Thierry Jeannot: transmutaciones y perspectivas

¿Quién o qué determina el valor de las cosas? A través de la creación de piezas hechas con basura, el artista francés cuestiona la subjetividad de los juicios

Ciudad de México (N22/Ohmar Vera).- Desde 2005 el artista francés, radicado en México, Thierry Jeannot, diseña piezas de arte con diversos materiales incluyendo pet y otros plásticos. Actualmente su equipo de trabajo está compuesto por antiguos pepenadores de la zona de La Merced, en la Ciudad de México.

«Con el pet fue hace diez años que hice las primeras piezas, empecé a hacer exposiciones, a vender, pero trabajaba con una visión muy distinta, tenía dos o tres estudiantes que me ayudaban a producir estas piezas.»

Recorriendo las calles de esta zona marginada observó, no sólo el desperdicio y la contaminación generada por las botellas de plástico, sino también a la gente y sus condiciones de vida; por lo que buscó, congruencia con su trabajo.

«Después de un año y medio empecé a hacer más proyectos, entonces me surgió la idea de abrir mi mundo de artista-diseñador a esta población, de integrarlos en mi taller productivo donde yo como artista tengo que hacer una exposición, producir piezas para un cliente, un museo y es lo que hicimos. Silvia, Fabiola, José Luis, Miguel, Reyna, Lilia, ya son los seis del grupo y yo «El Terry», como dicen, les cuesta el Thierry.»

Thierry Jeannot / Todas las imágenes tomadas de thierryjeannot.com

En 2015 comenzó a dar talleres de arte a un grupo de personas en situación de calle. Un año después decidió sumar formalmente a seis de sus alumnos a su equipo de trabajo artístico. Silvia Hernández, de 65 años, trabajó por más de catorce años pepenando botellas de pet en el centro de la ciudad, por cada kilo que juntaba, el equivalente a 35 botellas, le pagaban cuatro pesos.

Silvia: «Tiene uno que andar en las calles, calle por calle, llegando a los basureros, abrir bolsas, ver y ya después ir separando los materiales, cuál es uno, cuál es el otro. De cuatro de la tarde a cuatro de la mañana, tres de la mañana, son mis horas de trabajo, en esta zona que es la Lagunilla, es Tepito, todo el Eje, llegando a Fray Servando, todos esos lugares yo los caminaba de noche. Ya no, porque ya me dedico más a este proyecto. Con esto absorbo este gasto o tengo para mis pasajes o para comer, o para pagar una pequeña renta, pues rento, entonces para todo eso me ayuda todo esto.»

José Luis Rivera vivió por más de diez años en situación de calle, bajo severas condiciones de drogadicción y alcoholismo: «Antes yo andaba mucho vagando en las calles, en la adicción, pues, perdido en la vagancia en la drogadicción, haciéndole daño a la gente. Esto que estamos trabajando me cambió tanto la atención, que me hizo cambiar mi forma de ver en mí, tener un propósito de lo que es uno, descubrirse uno mismo.»

Thierry: «El valor está en muchas otras cosas, no en la apariencia. Un candelabro barroco que representa la opulencia y el lujo, al final son pedazos de plástico recogidos de la calle  y recogidos por gente en situaciones difíciles, invisibles. El trabajo manual une a la gente, eso lo había notado, se van las diferencias culturales, socioeconómicas, el hecho de estar trabajando en una pieza, de estar trabajándolas con las manos, quizás unos con una habilidad distinta a la otra, pero es algo que proporciona la unión. Cuando todos nos concentramos no hay agresividad, es bien lindo observar, tiene algo meditativo, de calmar la mente.»

Las piezas se han exhibido en el Museo de Artes Decorativas y Arte Moderno de Viena, Austria; en el Museo Franz Mayer y en la sinagoga histórica Justo Sierra, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

«Me gusta mucho porque me gustan mucho las combinaciones, me gusta mucho estar transformando una botella en una flor o en una hoja», dice Silvia.

«Me da tranquilidad su color, su estabilidad, lo blanco que tiene, el blanco para mí es una pureza que varios buscamos, esto se transforma, se lava, se limpia…», expresó José Luis.

El trabajo de Thierry Jeannot y su equipo es un juego con los valores, ¿cómo decir que tiene y qué no tiene valor?, ¿cómo pensar que una persona tiene más valor que otra? Es una reflexión hacia la sociedad y su subjetividad.

Silvia: «Me siento contenta de poder poner un granito de arena para la sociedad, porque así decimos «una botella menos en las calles». Aprendemos que  lo que hay en las calles se pueda recoger y puedan estar las calles más limpias.»

«Este trabajo representa eso, dar voz, transformar, jugar con eso, ¿así no tiene valor?, pues mira esto. Me gusta darle la vuelta a las cosas», concluye Thierry.