El 17 de abril de hace cinco años, el autor que posicionó la literatura latinoamericana en lo más alto de la literatura universal en pleno siglo XX, falleció en la Ciudad de México. Hoy lo recordamos
Por Rebeca Ávila
José Arcadio Buendía, Fermina Daza, Florentino Ariza, Sierva María de todos los Ángeles, Aureliano Buendía y Melquíades son sólo algunos de los personajes que conoce cualquiera que se jacte de haber leído a Gabriel García Márquez. La tarea creativa del escritor colombiano no sólo era para contar historias en los libros, sino que esas derivaciones mitomaníacas eran un vicio desde la infancia. En palabras de su propio padre «tenía una capacidad para inventar más allá de la realidad que veía. Siempre he dicho que tenía dos cerebros. A mí nadie me quita la idea de que Gabito es bicéfalo.»
El 17 de abril de hace cinco años, el autor que posicionó la literatura latinoamericana en lo más alto de la literatura universal en pleno siglo XX, falleció en la Ciudad de México y para recordarlo hacemos mención de algunos aspectos que, aunque quizá sean bien conocidos, vale la pena retomar.
Cien años de soledad
El libro de casi quinientas páginas —páginas más, páginas menos— bien puede ser la máxima muestra de los complejos universos de García Márquez, pero hubo un peruano que en 1969 se propuso condensar Cien años de soledad en una canción. Su nombre, Daniel Camino Diez-Canseco, el título de su canción, «Macondo». Un par de años más tarde Óscar Chávez la popularizó en México y otros países de habla hispana con arreglos y participación en el requinto de Chamín Correa.
Amores indebidos
El súbito deseo de tener relaciones sexuales con una joven virgen (Memoria de mis putas tristes), el amor de juventud entre dos personas de clases sociales opuestas (El amor en los tiempos del cólera), el amor desmedido de un sacerdote hacía una niña de 12 años (De amor y otros demonios) y un matrimonio entre primos (Cien años de soledad) son algunos de los romances que García Márquez goza contar, que van desde el sueño inalcanzable que se trata de llenar con experiencias sexuales vacías hasta las relaciones que rozan lo retorcido.
Obra sin publicar
El archivo personal y de la obra de García Márquez está resguardado nada menos que en el Centro Harry Ransom de la Universidad de Texas. Ahí se encuentran desde los borradores originales de sus libros Crónica de una muerte anunciada y Cien años de soledad con notas del propio autor, hasta un manuscrito inédito de una obra inconclusa titulada En agosto nos vemos. En ella una mujer viaja cada año (en agosto) al Caribe para visitar la tumba de su madre. En su última parada sucumbe a la infidelidad y engaña a su marido con un obispo, un criminal fugitivo y un hombre que le “paga sus servicios”. Con ello, también descubre el pasado de su madre.
Tendencias políticas
Es bien conocido el pensamiento político ideológico del autor colombiano, y también es cierto que fue criticado por ello dentro del gremio literario, entre ellos por su opuesto político, el premio Nobel de Literatura, Octavio Paz. Durante un encuentro de intelectuales en México a principios de los noventa, Paz dijo acerca de la política y la libertad: «hay que decirlo y decirlo en voz alta. Hay que aprender a decir y a escuchar la verdad: hay que criticar tanto el estalinismo de Neruda como el castrismo de García Márquez.» En esa misma reunión, el chileno Jorge Edwards, opinó sobre Márquez: «Es un gran novelista, pero un mediocre político.»