Las imágenes que vemos en las campañas de televisión y en los anuncios en la calle perpetúan ideas de belleza y de «lo bueno» que naturalizan la práctica del racismo en México al grado de que se crea que este país no es racista cuando el problema es profundo
Ciudad de México (N22/Ireli Vázquez).- El racismo puede ser definido como el «sistema ideológico que defiende la categorización de las personas a partir de caracteres físicos y biológicos asociándose a determinadas etnias o grupos culturales, habilidades intelectuales y valores morales. El racismo busca la legitimación de la superioridad de unas categorías sobre otras como medio para establecer, sostener y reforzar relaciones de poder dominante».
Para el socio-antropólogo e investigador especialista en la publicidad colorista en México, Juris Tipa, el racismo es «un tipo de discriminación que está basado en la falsa creencia de que existen razas humanas. Por supuesto nos vemos muy diferentes, y eso es asombroso, sólo que esa diferencia, genéticamente hablando, sólo se debe al 0.1 % de diferencia, así que biológicamente hablando, las razas no existen. Sin embargo, existe una noción social de que ello existe y esta noción, que es la base del racismo, está autorizada para justificar básicamente exclusión y lo que llamamos discriminación racial».
En México, el racismo también existe y aunque parece un mito, la realidad y los estudios demuestran lo contrario. En la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, elaborada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), mostró que el 20% de las personas en México no se sienten cómodos con su tono de piel, 23% de los encuestados, dijo no estar dispuesto a vivir con alguien de otra “raza” o con una cultura distinta y el 55% reconoció que en el país se insulta a los demás por su color de piel. Una problemática que se ha normalizado.
«Lo de los insultos sería lo de menos, hay muchas consecuencias por el problema colorista en la sociedad mexicana que no solo termina con los insultos. El fundamento de este problema es la normalización del racismo. ¿Qué significa esto? Significa que las personas no necesitan ningún tipo de justificación racional para explicar esta situación, lo dan por sentado, “pues así son las cosas” o “no, pues con razón, porque eres moreno”. Ésa ya es la naturalización, se acepta fácilmente porque básicamente están naturalizando una cuestión social», explicó el investigador.
Si retomamos el estudio realizado por el CONAPRED: 47% de los encuestados señalaron que los indígenas no tienen las mismas oportunidades para obtener un trabajo en México. Esto es comparable con una encuesta realizada en 2017 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en la cual se señala que el color de piel influye en el nivel de estudios y oportunidades laborales que tiene la población en México. Esto es un problema grave pues implica que la discriminación racial tenga tintes económico.
«Básicamente se trata también de oportunidades de vida, es decir, lo de los privilegios y privilegio blanco, etcétera. Sí existe y en México es muy aparente. Entonces, las personas de tez morena en México van a enfrentarse con más obstáculos, que una persona de tez clara, por ejemplo, para conseguir un trabajo. Básicamente, esa es la cuestión de los privilegios, eso no quiere decir que las personas de tez clara no tienen que esforzarse, o que les dan todo regalado, no, solo que se van a enfrentar con menos obstáculos y eso, digamos, es la dimensión estructural del racismo», mencionó.
Publicidad y racismo
El profesor Tipa lleva años investigando el racismo y el colorismo dentro de la publicidad mexicana. Dentro de sus investigaciones, recalca que el problema es más profundo y que al menos en México esto se remonta al tiempo de la colonia. Hasta la fecha, es normal ver este tipo de implicaciones dentro de los medios de comunicación, pues al no verse reflejada la diversidad cultural mexicana, caemos en el juego de la ésta que sólo refleja estereotipos específicos.
«La cultura mexicana, y también la población mexicana, es muy diversa. Es una cultura que ya es per se. Se trata de una enorme diversidad y yo creo que el problema es que esta diversidad es que no está reflejada. Es decir, estoy hablando de que más del 90% de los proyectos publicitarios en México están convocando al latino internacional, lo cual básicamente es lo siguiente: tez clara, ojos negros, cabello negro […] ésa es una representación de una latinoamericanidad europeizada.»
Entonces ¿cómo se podría manejar una buena publicidad e incluyente? El profesor menciona que, «los medios de comunicación y la publicidad es una de las fuentes que están nutriendo esas expresiones coloristas y no solo coloristas, de otros tipos de racismo en la sociedad mexicana, aunque podrían ser agentes de cambios, es decir, reflejar la diversidad, no sólo del latino internacional, la diversidad de la población mexicana. Quiero ser realista: a lo mejor no vamos a despegarnos mucho de los estereotipos de la belleza y los cuerpos “perfectos”, altos, delgados, atléticos para los hombres; sin embargo, también dentro de ese estereotipo podemos representar la diversidad de la población mexicana.»
El racismo se aprende
Hace aproximadamente diez años el CONAPRED creó la campaña Racismo en México. Parte de ella fue un video donde niños y niñas mexicanos expresaron sus preferencias frente a dos muñecos: uno de tez blanca y otro de tez morena. Todos los participantes prefirieron al muñeco de tez blanca, declarando similitud y mayor confianza.
«¿Por qué es deprimente y preocupante?, porque los niños están observando y están absorbiendo esa idea de qué es lo bello, qué es lo limpio, ¿sabes?, hasta ese grado, porque ¿dónde vemos a niños y niñas?, en tantos comerciales de pañales o de productos de higiene para niños y niñas. Ya desde ahí empiezan a absorber esas ideas, ¿qué es lo que significa esto?, así funciona la naturalización, porque ya al crecer lo va a tener súper normalizado, que esto es lo bueno, que esto es lo bello, así que esto dificulta mucho el cambio generacional», concluyó el profesor Tipa.
Imagen: Campaña de Mezcal Oro de Oaxaca