Si bien en el diseño varios años atrás se iniciaron proyectos de este tipo, ahora una mexicana desarrolla un proyecto que busca crear alimentos ultra personalizados para personas con padecimientos como inmunodepresión, cáncer, anemia o diabetes
Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- ¿Se imaginan poder imprimir su propia comida con los nutrientes específicos que requieren? La profesora de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey, campus Querétaro, Viridiana Tejada trabaja en el proyecto “Uso de la impresión 3D de alimentos para dietas personalizadas”, que busca proporcionar una alternativa a las personas con padecimientos específicos como inmunodepresión, cáncer, anemia o diabetes.
«La idea es pegarle a esa personalización de la nutrición, qué requiere una mujer embarazada, qué requiere un niño de dos a cuatro años en cuanto a nutrimiento, en cuanto a calorías, en cuanto a proteínas, en cuanto a vitaminas, en cuanto a probióticos.»
Para lograr la personalización de la nutrición, la impresora 3D funcionaría a través del uso de un software que permitiría realizar formulaciones alimenticias complejas y utilizaría el principio de la extrusión, una tecnología que permite modelar alimentos como pastas o masas a través de orificios con diferentes geometrías. Para tener una idea de cómo se aplicaría esta herramienta, los cereales, los churros y las botanas que se encuentran en el mercado tienen esas formas específicas gracias a esta técnica.
«En nuestro caso, el reto mayor pues es precisamente lograr lo mismo, pero no sólo con chocolate, no sólo con puré de papa, sino qué pasa si metemos ya un puré con frutas y le adicionamos proteína, le adicionamos proteína de grillo o de algún vegetal, y qué pasa si además micro encapsulamos y metemos probióticos. La idea es diseñar un alimento complejo que conlleve todas estas macromoléculas, estos macronutrientes para poderlo aplicar en el diseño que se vea bien, esa es la belleza de la impresión 3D, que se vea bonito y que bueno podamos, a final de cuentas, motivar a la persona a comer esto.»
El proyecto tiene como misión explorar otro tipo de fuentes con altos valores nutricionales, crear nuevas mezclas que se pueda imprimir y darle personalización al producto, a partir de fuentes de vitaminas, proteínas y antioxidantes poco exploradas como las cáscaras de naranja, el amaranto y las harinas de grillo. Es importante resalta que una vez impreso el alimento, algunos no podrán consumirse inmediatamente, requerirán un proceso de horneado, cocción o secado.
«En el caso de un diabético evidentemente sería disminuir la cantidad de azúcares, por ejemplo. ¿Qué pasa si a una persona con diabetes le damos una galleta diseñada con bajas calorías, a lo mejor alto en fibra y no tiene que saber mal? La impresión 3D nos da la ventaja de poder controlar precisamente cuántas calorías podemos darle, no sólo en cuanto al tamaño de la galleta sino, también a la formulación.
»Yo me imagino que en algún momento tendremos el alcance de tenerlo en hospitales, imagínate un niño inmunodeprimido, un niño con cáncer, ¿qué requerimientos nutrimentales tiene? No es lo mismo comerte una galletita de dinosaurio o incluso un puré en forma de dinosaurio, que un puré normal.»
Viridiana Tejada fue una de las ganadoras de la edición 2020 de la beca L’Oreal-UNESCO para mujeres en la ciencia. De la mano de su equipo busca desarrollar este proyecto a lo largo de dos años y comenzará a imprimir alimentos con valores nutrimentales específicos primero para niños con anemia. Espera que la impresora 3D en algunos años llegue a los hogares para poder alcanzar una dieta personalizada de acuerdo con las necesidades de cada persona.