y se desmonta cada año y he ahí su permanencia de décadas en la cultura mundial, no puedo si no pensar en la biblioteca que he dejado atrás, en Nicaragua, una casa dentro de otra casa.»

Durante la ceremonia, se entregó el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2021 a la escritora chilena Diamela Eltit, quien se refirió a la escritura como un ejercicio que opera desde un espacio binario.

Diamela Eltit: «La literatura puede ser considerada como una práctica audaz, sorprendente, trasgresora, lo es. Sin embargo, las autoras a pesar de producciones muy elocuentes son catalogadas bajo el signo “literatura de mujeres”, y la literatura, la única, la importante, no necesita acotación alguna.»

Porque la FIL somos todos, este encuentro inició con la consigna de defender a los libros, a sus autores, a sus lectores, a la industria editorial y a las voces que rechazan el pensamiento único.

Padilla: « Lo que nos convoca aquí son las palabras, las ideas, lo que nos permite a los seres humanos trascender nuestras diferencias y cultivar lo mejor de nuestro espíritu, pensar y pensarnos, crear y recrearnos, es eso lo que importa, lo que importa son los libros.»