#Liminal: Fernando Mier-Hicks ingeniero mexicano en la NASA

Mier-Hicks participó en la creación de simuladores electrónicos para asegurar que los sistemas del rover enviado a Marte funcionaran a la perfección. En entrevista, nos habla de su colaboración en este viaje y de las futuras misiones al espacio

Karen Rivera / Ciudad de México

Fernando Mier-Hicks es ingeniero en robótica en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Originario de Aguascalientes, este mexicano participó en las pruebas del sistema robótico más complejo enviado a otro planeta, el rover Perseverance.

El pasado febrero llegó a Marte el robot explorador Perseverance, misión espacial de la NASA que tiene como objetivo recolectar muestras para enviarlas a la Tierra. Diseñar este rover requirió 10 años y el ingeniero mexicano participó en los últimos tres años, en el diseño de simuladores eléctricos que permitieron probar el movimiento correcto del brazo robótico. En entrevista para la liminal nos habla de su colaboración en este viaje y de las futuras misiones al espacio.

«Lo que yo cree es básicamente unos simuladores electrónicos, son básicamente unos sistemas que simulan o quieren parecerse lo más posible a la computadora del robot real. Con esos sistemas movemos los brazos robóticos y todos los demás móviles del robot, aseguramos que el brazo robótico funcione perfectamente y entonces ahí nos da más confianza para eventualmente ensamblarlo en el rover y ahora sí probarlo con la computadora real. Todos estos sistemas son básicamente como una “copia” de los sistemas que vuelan a Marte, pero son sistemas que se usan solamente en la sección de pruebas».

«El sistema de recolección de muestras es el más complejo simplemente por el número de piezas móviles que tiene, estamos hablando de 17 motores para el sistema de recolección de muestras, cinco de ellos están en el brazo robótico y los demás, los dos restantes están adentro de la panza del robot y adentro de la panza del robot lo que hay es básicamente una fábrica de enlazamientos, lo que va a hacer el robot ya estando en Marte es taladrar rocas, sacar un boquete más o menos del tamaño de un dedo y este lo va a depositar dentro de su panza donde tiene esta fábrica de latas», explicó Mier-Hicks.

Fernando Mier también participó en la etapa de prueba del helicóptero Ingenuty, primer objeto humano en sobrevolar Marte.

«La única misión de este helicóptero fue básicamente probar que los humanos podemos volar un robot en Marte y para abrir pauta, tal vez, en futuros años, en otras misiones que vayan a Marte, en lugar de ser rovers con llantas, ya sean helicópteros. Helicópteros como los drones aquí en la Tierra pueden cubrir más terreno, no tienen que zigzaguear a través de rocas, no tienen que cruzar a través de una montaña, simplemente vuelan, no hay ningún obstáculo, entonces pueden hacerlo de una forma más eficiente».

La pregunta es, ¿qué sigue?, ¿cuáles son las misiones futuras que se tienen programadas al planeta rojo por parte de la NASA?

«La más grande que se avecina, que ya es certera ahorita, es traer estas muestras de regreso. El Perseverance las va a preparar, las va a enlatar, sellar herméticamente, pero tenemos que lanzar otras dos misiones de la Tierra, una que vaya a Marte, aterrice, recoja esas latas que Perseverance ya preparó, las ponga en un pequeño cohete y este pequeño cohete salga de Marte, […] entonces ahora nuestras muestras, estas latas, están orbitando marte. La segunda y última misión, ya sale de la Tierra, captura estas muestras en el espacio, arriba de Marte, sin aterrizar, es una nave espacial y ahora sí se las trae de regreso a la Tierra».

Esta saga o campaña de envío de rocas de Marte a la Tierra, en la que ya trabajan los investigadores y desarrolladores de la NASA, tomará aproximadamente una década.

Dentro de los proyectos futuros también se encuentran las misiones de la Lunas congeladas de Saturno y Júpiter.

«Estas Lunas son muy interesantes porque son básicamente una bola de hielo que tiene un océano liquido abajo, después de una gruesa capa de hielo, tal vez, 10 kilómetros, debajo de esa capa sabemos que hay un océano líquido, y pues bueno esto es muy interesante porque una de las principales razones que exploramos el espacio es para tratar de buscar indicios de vida, y pues qué mejor que buscarlos en un cuerpo que sabemos que tiene agua líquida, aquí en la Tierra sabemos que donde hay agua líquida hay vida y tal vez en esos cuerpos sea lo mismo», concluyó Fernando Mier-Hicks.

Imágenes: Cortesía Conecta