Ignacio López Tarso: «Macario es un parteaguas en mi carrera y yo lo supe aprovechar»

En el marco del Festival FERATUM, el actor será homenajeado a sesenta años del estreno de esta cinta que ha marcado la historia del cine mexicano

Ciudad de México (N22/Ireli Vázquez).- Ignacio López López, mejor conocido como Ignacio López Tarso es un actor apasionado y admirable, que con el paso de los años se ha vuelto aprendiz de múltiples disciplinas e incluso tecnologías. Ha interpretado a muchos personajes tanto en teatro, como en cine, televisión, e incluso en radionovelas. Aunque su carrera comenzó en teatro y ya había tenido algunos papeles en cine, un personaje en específico lo proyectó internacionalmente.

Es probable que sepas de que personaje se trata, pero para aquellos que no, fue Macario el personaje que como el actor lo expresó en entrevista, fue un parte aguas en su carrera. Pues éste, es un leñador sumido en la pobreza, que nunca en su vida ha sentido el estomago lleno y por eso su mayor anhelo es comerse un guajolote entero, sin tener que compartirlo con sus hijos o su esposa.

Si bien el creador de este texto fue el novelista alemán B. Traven, fue el cineasta mexicano Roberto Gavaldón quien lo llevó a la pantalla grande en 1960. Ahora se celebran 60 años de la película Macario y FERATUM Film Festival presenta la película y le rinde homenaje al actor Ignacio Lopez Tarso al otorgarle el Nosferatu de Oro. Es por ello que platicamos con el primer actor sobre su trabajo dentro de este proyecto y su sentir ante esta premiación.

Quisiera comenzar esta entrevista hablando un poco de su trabajo, pero sobre todo, quisiera preguntarle ¿qué significa para usted la actuación y sobre todo en estos días en los que nos sigue sorprendiendo con sus actuaciones incluso a la distancia?

La actuación para mí es la manera de comunicarme con el público a través del teatro, la televisión o el cine y es la manera de contar historias. Yo soy un contador de historias. Me hice actor contando historias y he contado historias muy buenas, historias que escribieron los griegos como Sófocles o Eurípides, por ahí comencé. Luego seguí con las historias de los clásicos españoles del siglo de oro, como Vélez de Guevara o Fernando Rojas, grandes poetas. Después de los griegos y los clásicos españoles, vienen los nuevos, el renacimiento, Shakespeare, Moliere, y luego todos los grandes escritores modernos.

Ése ha sido mi camino, de aquí en adelante estoy buscando nuevas historias para contarlas también por diferente camino, como es éste en el que estamos tú y yo en este momento, que es camino descubierto desde hace poco tiempo, el camino virtual, el camino en línea, y entonces aquí por medio de este pequeño aparato que tengo enfrente veo tu imagen que es maravilloso eso. Este es un nuevo camino descubierto, gracias al conocimiento de mi hijo Juan Ignacio que me dijo pues por aquí es un buen camino papá, y ahí vamos los dos y nos ha ido muy bien hemos contado tres o cuatro historias muy buenas, una escrita por Humberto Robles, otra escrita por B. Traven y el Quijote, de Cervantes.

Este año se conmemoran sesenta años de Macario, una película dirigida por Roberto Gavaldón y la cual ha marcado al cine nacional. Pues además de que entre la adaptación se maneja una situación de «misticismo», fue la primera cinta mexicana nominada a un Oscar en la categoría de mejor película extranjera. Y por la cual recibirá el Nosferatu de Oro, dentro del festival FERATUM ¿Cómo se siente al respecto?

Es un inesperado homenaje, un inesperado premio, yo no tenía idea.

Tengo un amigo que platica de este tipo de historias terroríficas, de muertos, de vampiros, de cosas extrañas, raras, bueno yo no tenía contacto con eso, me gustaba Drácula y de pronto en Tlalpujahua, un pueblo del estado de Michoacán, resulta que hay un grupo de gente que se ha dedicado y especializado en ese tipo de cine, que ya han hecho nombre, ya han marcado un camino, ya han premiado gente. Es un grupo que se ha movilizado muy bien, y que de pronto me sorprenden a mí con este Nosferatu. Yo creo que es el trofeo más bonito de todos  lo que tengo.

Que bueno que este grupo de personas que se dedican a este tipo de cine hayan pensado en Macario, que es todo lo contrario, un indio pobre, muerto de hambre, lleno de hambre toda su vida, y que el hambre lo lleva a eso a buscar un guajolote para él solo, una ambición terrible. La muerte le da un gran regalo, es una agua milagrosa que cura y se hace millonario. La gran satisfacción que goza cuando puede salvar una vida, de ahí debe haber sido el gran placer de Macario, el poder salvar a tanta gente como puede salvar con una gotita de agua, es muy bonita la historia después resulta que nada de eso fue realidad, que todo fue un entre sueño, una pesadilla.

Ahora pues ya sesenta años después, ha habido afortunadamente mucha gente que ha pensado en lo mismo y entonces me han hablado y he vuelto a tener que rememorar todo lo que yo sabía de Macario y volver a contarlo y volver a hablar de la filmación y de cómo fue, y repasar de nuevo toda la historia de Macario.

¿Qué significó para usted el poder interpretar a un personaje tan noble e inocente como Macario, un personaje que lo único que quería era poder comer y disfrutar algo para él?, en lo personal ¿qué le dejó el personaje?

Pues imagínate, un personaje muy bello, que tiene muchas vertientes, muchos caminos para disfrutar, un hombre pobre con imaginación, la imaginación es muy poderosa y la imaginación es un buen guía para cualquier actor, un actor sin imaginación es un actor seco, improductivo. Yo soy muy imaginativo, tengo muy buena imaginación, leo mis personajes, y ya en cuanto los estoy leyendo, ya estoy creando el personaje en la memoria, ya estoy imaginando cómo camina, cómo habla, cómo se moviliza, cómo goza, la imaginación es un gran estímulo, de modo que he vuelto a imaginar a Macario y he vuelto a gozar pensando en él.  

Hace poco más de un mes un estudiante del estado Chiapas le agregó color a la película, ¿qué piensa sobre esto?

Me han enseñado partes de la película, del principio, de la mitad, del fin, cachitos, pero no la he visto completa. Lo que he visto me ha gustado, es un colorido muy creíble, es un colorido no brillante, no te saca de la verdad, de la realidad, de la historia, me parece de una manera muy discreta, muy bien pintada, sin ningún alarde de llamar la atención, o de distraerte con el color. No he tenido la oportunidad de hablar con él, pero quiero decirle que me gustó su trabajo.

Si en su vida usted hubiera tenido la oportunidad de ver al diablo, a dios y la muerte, ¿a quién le hubiera regalado un pedazo de guajolote?

A nadie. Yo como Macario, no le hubiera dado a nadie, si no hubiera sido porque la muerte ya con solo su presencia me hizo pensar en que si no le doy me va a matar y me va a llevar antes de que yo pruebe el guajolote, pues entonces mejor le invito. En el caso de Macario, es al que le pudo sacar mayor ventaja, porque a Dios, él mismo dijo: «¿y para que quieres este guajolote?, allá donde estás, lo pides y te llevan veinte», y dices, no pues a Dios para que le voy a dar, y al Diablo menos. Así como lo hizo Macario estuvo perfecto, salvó por lo menos la mitad del guajolote.

¿Qué puertas le abrió Macario en su carrera artística? ¿Se sintió en la libertad de escoger cualquier papel, sabiendo que por la temática éstos podrían llegar a ser censuradas?

Macario fue un hecho importante en mi carrera, porque Macario es un personaje protagónico, está de principio a fin en la película, Macario nos lleva por todo lo que es la historia de él y de su familia, y de su época, y de todo.

Sí, Macario fue un éxito y empezaron a surgir mejores invitaciones cada vez, mejores papeles para cine, para teatro, para televisión, Macario es un parteaguas en mi carrera y yo lo supe aprovechar afortunadamente. Aquella vez que Gabriel Figueroa me dijo “fíjate, fíjate cómo te ha dado tantos regalos Macario. Macario que está muerto de hambre, que no tiene un solo centavo, pero cómo te ha estado regalando cosas”, efectivamente, Macario me regalo miles de millones de pesos, me llevó por el mundo, me hizo conocer el mundo que de otro modo nunca hubiera conocido. Gracias Macario.

Macario, es una película imperdible, Feratum Films Festival sabe lo importante que es para el público nacional, como internacional, es así que a través de la página fotográfica.mx se podrá ver esta cinta, del 19 al 22 de noviembre.