La depresión y la búsqueda de la felicidad

Para pensar en la depresión, el neuropsiquiatra Jesús Ramírez Bermúdez se pregunta: ¿Cuál es la relación entre los patrones de pensamiento dominados por el pesimismo y la negatividad y los grandes problemas sociales del planeta?

Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- ¿Cómo sobrevivir ante la imposibilidad de la felicidad y el dolor? Las pérdidas, las separaciones familiares o sentimentales, el maltrato, la pobreza, el abuso, la violencia, la genética y las enfermedades son algunos de los factores biológicos y sociales que pueden desencadenar depresión en las personas. El jefe de la Unidad de Neuropsiquiatría del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, Jesús Ramírez Bermúdez se pregunta: ¿Cuál es la relación entre los patrones de pensamiento dominados por el pesimismo y la negatividad y los grandes problemas sociales del planeta?

«El tema del dolor es un tema que está muy relacionado con la depresión, porque en primer lugar la mayor parte de las personas que tienen depresión se quejan de dolor, dolor en la cabeza, dolor en la espalda, a veces se les diagnostica fibromialgia, a veces colon irritable, a veces migraña, técnicamente hablando son como comorbilidades que están ahí y tienen mucho que ver con este fenómeno de inflamación que conecta, de alguna manera, estos problemas físicos, que a veces así les llamamos, y estos problemas emocionales como la depresión están conectados por la inflamación. Yo creo que esa liga es muy importante para entender esta dificultad, para acceder al bienestar, para acceder a sentimientos liberadores, sentimientos de mayor gozo, la posibilidad de sentir alegría, de sentir felicidad.»

Cuando el cerebro responde a una infección, enfermedad o trauma como el cáncer o la violencia, el organismo libera unas proteínas del sistema inmunitario conocidas como citocinas que pueden orquestar un proceso de inflamación en el cuerpo y provocar reacciones perjudiciales en los tejidos del sistema nervioso, de la piel y aparato respiratorio. De ahí que el fenómeno de inflamación esté relacionado con lo que se conoce como depresión mayor. Y aunque esta relación es una de las dimensiones esenciales, existen otros factores que se ven involucrados como los problemas de intelecto, de sueño, de memoria y el estrés social.

«Por otra parte, como los problemas sociales pueden producir también inflamación como tal, niños que son sometidos a maltrato infantil, diez o veinte años después o treinta años después, tienen más inflamación en su cuerpo. No es posible que la persona con depresión se convierta en un territorio de conflicto entre quienes creen que la depresión es un problema puramente psicológico y social, y entre quienes creen que es un problema genético, biológico, hormonal, porque en realidad todas esas partes de la discusión tienen algo de cierto, más bien depende de qué tipos de lentes nos ponemos para mirar la depresión.»

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año se suicidan cerca de 800 mil personas por depresión, y se considera la segunda causa de muerte entre el grupo etario de 15 a 29 años. En México 9 de cada 10 habitantes ha presentado alguno de los síntomas que engloba este padecimiento.

«No tiene tampoco que normalizarse, decir, a pues somos una sociedad deprimida, y el siete por ciento de la gente va a estar discapacitada por depresión con ausentismo laboral, deserción escolar y simplemente los vamos a catalogar como personas que se hacen pasar por víctimas y que no le quieren echar ganas, eso en realidad no nos sirve de nada. Faltan psicoterapias, no hay quién provea estos servicios. Los sistemas de salud en México y el mundo no están preparados y nunca lo han estado; las personas que tenían ese problema lo vivían de forma marginal, ahora, a la mejor cobra un poquito más de visibilidad y espero que esto se traduzca en un apoyo en la esfera de la salud pública y en un debate que nos concierna a todos y no nada más al individuo que sufre.»