«De momento no debemos preocuparnos por la llegada de la gran novela sobre el coronavirus.»: Thomas Brussig

El autor alemán, de cuyas novelas se han hecho adaptaciones cinematográficas como La vida de los otros, no cree en los bestsellers, pues considera que la literatura es para las minorías

Huemanzin Rodríguez / Ciudad de México

La música de Jimi Hendrix y de The Rolling Stones estaba prohibida, pero eso no era un límite, siempre existen formas para librarse de las prohibiciones o de las obligaciones. Especialmente cuando eso es una de las tantas cosas que une la amistad de un grupo de jóvenes de Berlín Oriental, quienes viven la caída del muro. Eso cuenta La avenida del Sol (Am kürzeren Ende der Sonnenalle, Siruela, 1999), una de las novelas más exitosas del destacado autor alemán Thomas Brussig (Berlín, 1964); quien vivió de joven ese hecho histórico que ha marcado buena parte de sus novelas. La avenida del Sol después se convirtió en un largometraje que adaptó el mismo Brussig, cuyo guión fue reconocido con el premio alemán cinematográfico. Brussig ha escrito otras novelas traducidas a treinta idiomas, entre ellas destaca Héroes como nosotros (Helden wie wir, 1995) que inspiró la película La vida de los otros (Florian Henkel von Donnersmark, 2006). A treinta años de la reunificación de Alemania, Brussig, quien ha participado en el Festival de las letras Europeas 2020 en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, recuerda un poco de ese trabajo y comparte su opinión sobre la literatura actual detonada por la epidemia.

«La avenida del Sol es un libro sobre el pasado y el rememorar. Es un libro de buenos recuerdos de tiempos malvados, y es un mensaje que cualquier persona en el mundo puede entender. En el tiempo en que Alemania fue dividida con el muro, hubo víctimas por ello, cientos de personas murieron ahí. Pero, por otro lado, no fue solamente una situación trágica como también tuvo una situación ausente. Cuando el muro fue derrumbado aparecieron otras víctimas de esa frontera. Entonces se podía ver todo lo absurdo y también lo importante del muro. Eso fue lo que me llevó a escribir esa novela en tono de comedia, sobre el Muro de Berlín.

»El destino de los muros siempre será caer, porque nada es para siempre y, por lo tanto, menos los muros. En cualquier lugar del mundo donde se ha erigido un muro, le diría a la gente en este momento resulta frustrante, pero los muros tienen éxito cierto tiempo y aunque eso puede durar más que tu vida, sabes que eso caerá y que toda esa situación, algún día, también será una comedia.»

Naciste en un país que, de adulto, se convirtió en otro. ¿Cómo ha marcado eso tu literatura?

Sí, por supuesto y es una situación muy conveniente para un escritor, porque tenemos el presente y el pasado, y en el medio, una línea muy marcada. Esa separación te permite más fácilmente escribir historias. Por el momento he dejado de escribir sobre Alemania del Este y sobre el país, no solo porque es demasiado fácil, también porque tengo la sensación de que todo lo que he podido decir sobre esto, ya lo dije y es suficiente. Ese sentimiento me parece que es importante escucharlo para cualquier escritor.

La memoria es importante en Alemania, ¿la literatura es parte de esta memoria?

Claro, pero creo que la literatura es más que sólo alentar la memoria. La literatura también puede ampliar todo el horizonte y presentártelo así, sucesivamente. Me encanta esa sensación que tienes como lector al cerrar un libro que has leído, y levantas los ojos y ves al mundo de otra manera. Cuando un libro o una obra de arte puede cambiar tu forma de ver las cosas, el trabajo del artista ha terminado.

En un mundo conectado, con varias formas de consumir historias, ¿cuál es el papel que tiene la literatura?

Es muy difícil hablar de prioridades en este momento, especialmente en la pandemia. A veces necesitas distancia y tiempo para entender lo que ves. Hoy es mucho más fácil hablar de principios del siglo XIX, que en su momento. En Alemania, hoy hay una gran variedad literaria, tienes muchos temas y muchos estilos con formas diferentes de acercarse al mundo. En ese sentido, me parece que no hay una diferencia tan notable entre la literatura alemana actual, con relación a la del resto del mundo. Desde hace unos 100 años, la novela o la literatura compite con el cine, el cual es la forma narrativa dominante de nuestro tiempo. Hoy la gente ve la televisión o mira películas. Eso ha sido un problema apara la literatura que ha tenido que adaptarse. Gracias a ello, hoy hay nuevas formas y estrategias narrativas. Estoy bastante seguro que el papel de la literatura no sólo es vital, si no que tiene asegurado su lugar en todo el mundo. Siempre y cuando la literatura no sea corrupta y no busque mayorías, porque la literatura es algo para minorías, no todo mundo quiere leer. Debo aclarar que las minorías en el mundo, tampoco son tan pequeñas. Si lo piensas bien, todos, formamos parte de una u otra minoría. Por ello pienso que, mientras la literatura se dirija a las minorías y no a mayorías, será verdadera literatura, será real y por eso, será interesante.

Imagen promocional de la película «La vida de los otros».

Pero, también te has acercado al mundo del cine. Hiciste la adaptación de tu novela La avenida del Sol para la película La avenida del sol (Leander Haußmann, 1999), ¿cuál es la diferencia entre escribir para cine y escribir para libros?

Es una profesión muy diferente. Si no escribes quizás nunca puedas escribir un guión y viceversa. Cuando escribes una novela, trabajas por tu cuenta y el producto es el libro, cada novela tiene su propia fórmula. Pero si escribes un guión, es algo que todavía no es un producto, el producto es la película, pero no estás trabajando en una película, trabajas en el guión que es una especie de materia prima para la película. Y estás influenciado por la idea de un actor o actriz en la pantalla. No trabajas para ti, cooperas con los demás y tienes que escuchar con atención lo que quieren y cómo puedes hacerlos felices. Ahí hay gran problema para mí, si piensas que debes de hacer algo que le guste a la mayoría, algo que debería gustarle a la mayoría, al final, eso corrompe muchos procesos del pensamiento. ¿Cómo puedo hacer feliz a la mayoría cuando creo que la literatura es para minorías? Si sale una película basada en una novela tuya, tal vez el libro tenga éxito y se volverá en un libro para mayorías. En realidad, no me importan los bestsellers, los que sí me interesan son los bestsellers de sorpresa, que sorprenden a la editorial y que no fueron escritos para una mayoría. Cuando un libro es descubierto por las mayorías ¡es maravilloso! Y el problema con las películas es que se produjeron pensando en cómo son las personas que van al cine y disfrutan de esas películas. Películas diseñadas por los especialistas del mercado que saben cómo hacer éxitos de taquilla.  

Hasta ahora, ¿has escrito algo que te sorprenda a ti mismo?

Cuando era joven me dije: «Un día escribiré mi propio libro favorito. Un día me desvaneceré en el mejor libro que yo mismo haya escrito». En estas palabras es clara la voz de un joven. Entonces pensé que lograr un libro así era difícil y no, como ahora, algo casi imposible. Treinta años después he escrito algunos libros que me gustan mucho, pero creo que he aprendido a leer y puedo estimar mucho más que la calidad y la belleza, mucho más de lo que podía hace treinta años. Por eso sé que es aún más difícil escribir mi propio libro favorito.

Ahora estoy escribiendo mi más reciente libro, es una historia sobre dos jóvenes, una chica de 16 años y un chico de 15 que se transforman en mapaches. Es un tipo de historia loca que, a mi hija de 22 años, le encanta. Ella me ha dicho: «Tienes que ser una persona inteligente para ver las cualidades del libro y si no las ves, es porque no eres listo». Eso lo dice mi hija, no yo, pero me gusta porque siento que tiene razón, porque siempre tiene la razón.

Por eso, hace un momento que me preguntaste sobre La avenida del Sol, te dije que me siento bastante satisfecho por tener todo dicho sobre Alemania, que sé que ya no puedo decir más sobre eso. Y ahora estoy buscando nuevos libros y ofrecer nuevas historias. Y tengo mucha curiosidad por saber qué me puedo susurrar al oído, para convencerme de escribirlo.

En estos meses, muchos escritores han publicado cuentos, libros y hasta novelas de lo que vivimos hoy en el mundo, ¿la pandemia ha afectado o motivado su escritura?

Por el momento, creo que la literatura no puede ayudar mucho, porque estamos en una situación de emergencia y la creación de literatura necesita tiempo. Lamento mucho decir eso, me gustaría poder ser más optimista, pero es un hecho que la literatura necesita tiempo, alguno años después tendremos grandes novelas, grandes historias sobre esta época que es única, no sólo en Alemania, sino para todo el mundo. Es una situación que nunca antes habíamos tenido y para la que no estábamos preparados. Ahora vivimos la pandemia y tal vez tengamos tiempo para leer, pero no hemos descubierto aún el único libro o la única obra que pueda ayudarnos a través del tiempo.

Al principio, en la primavera, cuando comenzó el covid-19 en Alemania, muchas personas escribieron frenéticamente sobre esto. Pero, creo que la literatura del momento, no es de gran ayuda. La medicina es más importante aquí, que la gran literatura. Y sí, creo que una gran obra vendrá en los siguientes años, pero toma tiempo. Incluso para un escritor como Balzac, que escribió obras sobre el efecto en la gente de los claroscuros del imperio, le tomó más de veinte años. Entonces, si Balzac necesitó décadas para escribir sobre algo que sucedió en la vida real, de momento no debemos preocuparnos por la llegada de la gran novela sobre el coronavirus.

Es curioso lo que mencionas. Cuando en 1966, Jean Prasteau le preguntó a Yukio Mishima sobre el impacto de la bomba atómica en la literatura japonesa, éste respondió que en los primeros años posteriores se escribió mucho, pero los textos tienen una carga política. En los siguientes años se escribió sobre la bomba más desde una perspectiva anecdótica. Y que hasta veinticinco años después, él consideraba que realmente se estaban escribiendo novelas sobre eso.

Por supuesto, los periodistas son más rápidos y efectivos para esto, pueden escribir sobre lo que es importante hoy. Pero sólo el tiempo nos da la oportunidad de mirar adentro, mirar en las cosas que tienes y mirarlas de una forma nueva requiere de más tiempo. Y cada persona tiene una medida de tiempo personal para ese tipo de procesos interiores. Sólo hasta ese momento, podremos cambiar la mirada y la literatura tendrá su oportunidad para arriesgarse. No estoy seguro en tener la razón sobre todos los escritores, pero en la forma en que yo he pensado es así. Cuando tenía veinticuatro años y vivía desde adentro la caída del muro, sabía que eso era material para una novela, y yo quería escribir esa novela en ese momento. Pero me tomó quince años, fue hasta 2004 que pude escribir bien algo sobre la caída del muro y sobre esa época de cambio y revolución. El resultado fue un libro de 600 páginas titulado Wie es leuchtet (Cómo brilla), que considero mi opus magnum. Entiendo bien a quienes piensan que lo que vivimos es un gran material para una novela, como yo lo pensé hace treinta años, pero para escribir la novela sobre el coronavirus, se necesita estrategia y tiempo.

¿Cuál será su próxima novela publicada en español?

La verdad no sé cómo están los contratos en español. En alemán es esta novela que te comentaba sobre los adolescentes convertidos en mapaches. Y de lo que recuerdo en otros países, se publicará en inglés en Estados Unidos —lo hará Jonathan Franzen—, es una novela sobre una banda de rock que quiere convertirse en la mejor del mundo, son los Beatles de Berlín del Este. La historia la cuenta el manager del grupo, lo que significa que él es un manager muy especial, que comenzó siendo el mayor fan del grupo y que, de hecho, lo sigue siendo. Al principio ves a una gran banda en camino de alcanzar la más grande de las famas, pero luego viene la caída del muro y con eso, la caída del sueño, todo se acaba para ellos. Así que, también es una novela sobre la caída del muro y ese momento único. El título de la novela es Las mejores intenciones, espero que pronto a alguien le interese su traducción al español y la puedan leer en México.

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