El documento electrónico que demuestra que has sido vacunado contra el coronavirus; ¿una herramienta de seguridad o también una forma de ampliar la brecha de desigualdad del monopolio de vacunas en el mundo?
Redacción / Ciudad de México
Debido a que la vacunación contra la COVID-19 se está acelerando, la atención se dirige ahora cierto tipo de herramientas para que las personas demuestren que han sido inoculadas.
La Unión Europea que, luego de que en el mes de marzo de 2021, se aprobara el «pasaporte europeo de vacunación», por la Comisión Europea, ahora se encuentre en trámite legislativo comunitario, posteriormente se tendrá que desarrollar un mecanismo informático para que sea posible su emisión y lectura en todos los países que la integran antes de entrar en vigor.
Esta idea ha sido recibida con cierta resistencia debido a preocupaciones sobre la privacidad y la equidad, ya existen varios tipos de registros de vacunación contra el coronavirus, tanto en papel como en formato digital. Cientos de aerolíneas, gobiernos y otras organizaciones están experimentando con nuevas versiones electrónicas, cuya cantidad crece a diario, aunque hasta ahora su uso ha sido muy limitado.
Ya en febrero el presidente francés, Emmanuel Macron, se expresó en esos términos. Por su parte, el gobierno de Alemania ha señalado que no ve la medida como una prioridad y la Administración de los Países Bajos se muestra escéptica al indicar que aún no se puede garantizar que una persona que haya sido vacunada no pueda contraer el virus.
Los registros portátiles de vacunación no son una idea nueva: los viajeros en muchas partes del mundo, los niños que se inscriben en las escuelas y algunos trabajadores de la salud han tenido que proporcionarlos desde hace mucho tiempo como prueba de que han sido vacunados contra ciertas enfermedades.
Sin embargo, los pasaportes de vacunación utilizan herramientas digitales que llevan el concepto a nuevos niveles de sofisticación. Los expertos predicen que la verificación electrónica pronto se convertirá en algo cotidiano, sobre todo en el caso de los viajes aéreos internacionales, pero también para la admisión a espacios concurridos, como teatros.
¿Qué es el «pasaporte de vacunación»?
Se trata de un registro electrónico de vacunación, posiblemente en forma de código QR, al cual se puede accederse con facilidad desde un teléfono o almacenarse en el dispositivo, aunque también podría imprimirse.
En su forma más sencilla, la documentación es algo como la tarjeta física creada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y que por lo general se les entrega a las personas cuando reciben su primera inyección contra la COVID-19 en Estados Unidos, o la “tarjeta amarilla” de la Organización Mundial de la Salud, utilizada durante décadas por los viajeros para demostrar que han sido vacunados contra enfermedades como la fiebre amarilla. Pero esas cartillas están en papel, son llenadas a mano y son bastante vulnerables a la falsificación.
Por el momento, su utilización más evidente podría ser para los viajes internacionales, y la razón es obvia en cualquier aeropuerto importante: el volumen de pasajeros es una fracción comparado con los niveles previos a la pandemia, y, sin embargo, hay enormes filas en los mostradores de las aerolíneas y en el control de pasaportes.
Muchos países sí están exigiendo evidencia de una prueba de coronavirus negativa reciente para permitir el ingreso. Hasta ahora, esa documentación ha existido casi en su totalidad en papel o en el teléfono de un pasajero, y debe ser confirmada por ojos humanos en el aeropuerto, por lo que hacer check-in en línea para un vuelo, o incluso en un dispositivo electrónico en la terminal, no es una opción.
A medida que disminuyan las restricciones de viaje el volumen de pasajeros aumentará, y se espera que muchas naciones comiencen a exigir pruebas de vacunación (o de una infección de coronavirus previa) para permitir el ingreso, o simplemente para omitir el requisito de cuarentena.
En febrero, el gobierno de Israel comenzó a emitir su “pase verde” digital o un certificado físico a las personas que habían sido vacunadas, el cual es obligatorio para ingresar a lugares como hoteles y teatros.
En marzo, cientos de entidades más en todo el mundo, como aerolíneas, gobiernos, cadenas de farmacias y otros, comenzaron a utilizar sistemas digitales que se controlan de forma privada para verificar credenciales sanitarias. La mayoría está usando a modo de prueba los sistemas, incluyendo uno llamado CommonPass y el sistema propio de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, Travel Pass, a fin de verificar pruebas negativas de coronavirus. Los sistemas también están diseñados para mostrar pruebas de vacunación, de ser necesario.
De igual manera en marzo, Aruba y JetBlue comenzaron a permitir que los pasajeros de Estados Unidos mostraran sus pruebas negativas usando CommonPass, desarrollado por The Commons Project, una organización sin fines de lucro con sede en Suiza, con el apoyo del Foro Económico Mundial. Los pasajeros de Lufthansa que vuelen a Estados Unidos también pueden utilizarlo.
Ese mismo mes, Singapore Airlines se convirtió en la primera aerolínea en hacer uso limitado del Travel Pass para los pasajeros que vuelan entre Singapur y Londres, y lo implementará de forma general en mayo.
Con información de la BBC y The New York Times