#FICM2020: Gilberto Martínez Solares, el director que hizo diferente el cine mexicano

El Festival Internacional de Cine de Morelia 2020 rendirá homenaje al director mexicano Gilberto Martínez Solares, conocido por su trabajo en el cine de comedia

Ciudad de México (N22/Ireli Vázquez).- Al menos una vez en nuestra corta o larga vida hemos formado parte del cine del director mexicano Gilberto Martínez Solares (1906 -1997). Quizá por el nombre, se podría tener un desacuerdo con lo mencionado, pero si recordáramos las películas que dirigió, esa idea podría cambiar.

Dentro de su filmografía se encuentran: El señor alcalde (1939), Resurrección (1943), Calabacitas tiernas, ¡Ay qué bonitas piernas! (1948), La familia Pérez (1948), El rey del barrio (1949), La marca del zorrillo (1950), El ceniciento (1951), El tesoro de Chucho el Roto (1959), Santo el enmascarado de plata y Blue Demon contra los monstruos (1969), entre muchas otras. Ahora, seguro, coincidirán conmigo.

Gilberto Martínez Soles nació el 19 de enero de 1906, en la Ciudad de México. Antes de dedicarse al séptimo arte, estudiaba la carrera de derecho, pero abandonó los estudios por perseguir su pasión: la fotografía, gusto que compartiría con su hermano Raúl Martínez Solares.

Gilberto Martínez Solares

Rafael Aviña, en su libro Aquí está su pachucote… ¡Noooo!, biografía narrativa de Germán Valdés, (2009), menciona que «en 1928, Solares se trasladó a Hollywood para convertirse en fotógrafo. Allá imperaban severos códigos de contratación en los sindicatos que impedían trabajar, por lo cual decidió inscribirse en el sindicato de “extra” para ingresar en el mundo de ficción y captar cómo se iluminaban las escenas y el trabajo de puesta en escena». Algo que también compartiría junto con Emilio Fernández y Roberto Gavaldón. «Yo creo que ellos en el fondo tuvieron muy claro que no tenían la disposición para ser galanes cinematográficos y les atrajo más la posibilidad de ser parte del personal creativo en la producción de una película, y que mayor posibilidad la de llegar a ser cineastas. Yo creo que esa etapa de haber sido extras o ayudantes, barrenderos, o lo que sea que hayan sido en ese primer momento en Hollywood fue simplemente la manifestación de un deseo por aprender algo sobre este nuevo medio, que les resulta más atractivo y probablemente más fascinante que estudiar lo clásico de la época», mencionó en entrevista Francisco Peredo Castro, profesor investigador en estudios de la cultura audiovisual y el cine.  

Ingresar al cine mexicano no fue fácil. Fue hasta 1935 cuando Miguel Zacarías, por medio de una cooperativa, le ofreció hacerse cargo de la fotografía, junto con su hermano Raúl, de la película Rosario, con Pedro Armendáriz y Gloria Morel.

«Su interés por la fotografía lo lleva a montar un estudio fotográfico en México, el cual no tiene mucho éxito, monta uno también en París, monta uno también en los Ángeles California, pero estando en París con su estudio fotográfico con su esposa se entera de que se va a iniciar el cine en México, porque está ocurriendo la transición del cine mudo al sonoro, y entonces decide venirse a México y en alguna medida, continúa su aprendizaje sobre cine en México, porque antes de debutar formalmente como director en 1939, empieza a hacer unos primero desempeños profesionales como director de fotografía, y aprendiendo también sobre la marcha cómo dirigen los directores que ya están formalmente como cineastas», explicó Peredo

Diferentes géneros

Gilberto Martínez Solares ha sido considerado uno de los cineastas más prolíficos del cine nacional ya que dirigió más de 160 películas, la mayoría escritas por él. Asimismo, es reconocido también como el director de comedia más importante de nuestro país. Sin embargo, experimentó con todos los géneros posibles dentro del cine.

«Es un cineasta que en realidad abordó todos los géneros. Por ejemplo, su primera película podríamos decir que es ligeramente de corte de crítica política. Después, cuando está la boga del inicio del cine de adaptaciones de literatura, él le entra con películas como La resurrección, que estaba basada en León Tolstói. Va a ensayar con varios géneros justamente hasta que, a partir de su última aventura, comienza su decantarse por el género de la comedia; creo que descubre que es un género que le atrae, que le gusta, y que es un género para el que él tiene muy buen ritmo. Y aunque es válidamente muy reconocido como el mejor director de comedia que ha dado el cine mexicano, eso no basta para dejar de mencionar que en realidad cultivó todos los géneros, los mejores y los regulares, hizo cine de melodrama, cine de aventura, cine de luchadores, cine de narcos y el llamado cine lépero.»

Una dupla inigualable

Varios fueron los actores que pasaron por la dirección de Gilberto Martínez Solares. Actores con los cuales tuvo buena química, pero hubo un personaje en particular que hizo que tanto él como director y el actor pudieran desarrollarse de manera inigualable dentro del medio. Su nombre: Germán Valdés, “Tin Tan”.

«Gilberto Martínez Solares no solamente es un director muy bien dotado para comedia, sino además creo todo un personaje con los filmes que le dio a Germán Valdés, yo creo que el mejor resultado como director de comedia lo tiene con él. En ese sentido, va a tener este ciclo muy importante con Tin Tan, después tiene un ciclo breve con Clavillazo, luego tiene un ciclo largo con Capulina, creo que incluso más largo que con Tin Tan, pero con los personajes cómicos de Germán Valdés tenemos a este personaje que es un pícaro, pero tiene la característica en algún momento de ser un pícaro pachuco, un personaje marginal, un personaje que “no es de aquí, ni de allá” como dirían en sus diálogos; lo va transformando un poquito para quitarle lo pachucho para convertirlo en este tipo de pícaro urbano que tiene que ser astuto, que tiene que ser muy audaz, que tiene que ser muy temerario para poder sobrevivir en ambientes de hostilidad, en donde un personaje como él, no tiene casi cabida, y es un personaje que, a pesar de todas las desgracias y todas peripecias que tiene que afrontar, nunca pierde el buen humor, nunca pierde la disposición para resolver sus conflictos, nunca pierde su disposición para salir adelante», mencionó Peredo.

Parodias: el gran cine de Hollywood filtrado por el humor mexicano

Cuando se dice que Gilberto Martínez Solares es el «director de cine de comedía por excelencia», no es una mentira, pues el humor y la forma de desarrollar este género cinematográfico lo llevó a otro extremo, pues él, con su ingenio, comienza a desarrollar dentro de sus películas diferentes tipos de parodias.»

«Gilberto Martínez Solares, se va a la posibilidad de hacer, por ejemplo, crítica respecto a las aspiraciones, las ínfulas de las clases medias mexicanas. Con La familia Pérez, da el primer despunte de su gran capacidad, no solamente para hacer comedia, si no para parodiar realidades sociales, y para parodiar al cine mismo. Si se piensa en películas, como La marca del Zorrillo es una parodia de las películas del Zorro; si se piensa en Simbad el mareado, pues se refiere a Simbad el marino; si se piensa en películas como El Ceniciento o La Bella Durmiente, pues se trata de parodias de los cuentos clásicos. Cuando se ven películas como El vizconde de Montrecisto, está parodiando las adaptaciones literarias de El conde de Montecristo y cuando ves El sultán descalzo está parodiando a La condesa descalza (1954) que habían hecho en Hollywood Ava Gardner; cuando ves El chismoso de la ventana está parodiando a La ventana indiscreta de Alfred Hitchcock. Es decir, yo me puedo imaginar a Gilberto Martínez Solares viendo las películas de todos estos cineastas, de todos estos géneros, disfrutándolas, pero a la vez empezando a pensar “a ver qué guion puedo hacer” para parodiar esta película, para divertirme a costa de este tipo de película y a costa de este tipo de personaje.»

Un cine familiar y actual

Cuando se mencionaba al principio de esta nota que al menos una vez en nuestra corta o larga vida hemos formado parte del cine de este gran director mexicano, se debe a que en la actualidad se sigue presente dentro de la sociedad mexicana, pues diferentes televisoras aún siguen transmitiendo su legado. Ya sea por la mañana, la tarde e incluso la noche, nos han permitido seguir disfrutando de las grandes películas que realizó el cineasta. Un cine que más allá de cómico se podría traducir como un cine familiar.

«Independientemente de qué es una comedia muy sana, una comedia muy decorosa, eso hace que sea un cine todavía para familias, un cine que la gente puede ver en su casa sin el riesgo de que de repente vayan a aparecer los personajes diciendo leperadas, diciendo palabras altisonantes o planteando chistes misóginos, chistes homofóbicos, chistes clasistas, chistes racistas, etcétera», concluyó el profesor Francisco Peredo.

Ahora, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) en su edición número 18, junto con el apoyo de Fundación Televisa y la Cineteca Nacional, presentan un programa dedicado al director mexicano Gilberto Martínez Solares. Aquí puedes revisar la programación del FICM 2020.