Desde la ciencia ficción urbanística, el australiano Liam Young plantea un futuro (im) posible para la metrópoli
Redacción / Ciudad de México
En esta redacción conocemos bien el trabajo de Liam Young. El australiano, arquitecto y director de cine, nos concedió una entrevista en marzo de 2019, en la última edición que tuvo lugar de Mextrópoli. En ese entonces ya nos platicaba sobre la manera en que especula y juega con los futuros posibles que traza para la urbe.
Pero, ¿cómo se ve a sí mismo Liam Young? Volvamos a una de sus respuestas en aquella entrevista:
«Me denomino como un arquitecto especulativo porque no diseño edificios, pero sigo trabajando como un arquitecto, lo que hago es contar historias acerca de lo global, de lo urbano y de las implicaciones arquitectónicas de las nuevas tecnologías, es decir, la forma en que estas nuevas tecnologías cambian lo que es la ciudad. Algo no muy separado del ejercicio de construir algo físico. Para mí es importante este tipo de arquitectos que puede imaginar futuros posibles sin tener que lidiar con clientes, con la lógica de los inversionistas y que pueden realmente especular con la formas en que la ciudad y los espacios están cambiando.»
Ahora, volvamos lo que él entiende como ciudad y lo que para él es, o debe ser, la arquitectura:
«Las ciudades son ahora una enorme construcción de tecnología […] las ciudades ya no son más sólo un punto en el mapa, ya no son sólo un lugar. Las ciudades son, actualmente, una condición urbana que se extiende a través del planeta.
»Solíamos hablar acerca de la ciudad y el campo como cosas separadas, pero ahora cualquier paisaje, cualquier lugar en la tierra es de alguna manera o cumple una función para lo urbano. Ha sido tocado por la ciudad y reproduce la ciudad o es producido por la ciudad. Trato de pensar formas de repensar la ciudad o en diferentes tipos de lenguajes para describirla, ya que no estamos hablando de entidades separadas, ahora hablamos de la ciudad en una escala planetaria, como una megaestructura. Y eso tiene un significado muy importante para nosotros como arquitectos, significa que no podemos seguir haciendo lo que hacemos y como lo hacemos, tenemos que repensar totalmente qué significa construir un edificio en la ciudad. Repensar qué significa trabajar con sitios, porque los sitios construyen una red de condiciones cuyas consecuencias cruzan el planeta.»
Teniendo en mente estas dos respuestas, miremos uno de sus proyectos: Planet City, formado por una película y un libro —donde aparecen firmas como las de Saskia Sassen—, donde Young propone concentrar la humanidad en una superficie hiperdensificada de 210 mil kilómetros cuadrados —menor que la superficie de Reino Unido—y dejar que la naturaleza se apodere del 99.8% restante del planeta y deshaga el cambio destructivo provocado por nosotros en el planeta en los últimos siglos. ¿Te imaginas? La idea no es que sea realizable (pero quién sabe), sino provocar el debate. El proyecto, de hecho, lleva por subtítulo: La ciudad de diez mil millones de habitantes.