Editorial Paraíso Perdido, [re]conectándote con las letras

Apostar por precios justos, una relación sólida con los lectores, abrir la puerta a nuevas plumas y un diseño que invite a la lectura, es lo que ha insuflado vida a esta editorial que celebra veintidós años de vida

Ciudad de México (N22/Ireli Vázquez).- Este mes, la Editorial Paraíso Perdido celebra 22 años de llevar a lectores al paraíso de las letras emergentes, pero sobre todo, de reconectar a cada uno por medio de la forma de narrar de nuevos escritores.

Lo que comenzó en 1998 como un proyecto de jóvenes entusiasmados y gustosos por los libros y la buena lectura, se transformó en lo que ahora es una de las librerías emergentes —como lo explica Antonio Marts, editor principal y director general— y de las editoriales más consolidadas de Guadalajara y del país. Apoyados de la venta en línea es cómo también han podido expandir sus fronteras y así llegar a más personas.

«La editorial cuenta con dos etapas. La primera es cuando nos reunimos tres amigas que estaban estudiando letras y yo, que estudié diseño gráfico, y empezamos a platicar sobre que no había un proyecto con el cual nos sentíamos plenamente identificados, fue cuando nos cuestionamos ¿por qué no iniciamos uno? Entonces decidimos comenzar a publicar una revista trimestral de literatura que se llamó La voz del esfinge. Vimos que también nos interesaba publicar libros y así fue como empezó la editorial. Tuvimos esta primera etapa en la que nadie había hecho trabajo editorial, entonces fue como una etapa de aprendizaje, de tropezar, de levantarnos, empezamos publicando a los amigos, empezamos publicando poesía y tras diez años estas amigas decidieron comenzar otros caminos y al separarse yo me plantee la pregunta si se terminaba el proyecto o si continuaba, decidí continuarlo, porque la verdad yo sí sentí la pasión por editar. Ese momento fue dar el brinco y profesionalizar las cosas. Ahí comienza la segunda etapa, creamos o configuramos la editorial como una empresa, se constituye legalmente, se integran los actuales socios de la editorial y decidimos, entre otras cosas, uniformar el diseño y, sobre todo, decidimos enfocarnos en narrativa, […] decidimos apostarle al cuento y aunque también publicamos novela, la verdad es que la mayor parte del catálogo actual tiene que ver con el cuento», explicó en entrevista, Antonio Marts.

Y aunque los tiempos son inciertos y llegar a la consolidación no fue fácil, los retos están presentes todos los días, un ejemplo de ello es la pandemia por coronavirus por la cual el mundo está atravesando y que afectó a todos los sectores, incluidos el de los libros. Así es como Paraíso Perdido, celebra 22 años, pero siempre con la fiel promesa de acercar a los lectores a las nuevas escrituras.

Platicamos con Antonio Marts para conocer más detalles sobre la editorial, y cómo ha sido sobrellevar el camino ante la covid-19.

Ustedes siempre apuestan por descubrir nuevos escritores, no se cierran a esta posibilidad que muchas veces las editoriales grandes no dan, el salir o ser vistos, ¿por que ustedes sí hacen esto?

Yo creo que se da de una manera muy natural, porque quienes estamos atrás, o quienes somos los socios de la editorial venimos de este lado, del lado de la independencia. Es curioso, porque yo siento que este es un muy buen momento para las editoriales independientes, precisamente porque hay dos grupos muy fuertes, lo que te diría es que son muy hegemónicos, es decir, aunque tengan muchos sellos o subsellos, hay una especie de línea —con sus excepciones porque también publican cosas muy interesantes—, pero en general es algo muy uniforme y lo que tenemos las editoriales independientes es que somos voces que discrepamos o voces que proponen otras cosas fuera de eso, creo que fomentamos la bibliodiversidad y quien puede ganar es el lector que busca cosas diferentes y no necesariamente que sean mejores, porque cada lector decide qué leer. En ese sentido, esa es la apuesta, somos diversos, compartimos lo que nosotros creemos que vale la pena compartir de lo que hemos descubierto, porque tampoco podemos publicar a todos, ni prometer que lo vamos a hacer.

Tomando este tema sobre lo que pueden publicar y lo que no, ¿cómo hacen este proceso de selección y decir «este es un buen manuscrito»?

Nosotros normalmente abríamos una convocatoria una vez al año en la que quien deseaba o tenia interés en ser dictaminado nos enviaba su material. Lo bueno es que tuvimos una respuesta avasalladora, nos llegaron una cantidad de manuscritos que superaron nuestra capacidad de lectura, para ser honestos, entonces tuvimos que cerrar, de hecho actualmente está cerrada esta convocatoria, si no esto se volvería un cuento de nunca acabar, estaríamos recibiendo y recibiendo y no podemos leer todos, el equipo es pequeño y además no sólo nos estamos dedicando a leer , tenemos que editar, tenemos que promocionar, etcétera. Básicamente ese era uno de los caminos.

El otro camino es que tratamos de estar al pendiente de lo que se está publicando en revistas, en sitios web; estamos también muy al pendiente de quienes son lo becarios del FONCA o de la Fundación para las Letras Mexicanas o los concursos de Jóvenes Creadores, obviamente no podemos abarcar todo, ni podemos estar al pendiente de todo, pero si algún autor nos interesa o pensamos que podría encajar en el catálogo de Paraíso, nosotros lo buscamos. Se pude dar de las dos maneras: ya se que nosotros lo busquemos o bien de los manuscritos que nos mandan destaque y entonces le damos salida.

Editorial Paraíso Perdido tiene algo que hace que los lectores se queden dentro de las palabras de cada uno de los libros. Pueden ser leídos fácilmente. Como bien lo mencionas, cada persona es libre de decidir qué quiere o desea leer, pero ¿cómo hacer que una editorial a lo largo de veintidós años siga logrando esto y que los lectores siempre quieran leer más de sus publicaciones?

Creo que es muy difícil responder la pregunta y al mismo tiempo no. Básicamente es una intuición de editor. Al menos para mi funciona así: yo leo por primera vez un texto y si me emociona ese libro, esa primera lectura para mí debe ser sin estar buscando los errores por así decirlo. Si ese libro a mí me atrapa y no puedo dejar de leerlo, ya es una buena señal. Nos tiene que sorprender, nos tiene que gustar, nos tiene que emocionar.

También tiene mucho que ver la parte de qué es lo que queremos publicar. A veces me da la impresión de que algunas editoriales están en busca de los grandes nombres, pensando en vender, lo cual no me parece mal, todos queremos vender, pero nosotros decidimos apartarnos de esos grandes nombres y buscar este tipo de libros.

Ustedes manejan un catálogo de libros gratuitos ¿por qué hacer este acercamiento a los lectores con este tipo de entregas? y ¿cómo se ven beneficiados los escritores?

Es un tema complejo porque se discute mucho este tema de la gratuidad, de que a lo mejor estamos mal acostumbrando a los lectores, y luego van a querer todo regalado. Nosotros lo vemos más como una especie de agradecimiento.

Tenemos completa una colección que se llama Instantáneas, que empezamos a publicar hace cinco años y que eran plaquettes de autores jóvenes, éstas traían entre uno y cinco cuentos, pero realmente no terminaban de conformar un libro, algunos de estos escritores después publicaron libro con nosotros, entonces me parece que este material (que además ya esta agotado), podía funcionar muy bien como una opción para aquellos lectores que no conocían la editorial, que pudiera ser como un primer acercamiento y entonces, una vez que conocieran el tipo de lecturas que les proponíamos, sí se animaran a adquirir un libro.

También tiene que ver con un tema de reciprocidad: si los lectores nos están apoyando ¿por qué no soltar una parte del material? En el caso de estas plaquettes, se había acordado con los autores que era una especie de carta de presentación para ellos y para la editorial, y la mayoría de los escritores aceptó que se otorgara de manera gratuita y no hubo problemas con nadie.

Un tema importante que quería tocar es el de la pandemia, se ha sabido que muchas librerías han cerrado por que ya les es imposible mantener su espacio físico, al igual varias editoriales independientes han resultado afectadas por el covid-19, ¿ustedes cómo han sobrellevado esta situación y qué oportunidades les ha dejado?

Yo considero que hemos aprendido mucho, sobre todo de los lectores. Nosotros teníamos un plan desde nuestro punto de vista muy ambicioso para 2020, teníamos planeado asistir a diversas ferias de libros, ya teníamos invitaciones, incluso participar con stands en algunas porque nos interesaba mucho conectar con la gente, que no sólo vieran a la editorial en un espacio virtual, como las redes sociales, queremos consolidar el contacto presencial. Cuando se viene todo esto de la cuarentena sí fue como un “no puede ser”. Fuimos viendo como se fueron cancelando las ferias en las que íbamos a participar, una tras otras, fue un bajón de ánimos bastante fuerte pero también vimos que, por ejemplo, el tener una tienda el línea nos ha salvado definitivamente, aumentaron las venta. Yo creo que lectores que normalmente iban a las librerías, cuando éstas se cerraron, buscaron otros canales, tanto para seguirnos apoyando como por curiosidad.

Definitivamente se habla mucho de la editorial y creo que esta curiosidad fue lo que los motivó a empezarnos a comprar directamente en la tienda en línea y también vimos que aumentó la lectura de libro electrónico. En ese sentido y sin querer, porque no era esa la intención, sí estábamos preparados para afrontar algo como esto.

Nos gusta mucho trabajar con las librerías, tratamos de apoyarlas lo más que podemos, pero definitivamente estos meses hemos logrado salir adelante gracias a la tienda en línea y a la lectura de los libros electrónicos. Esto no quiere decir que estamos vendiendo tanto, más bien lo que se están vendiendo nos a servido para pagar los gastos básicos, la renta, los servicios y mantener las cosas y ahora para sacar algunas novedades.

Y me refería al aprendizaje porque, la verdad yo me siento muy agradecido con toda la gente que nos ha comprado libros, porque sin ellos muy probablemente estaríamos en una situación mucho peor.

¿Cómo afrontaron las actividades en internet ante la pandemia? sobre todo para poder llevar una mejor comunicación con sus lectores.

Lo que siento, más como lector que como editor, sobre todo después del primer mes de cuarentena es que hubo una saturación de oferta tremenda. Y me da la impresión de que fue un poco contraproducente porque nos saturamos, había tanto gratuito o no, o transmisiones online, que en lo personal decía “ya no quiero saber nada de lo virtual”, entonces en ese sentido, si yo estoy sintiendo eso como lector, no quiero saturar a mis lectores.

Sí soltamos los materiales gratuitos, pero ya no hicimos más, nos esperamos a que pasaran algunos meses y comenzamos a tener algunas charlas virtuales y creo que funcionó bastante bien porque dimos un respiro.

Hablando sobre este tema de charlas o conferencias virtuales, ¿qué opinión tienen acerca de las ferias de libro virtuales?

No estoy seguro sí me gusta del todo el modelo virtual. Hay un parte que sí me gusta mucho que es muchos interesados en la obra de determinado escritor, que por ejemplo pienso en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que traía a algún Premio Nobel o escritores con muchos lectores que si solamente vives en Guadalajara o ibas a la feria podías escucharlos, y ahora al ser virtual eso va a permitir que los interesados puedan escuchar este tipo de charlas, eso me parece muy bien.

Pero ,por ejemplo, faltaría ver en el caso de las presentaciones de libros, ¿cómo va a funcionar el enamoramiento con el libro como objeto?, porque muchas veces en las presentaciones después de escuchar a los autores, te emocionabas, veías el libro físico ahí en la mesa y muchas veces ahí se compraba, pero ahora pasar de la charla a la compra virtual, no sé… tengo mis dudas, pero al mismo tiempo es un momento emocionante. Vamos a ver cómo se va resolviendo.

Los precios que manejan son unos de los más económicos y en los últimos meses se ha visto que han manejado descuentos, ¿creen que hacer esto los ha ayudado también a sobrevivir a la pandemia?

Esa parte va mucho del “sí, somos editores, pero también somos lectores”. En ese sentido los descuento son muy importantes. El envió muchas veces, al menos a mí, es lo que más me pesa pagar porque por desgracia el servicio de correo es muy lento o incluso en algún momento se perdían paquetes y cosas de este tipo.

Nosotros hicimos una encuesta y la mayoría de los lectores decían que preferían descuentos en los envíos que en los mismos libros, entonces de esa manera cuando no podemos asumir el costo total del envió, procuramos subsidiar por lo menos la mitad, y creo que eso también ha permitido que los envíos no estén tan caros y que se hagan a través de paquetería. Sí tenemos un descuento, pero no pueden ser tan espectaculares porque los preciso que manejamos no están inflados, estamos buscando que sea lo más justo posible para todos.

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Todas las imágenes:  © Paraíso Perdido