¿Cómo funciona el sistema inmune?

El cuerpo es capaz de distinguir lo propio de lo extraño y esto se debe a que está habitado por células inmunitarias

Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- Los virus habitan el planeta Tierra desde antes que las personas, incluso los retrovirus forman parte de la historia evolutiva y del genoma de los seres humanos. Les sorprendería si les digo que prácticamente la mitad de nuestros genes provienen de secuencias de estos microorganismos. La coevolución humano-virus ha contribuido a desarrollar nuestra respuesta inmunitaria. Pero ¿qué es la respuesta inmune antiviral? ¿Cómo se defiende nuestro organismo de patógenos que quieren atacarlo? ¿Cuáles son las funciones que desempeña el escudo natural del cuerpo para protegernos de agentes dañinos externos?

El sistema inmune es considerado uno de los más complejos del ser humano debido a su forma de actuar. Le permite al organismo detectar entidades infecciosas mucho antes de que le generen cualquier daño y también le da la posibilidad de raparlo, si se da el caso. Lo primero que tienen que saber es que la respuesta inmune en contra de los virus funciona con dos grandes fases.

Respuesta Inmune Innata

En esta fase, considerada inespecífica, se reconoce a los patrones moleculares asociados con virus y bacterias. Cuando un patógeno quiere ingresar al organismo se encontrará con las barreras naturales como la piel, las mucosas, las lágrimas o la saliva; una vez que el agente infeccioso atraviesa estas barreras, el flujo sanguíneo aumenta en la zona infectada con el objetivo de liberar células para detener la infección. El lugar donde se da esa batalla se inflama y enrojece. En esta lucha participan células como NK que degradan el material genético de células infectadas por virus; y los fagocitos, que se encuentran libres en la sangre y son capaces de capturar y digerir microbios. Esta fase podría ser suficiente para eliminar a los agresores. Después de aproximadamente doce horas iniciará la Fase 2.

Respuesta Inmune Adaptativa

Esta fase se caracteriza por tener memoria, es decir, recuerda a los patógenos con los que el organismo de una persona estuvo en contacto desde su nacimiento para poder combatirlos y en ella se generan los anticuerpos.

¿Qué son los anticuerpos? Los linfocitos B y T de nuestra sangre son quizá las células más representativas para producir anticuerpos. Los anticuerpos son proteínas solubles que se unen a una determinada molécula del patógeno invasor para eliminarlo. Por ejemplo, los linfocitos T, tienen en su membrana celular un receptor conocido como TcR, una especie de molde que se ajusta a sustancias extrañas como una cerradura a su llave para abrirlas y destruirlas.

La respuesta inmune tiene diferencias entre sexos:

  • En los hombres la actividad de linfocitos B es menor que en las mujeres.
  • Los hombres tienen menor respuesta de anticuerpos contra H1N1

Es importante resaltar que los factores que influyen en el desarrollo de una infección son la habilidad de un virus para causar daño, la susceptibilidad de la persona relacionada con su genética, estado de salud y edad, con obesidad o envejecimiento se deteriora la respuesta inmune, así como la dosis infecciosa del patógeno. Si la cantidad de virus que entra al organismo es grande, difícilmente estos mecanismos de defensa del cuerpo pueden realmente ser eficientes.

Algo, sin duda, asombroso del organismo humano es su capacidad de distinguir lo propio de lo extraño y esto se debe a que todo el cuerpo está habitado por células inmunitarias. Pero no olvidemos que los virus han desarrollado y seguirán desarrollando estrategias para bloquear o evadir este sistema complejo del cuerpo.

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