Cinco cintas en las que este concepto es llevado al límite y también cuestionado
Por Rebeca Ávila
Qué es un niño sino un ser libre de maldad, porque no es consciente de que ésta existe en el mundo. Pero si no hablamos solo de maldad, sino de una sola concepción que tenemos acerca del mundo construida por la crianza a la que estuvimos expuestos y por la sociedad en la que cohabitamos, es desesperanzador que la misma sociedad sea la que rompa esa burbuja en la que reposan nuestra perspectiva del mundo, nuestros sueños y esperanzas.
Esta ruptura hacia la realidad es la pérdida de la inocencia, que no necesariamente llega con el término de la infancia, en realidad se extiende a la adolescencia, justo cuando un buen día nos topamos con que el mundo no es como creemos que debe de ser e inician nuestras primeras “crisis existenciales” producto de ese golpazo de frente contra la realidad. El escritor inglés Graham Green bien solía decir «La inocencia es como un leproso mudo que ha perdido su campana y que se pasea por el mundo sin mala intención.»
Esta añoranza por el fin de la inocencia ha sido retratada en el séptimo arte y en este Top #CineSinCortes hacemos una pequeña y personal selección de esas cintas que nos invitan no sólo a recordar o identificarnos con ese pasado, sino a observar otras realidades en una misma etapa.
Soñadores
Sexualidad y protestas, ¿qué hay de inocente ahí? Pues no mucho, al parecer. En esta cinta de Bertolucci, el libertinaje que describe al trío amoroso universitario entre el norteamericano Matthew y los mellizos franceses Isabelle y Theo, se ve envuelto por los agitados días de mayo del 68 en París. En el filme, la inocencia se va desvaneciendo con la transgresión y la vuelta a la realidad. La inocencia está en que los hermanos hacen caso omiso del incesto como tabú occidental moderno y utilizan a Matthew para poder romper la barrera de la familiaridad. Isabelle y Theo se atraen físicamente y se quieren de verdad, ¿qué hay de malo en ello? El otro choque de realidad es presenciar que el mundo es como es y que las protestas y los ideales políticos revolucionarios pueden vivir sólo en nuestra mente y espíritu.
Las vírgenes suicidas
Las rubias y hermosas hermanas Cecilia, Lux, Bonnie, Mary y Therese viven en algún suburbio de los Estados Unidos robando los suspiros de sus vecinos. Con unos padres estrictos y conservadores, la menor de ellas, de sólo 13 años, Cecilia, intenta suicidarse: «Obviamente doctor usted nunca ha sido una chica de 13 años», es lo que responde cuando el psiquiatra la cuestiona acerca de su decisión. Para mejorar la salud mental de Cecilia, el médico recomienda a los padres que fomenten su convivencia con el sexo opuesto. Sin embargo, cuando Lux comete la peor de las faltas, el matrimonio decide enclaustrarlas en casa sin siquiera poder ir a la escuela. En un afán por mantenerlas inocentes y puras de cualquier mal, las orillan a desear transgredir esos límites y a sabiendas de que es casi imposible cruzar las puertas de su hogar, ellas buscaran la forma más violenta de salir.
Las ventajas de ser invisible
La historia que hace evocar la juventud preparatoriana. Cuando tratas de encontrar tu lugar en el mundo, tienes ideales y sueños y te encuentras con el muro de los prejuicios, de los estándares, de los rechazos, es difícil creer que puedes sobrevivir a esa época de tu vida. Pero si te encuentras con el grupo al que perteneces pudiera ser más sencillo: el de los marginados. La historia de Charlie, Patrick y Sam muestra ese salto hacía la adultez en la que después de errores en el camino de la búsqueda de la identidad, su ingenuidad los vuelve no sólo víctimas sino sobrevivientes que ahora están listos para el mundo real. En ese camino, se enamoran, se enemistan, se perdonan y recuerdan un pasado que creían nublado.
Casi famosos
Tener un trabajo en el que hagas algo que verdaderamente te apasione, parece ser un sueño, y lo es. Así lo comprueba William, a una edad muy corta (15 años) y de la peor manera. A él le gusta escribir y cuando consigue una oportunidad en la revista Rolling Stone no puede creer que tenga el privilegio de seguir a la banda del momento Stillwaters. Con la oportunidad de su vida en las manos se embarca en una aventura para cubrir la gira de sus héroes musicales y de paso hacerse su amigo. Sin embargo, esa pared de cristal desde donde los observaba se cae a pedazos para descubrir la verdad: a los rockeros no les interesa ser amigos —sinceros— de la prensa, no son héroes, son seres convenencieros, destructivos y decadentes y a las groupiessólo les interesan los músicos. Después de esa revelación, Will volverá de ese viaje para enfrentarse al mundo de verdad.
Las tortugas también vuelan
En la frontera entre Irán y Turquía, en el pueblo de Kurdistán, está a punto de explotar el conflicto de Estados Unidos contra Irak. En medio de esa población, que busca desesperadamente una antena parabólica para enterarse de las noticias del inminente ataque, aparecen un niño con su hermana y un niño más pequeño. En ese lugar se encuentran con Satellite, un adolescente mutilado cuyo sustento es buscar minas para venderlas. La principal intención del filme es mostrar lo que no se dice de la guerra en los medios internacionales, pero también muestra la realidad de niños de aquel lado del mundo, a quienes se les arrebata la infancia. Niños y adolescentes, como muchos otros, a los que las alas se les cortan desde temprana edad para convertirse en adultos, que viven en una realidad peor de la que podemos quejarnos, en medio de la guerra y las decenas de vejaciones que esta comete en su contra. Quizá que tus padres no te dejaran salir con tus amigos o que te exigieran buenas notas escolares no fue el fin del mundo como pensabas en tus tiempos de joven incomprendido.