La luz es el medio por el cual el artista estadounidense ha dado forma a su obra, campos saturados de color que adquieren una presencia física
Ciudad de México (N22/Redacción).- Conocido por su manejo de la luz que involucra a los espectadores con los límites de la percepción humana, el trabajo de James Turrell (EEUU, 1943), bajo el nombre Pasajes de luz, se alojará en el Museo Jumex de noviembre 22 a marzo 29.
Las galerías 1 y 2 del museo, serán ocupadas por nueva obra de las series más importantes de Turrell. Dos instalaciones a gran escala ofrecen un contraste de experiencia, ya que la pérdida de horizonte se produce tanto en la luz como en la oscuridad.
Un Ganzfeld concebido para la galería del primer piso, y que forma parte de una de las series clave de las instalaciones del artista, origina una experiencia que disuelve la arquitectura por medio del uso de “campos totales” de color intenso. Construida para la terraza del Museo Jumex, la pieza Dark Space [Espacio oscuro] proporciona una iluminación tan mínima que las imágenes aparecen desde dentro del ojo del visitante. Juntas presentan los extremos en los que el artista crea lo que él describe como “ver detrás de los ojos” o, como él mismo dice, “el verte a ti mismo ver”.
En la galería 2, varias instalaciones trazan la trayectoria única de Turrell, desde las primeras obras experimentales que realizó en Los Ángeles en 1960, hasta las instalaciones a gran escala en el Museo Jumex. Estas instalaciones que se mostrarán en el segundo piso del museo tuvieron su inicio en el estudio del artista en el Mendota Hotel, donde a finales de los años sesenta y principios de los setenta, Turrell comenzó a desarrollar formas de controlar la luz proyectada y reflejada para crear espacios. Estas obras se ubican junto a los experimentos más recientes de Turrell, que utilizan tecnologías actuales como la holografía y la iluminación controlada por computadora para ampliar su campo de práctica, revelando así la materialidad de la luz.
Las instalaciones se acompañan con documentación y modelos de la magnum opus de Turrell, llamada Roden Crater. Este proyecto busca convertir un volcán extinto en Arizona en una instalación, en la cual el artista ha trabajado continuamente durante los últimos 45 años. Roden Crater es, sin duda, el proyecto artístico más ambicioso en el que se haya embarcado, además de ser una proeza artística inspirada e inspirando a la astronomía, entre otras disciplinas. Las investigaciones insólitas de este artista examinan el sentido de asombro universal que se siente frente al cosmos y el paso del tiempo.
A través de una comprensión científica de los efectos de la luz y una visión artística singular, Turrell incita a meditaciones silenciosas sobre el tiempo y el espacio, las cuales son tan relevantes hoy en día como lo han sido a lo largo de la historia de la humanidad. Extendiéndose más allá del espacio físico de la galería o museo, el artista ha creado estructuras monumentales que hacen que los cielos y los cuerpos celestes parezcan tangibles para el espectador.
Imagen: James Turrell. Ganzfeld «Aural”, 2018. Foto: Florian Holzherr ©James Turrell