Un espacio cuya estructura misma es un archivo abierto y cuyas paredes exhiben la colección pictórica privada más importante de tema mexicano
Ciudad de México (N22/Ireli Vázquez).- ¿Qué distingue a un sitio histórico? Puede ser su arquitectura, las miles de historias que ahí se gestaron, sus esencia y olor a humedad. Quizá, sea la unión de cada una de esas descripciones.
Dentro de la gran urbanización de la Ciudad de México, entre la calle de Isabel La Católica y Venustiano Carranza, se encuentra un edificio con arquitectura barroca que en su entrada, y por encima de su gran portón de madera, lleva el nombre de Casa de los Condes de San Mateo de Valparaíso, un lugar que fue construido entre 1769 y 1772, el cual resplandece en su interior por su arco de diecisiete metros de longitud y portadas internas en su patio así como su doble escalera helicoidal, única en toda América.
En 1884, en este lugar fue fundado el Banco de México que fijó aquí la casa matriz de sus operaciones y su Dirección General. Tras trece décadas, este edificio se transformó en un lugar de diálogo, y de aprendizaje, donde las personas que deseen aprender sobre el desarrollo económico del país, así como la historia del lugar, lo pueden hacer libremente.
Este edificio, que se ha distinguido como uno de los centros financieros más importantes del país, también se distingue por mostrar más de un centenar de obras propiedad del Banco, y que forman parte de la colección pictórica privada más importante de tema mexicano. Asimismo, se pude conocer de una forma dinámica, la historia del palacio y de la familia que lo construyó y habitó.
Además de las obras privadas que tiene este sitio, actualmente se muestran obras que forman parte de del patrimonio pictórico de México. Artistas como: José Clemente Orozco, José María Velazco, Diego Rivera, Rufino Tamayo, Remedios Varo, Gerardo Murillo, Leonora Carrington y Francisco Toledo, son algunos de los artistas cuyas obras han sido expuestas en este recinto.
Imágenes: © Ireli Vázquez