Volver la vista atrás, novela basada en la vida del cineasta colombiano Sergio Cabrera, fue descrita como «un relato emotivo y perturbador, por momentos trágico, acerca de padres e hijos, legados y culpas, identidad y convicciones»
Ana Leon / Guadalajara
«Esta novela está escrita desde la misma obsesión que ha animado casi todos mis libros anteriores, que era esa obsesión por contar el espacio donde las vidas privadas, la vidas íntimas, chocan con las fuerzas tan misteriosas de la historia y de la política. Eso es lo que han hecho todos mis libros, pero esta vez ha sido un poco distinto. Y mi gran reto como novelista ha sido ocuparme de reinterpretar, reimaginar, las vidas reales de dos personas que no solo existen, sino que son mis amigos y que conozco, son Sergio Cabrera, el cineasta colombiano, y su hermana Marianela.»
Este domingo por la tarde el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, a quien pertenecen estas palabras, fue reconocido con el IV Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa en su edición número cuatro, la segunda que se lleva de manera consecutiva en la ciudad de Guadalajara.
En Volver la vista atrás (Alfaguara, 2020) el autor relata los años revolucionarios del cineasta Sergio Cabrera dentro de la revolución y la guerrilla en Colombia. De esta novela, la presidenta del jurado, Leila Guerrero, destacó la «enorme habilidad narrativa y una prosa extraordinaria» del trabajo de Vásquez, que «trabaja con materiales de la realidad enhebrando el presente con los avatares del convulso siglo XX. Basada en un admirable trabajo de investigación, la novela es un gran lienzo en el que se despliegan conflictos que marcaron nuestro tiempo y en cuyo centro anidan las vidas de un puñado de personas que han sido impactadas por el peso de la historia.»
Se destacó también la voz narrativa «que sabe cómo pulsar las cuerdas de lo grande y lo pequeño y hace una valiente interpretación de las vidas reales de sus protagonistas».
Sobre su obra, el autor colombiano también agradeció la confianza con la que esos dos amigos protagonistas de su novela pusieron su vida, sus recuerdos y sus documentos en sus manos para que fueran reimaginadas a través de esta novela.
El autor también mencionó el lugar que ocupa la obra de Mario Vargas Llosa en su vocación literaria, tanto con sus novelas, pero sobre todo «de una cierta manera de ser escritor, una cierta manera de asumir el oficio literario» que le fue revelada en sus novelas.
Previo a la premiación, Leila Guerriero y Rosa Beltrán sostuvieron una conversación-entrevista con Mario Vargas Llosa, en la que ambas lanzaron preguntas acerca de la corrección política, la autocensura, la omisión de mujeres en el boom latinoamericano, el lugar que han ido ganado las escritoras en la actualidad. Todas ellas preguntas que quedaron sin respuesta por el autor que sólo las envolvía con memorias de escritura y de vida.
Sólo cuando se habló de su labor como periodista el Premio Nobel de Literatura decidió responder. Destacó la posibilidad que el periodismo le dio para conocer el mundo y la forma en que éste ha alimentado su literatura al darle temas y personajes sobre los que ha escrito. «El periodismo me hizo conocer, pero después venía la investigación y sobre todo la gran preocupación por la forma.»
Concluida la charla y previo al anuncio del ganador, Marisol Schulz, directora general de la FIL Guadalajara, dio un discurso en el que nuevamente la Bienal se solidarizó con el autor nicaragüense Sergio Ramírez.
En esta edición de la Bienal el jurado estuvo integrado por Rosa Beltrán, Raquel Chang-Rodríguez, Efraín Kristal, Fernando Rodríguez Lafuente y Raúl Tola, secretario con voz, pero sin voto, y presidido por la periodista y escritora argentina, Leila Guerriero. El autor ganador recibirá un estímulo económico de cien mil dólares.
Imagen de portada: Juan Gabriel Vásquez / © Paula Islas