En cinco capítulos es narrada esta historia y animada in situ; es parte de la tradición oral de la alcaldía Tlalpan y la puedes encontrar en la plataforma Contigo en la Distancia
Ciudad de México (N22/Huemanzin Rodríguez).- A finales del 2016, la música y promotora cultural, Iris Bringas, junto con Jehová Villa Monroy y Ernesto Guerrero, desarrolló el colectivo Para escucharte Tlalpan, que indagaba en las tradiciones orales de los diversos pueblos que integran la Alcaldía Tlalpan. Así, nacieron radionovelas y poemas sonoros. Entre las leyendas recopiladas encontraron en el pueblo San Miguel Xicalco, la que habla del Chicopapálotl, un hombre mariposa que se alimenta por las noches con la sangre de los niños y los deja secos hasta la osamenta. Ahora, Bringas y Villa, en colaboración con el animador en tinta china fresca, Arturo López «Pío», la adaptaron en cinco capítulos que han sido posibles gracias a los apoyos para artistas que la Secretaría de Cultura Federal ofrece en concurso para la plataforma digital Contigo en la Distancia. Bringas, cuentas los detalles a Noticias 22 Digital.
«Hicimos el audio arte, duraba media hora y después decidimos llevarlo a esta idea. Teníamos mucho tiempo en la cabeza el querer trabajar con Arturo López «Pío», quien hace la animación al momento. La idea original era hacerlo en performance, porque se hacía en vivo la narración, la música y la animación. De ahí, vino la idea de hacerlo cortometraje. «Pío» la metió a la convocatoria de Contigo en la Distancia. Sale electo y comenzamos la difusión.»
¿Cómo encontraron esta leyenda?
Fue trabajar con la comunidad. Jehová Villa Monroy, Ernesto Guerrero y yo, cuando estábamos en el colectivo Para escucharte Tlalpan, nos involucramos mucho con la comunidad de San Miguel Xicalco. En San Andrés Totoltepec conocimos a un señor que cultiva calabazas y nos llevó, a las cuatro de la mañana, a ver la flor abrirse, eso ocurre entre las cuatro y seis de la mañana, y es la hora en que debe de ser cortada. Eso nos hizo ver y conocer historias diferentes. Durante ese trabajo, conocimos a un chico llamado José Eduardo López Balderas, él nos contó esa historia que, a su vez, había escuchado de su papá, y él, a su vez, de su papá.
Desde niña me gusta el horror y algo que me encanta de los cuentos de Hans Christian Andersen, de Charles Dickens, es que son cuentos muy crueles y que tienen esta posibilidad de dejar algo para el aprendizaje tanto a los niños como a los adultos.
Creo que lo que logramos es una forma, también, divertida y entretenida de trascender el patrimonio, el rescate del patrimonio y entretener a la gente.
La animación de Arturo López «Pío», es la de una animación hecha in situ, ¿cómo se reunieron para hacer este trabajo?
Hace cerca de veinte años que conozco a Arturo López «Pío». Recuerdo que lo vi por primera vez en un concierto de León Chávez Teixeiro. Mientras León daba el concierto, Arturo estaba pintando, haciendo cine a mano. Es mágico y psicodélico. Desde ese momento pensamos que podríamos hacer algo, pero no había un proyecto en específico. La idea de reunirnos, porque nos convertimos ya como un colectivo, surge un poco antes con unos cuentos que yo quería hacer.
Su técnica es impresionante, porque él va pintando sobre acetatos, usa un viejo proyector de cuerpos opacos, de esos que usábamos en la secundaria. Pinta sobre un acetato con tinta china, debe de estar húmedo, la complejidad la ves cuando lo está haciendo porque, un poco más de agua y el momento se estropeó, o es menos y se secó, y se quemó un poco. Tiene una técnica de varios años y un trazo muy expresivo.
¿Quiénes participan en La leyenda de Chicopapálotl?
Jehová y yo hicimos el diseño sonoro, Arturo hizo la animación y diseño de arte, yo escribo las historias; Jehová y yo prestamos nuestras voces y tuvimos la fortuna de que aceptara Charles Oppenheim, como otra de las voces.
Son cinco capítulos, son muy pequeños, alrededor de tres minutos, tres minutos y medio; en total, la leyenda no dura más allá de diecinueve minutos.
¿Las leyendas son un vínculo con la identidad?
Tenemos otras historias que queremos trabajar como «La niña del árbol”, una historia de la Revolución, recordemos que esa zona se incendió por completo en esos años, ahí hubo una presencia zapatista muy importante y tuvieron historias muy dramáticas. Sin adelantarte nada, esta leyenda habla de una niña que fue dejada en un árbol para que salvara la vida, y después la abuela pudo rescatarla. Ahí nos ayudó mucho el Círculo Cultural Francisco Goitia y el Cine Club Xicalco. Nos ayudaron a entrar en esa magia de historias, de cultura, de sazón. Si estás ahí, vas a conocer las partes rurales de la Ciudad de México, una parte de mucha pobreza, muchos de ellos tienen que trasladarse a pie por varios kilómetros porque no llega el transporte. Muchos de ellos, lo más lejos que han llegado en su vida es al centro de la Alcaldía Tlalpan. Hay chicos que montan toros, como parte de su tradición, y orgullosos se ponen sus trajes de monta, pero cuando van a una fiesta lejana de los círculos de la tradición, en el centro de la alcaldía, la gente se burla de ellos. Entonces, hacen a un lado sus raíces por vestirse igual que todos.
El orgullo de la tradición viene de las familias más alejadas a las que les siguen llamando indios, y que no debería de ser una forma de insulto ya que, en la investigación que hicimos con el colectivo, nos mostraron que son descendientes de tepanecas, de la tribu de Tezozómoc.
Nos gustaría acercarnos a historias de varias partes de la ciudad, de diferentes momentos de la historia de la Ciudad de México y, así, colaborar en las identidades de esta urbe. La idea de trabajar con estas leyendas es fomentar en las personas que todos somos historias andantes y que todos tenemos una leyenda que contar.
La leyenda de Chicopapálotl se puede ver en la plataforma “Contigo en la distancia” y en el canal de Youtube de Arturo López «Pío». Cine a mano.