“Guía contra la violencia de género en los Ministerios Públicos”

Elaborada por Impunidad Cero y Tojil, esta guía busca que se conozcan los principales actos de violencia, revictimización y corrupción que sufren las mujeres

Ciudad de México (N22/ Alizbeth Mercado).– Es un cuadernillo sencillo, atractivo, tiene ilustraciones coloridas, pero en su interior se encuentra información importante y urgente. Hablamos de la Guía contra la violencia de género en los Ministerios Públicos que fue elaborada por Impunidad Cero y Tojil con el objetivo de que las usuarias y operadores del Sistema de Justicia Penal conozcan los principales actos de violencia, revictimización y corrupción que sufren las mujeres.

Esta guía también sirve para comprender los procedimientos judiciales, así como en el empoderamiento de las agraviadas, lo que podría mejorar las investigaciones. Noticias 22 Digital conversó con Irene Tello, directora ejecutiva de Impunidad Cero y coordinadora de la Guía y con la investigadora Bianca Bolaños. Toda la información la obtuvieron del Código Nacional de Procedimientos Penales, la Ley General de Víctimas y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

¿Cómo hicieron el proceso de sistematizar la información?

Irene Tello: Partimos un poco de cómo estaba la situación de violencia respecto, tanto a las mujeres (violencia de género en el país), como prevalencia de actos de corrupción en ministerios públicos y de ahí ya partimos a identificar, con base en la experiencia de los colegas que ayudaron en la investigación, los quince puntos más predominantes de actos de corrupción en un Ministerio Público, los iniciales, y cuáles eran los diez más identificados de revictimización de mujeres respecto al proceso penal.

Bianca Bolaños: otra de las partes interesantes de la redacción de esta guía fue que nos enfocamos en que muchas de las mujeres no saben a dónde denunciar, no tienen conocimiento de cuáles son los delitos de violencia de género y qué cosas no se denuncian ante los Ministerios Públicos, por lo que nos hicimos a la tarea, justamente, de encontrar cuáles son los delitos con mayor prevalencia, de violencia de género, y cuáles no se tienen qué denunciar ante un Ministerio Público (MP).

En la introducción mencionan que no existen herramientas para que las mujeres puedan llegar a un MP, o para tipificar lo que les está pasando ¿esta guía está llenando un vacío informativo?

IT: Sí, definitivamente. Se han sacado algunas guías anteriormente, pero sí queríamos sacar una guía sobre cómo están revictimizando a las mujeres en una serie de puntos. Lo que tiene la guía, también, es un lenguaje muy simple que creo, a veces, desgraciadamente falta, y la explicación respecto a cómo está la tipificación de los delitos sexuales ayuda a llenar un vacío respecto a las definiciones que hacemos de los delitos.

Creo que también a nosotras nos falta claridad para entender qué constituye un delito y qué no; los tipos de delitos que existen y cuándo sí se denuncia en una instancia de procuración de justicia o se inicia un procedimiento penal, o cuándo es de tipo civil o administrativo.

BB: la guía se enfoca en la procuración de justicia en los ministerios y fiscalías, pero una parte importante es que tiene los puntos críticos, además de que te dice lo que tiene que ser, parte de lo que se está haciendo en la práctica en los Ministerios Públicos: desde el proceso de denuncia y todo el proceso penal de cómo tiene que ser dirigida la investigación con perspectiva de género y cómo los jueces tienen que juzgar con perspectiva de género.

A propósito de la perspectiva de género, muchas veces no se procura justicia desde esta visión ¿qué está pasando?

IT: Creemos que se tiene que analizar qué tanto funcionaron las capacitaciones con perspectiva de género que se dieron a operadores del sistema de justicia penal durante tantos años, qué se hizo con ese dinero, porque vemos que se han derrochado recursos. Lo que terminamos viendo en el día a día es que estas capacitaciones no están teniendo el efecto esperado. Sí creemos que si el proceso se llevara con perspectiva de género no habría discriminaciones como la revictimización al momento de denunciar, que creo que es el primer punto, porque si denuncias preguntan cómo ibas vestida, un poco juzgando con estereotipos que lo que provoca es que las mujeres desistan al momento de poner una denuncia. Es un tema complejo y lo que tenemos que hacer es una rendición de cuentas para saber qué se hizo con el dinero para capacitaciones y qué tanto se logró, y también empezar a hablar de las distintas capacitaciones que dan y si dan al punto del problema.

BB: en la guía se mencionan las instituciones que se han creado para erradicar la violencia de género, desde los centros de justicia para las mujeres, que muchas veces son las que conocen de estos casos por ser adjuntas a las procuradurías; los centros de atención a víctimas y es muy importante saber cómo se están preparando las personas que atienden en estos centros, los protocolos dictados de manera internacional y por las legislaciones de los estados y la general. Es necesario ver los resultados y tener más transparencia, poder dar una línea de seguimiento y ver qué pasa con los delitos y que las instituciones de impartición de justicia digan cómo están dando solución para poder medir esta problemática.

Ahora que mencionan la parte burocrática, la guía está dirigida a las usuarias, pero ¿también pensaron en la burocracia como público objetivo? Quizá para reforzar cosas que ya saben. Y agrego a mi pregunta ¿quién más puede leer esta guía?

IT: Sí se pensó originalmente en las usuarias, pero obviamente en los operadores del sistema, es un llamado de atención para recalcar los problemas que estamos viendo, como sociedad civil, respecto al funcionamiento de un proceso penal. También es para iniciar una discusión en donde ellos se ven involucrados de manera directa.

[Por ejemplo este  Manual de Capacitación del INMUJERES de 2006:  http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/100792.pdf]

Cuando una mujer es violentada, también es importante el empoderamiento y estar acompañada, ¿es esta guía una herramienta que abone al empoderamiento? ¿Cómo podría serlo, siendo canalizadora?

BB: En ese aspecto, lo más importante, lo que nos hemos dado cuenta a raíz de la publicación de esta guía, es que las mujeres cuando van a denunciar un delito no le dan el seguimiento; por una parte, las mujeres no están denunciando y hay una cifra negra abismal, y no les dan seguimiento. Pero otra cosa de la que nos hemos dado cuenta son estas redes de apoyo entre las familias de las mujeres y creo que eso es algo que las motiva para darle seguimiento a todo el proceso de denuncia. Una de las partes más importantes de esta guía es que tienda a desaparecer, que no sea necesaria. Pero creería que realmente por ahí va el asunto: dar apoyo.

IT: estamos recopilando datos de organizaciones públicas y de la sociedad civil que dan acompañamiento legal a las mujeres y creo que es una herramienta.  A veces sí es cuestión de saber qué dice la ley para llegar y defender nuestros derechos que no deberían ser violentados. Es un tema que definitivamente va a necesitar ayuda de sector público y sociedad civil.

El gran problema con la violencia de género en el país es que usualmente es con quien se establece un vínculo afectivo cercano o mujeres que dependen económicamente de sus parejas y por lo mismo desisten de la denuncia penal, por miedo de perder la manutención o por coerción de algún tipo de sus familiares de que no se siga la investigación que tenga que ver con el encarcelamiento de algún miembro de la familia. Es un tema muy complejo, pero el acompañamiento con perspectiva de género integral (que permita tener a las mujeres un lugar a dónde dejar a los hijos mientras levantan una denuncia, gente que las vaya guiando a tener una fuente de subsistencia económica) sería lo ideal.

También están las violencias donde hay relación de poder que muchas veces sucede en el ambiente laboral.

BB: Sí, las relaciones asimétricas de poder muchas veces son realmente la causa de muchos de estos tipos de violencia. Eso también nos lo preguntaron ¿hasta qué punto es violencia? Creo que en algún momento se planteó que hay violencia cuando hay un tipo de condicionamiento a la mujer y cuando hay un tipo de coacción hacia ellas.

Me enteré de la guía por Twitter, traigo a las redes sociales por el movimiento #MeToo y, en una interpretación particular, me pareció atinado que sacaran esta guía en la coyuntura por si alguna víctima decide realizar un procedimiento dentro del sistema de justicia. Es un tema complicado, pero ¿qué lectura tienen de este contexto? ¿es deseable que todas las denuncias fueran al aparato legal (en tanto la víctima así lo decida)?

IT: Es un tema complejo. Creo que solamente con que empiece una discusión sobre la prevalencia de violencia de género en distintos ámbitos es algo muy bueno, obviamente hay muchas cosas buenas como malas; nos preocupan los protocolos que se pueden seguir; las denuncias ante las instancias correspondientes; la diferenciación de los tipos de violencia que no siempre es tan claro en las denuncias que vemos en redes sociales; la protección a una posible presunción de inocencia; sin embargo, sí es importante diferenciar, las peticiones que se les hacen a las mujeres de seguimiento al debido proceso y de presunción de inocencia, son peticiones que se le tiene que hacer al sistema de justicia penal. Las denuncias que estamos viendo no son denuncias penales, son, tal vez, llamados de atención pública que definitivamente se tiene que cuidar las aristas de eso, pero se mueven más en el ámbito moral que en el del sistema penal.

Creo que esta guía puede ayudar a diferenciar los tipos de violencia para que las mujeres sepan que es un delito y quieran denunciar, y cuando son casos de  acoso laboral, deben saber ante qué instancias denunciar los hechos. Justo es lo que esperaríamos ver del movimiento. Además, que se hable respecto a los distintos tipos de violencia que vivimos y que se recurra a redes sociales porque se cree que las otras instancias no están funcionando, es muy llamativo.

Creo que, respecto al acoso laboral, es tiempo de revisar los protocolos que existen, que se tenga claridad y qué es lo que harán las distintas empresas al respecto. Es momento de abrir todas estas discusiones y ofrecer a las mujeres las herramientas para que procedan institucionalmente si así lo decidan, pero también teniendo de fondo esta discusión respecto a la ineficiencia de las instituciones y la impunidad en las mismas.

BB: Es muy importante que las mujeres puedan conocer estos protocolos y cuáles son las obligaciones de las autoridades (Oficialías Mayores en administración pública), contar con medidas de protección y se pueda visibilizar los patrones de mando que estructuralmente están casi diseñados para violentar, de alguna manera, a las mujeres. Por otra parte, es muy importante que esta guía visibiliza que el sistema de justicia penal está colapsado y no ha podido dar respuesta a las denuncias de las mujeres. Los movimientos en redes sociales son muy valiosos porque vuelven a la mesa la discusión de qué estamos haciendo para prevenir y cómo estamos combatiendo los casos a través de las instituciones de procuración de justicia y otras instancias civiles o familiares.

Pese a su publicación en la coyuntura del movimiento #MeToo la guía se preparó hace cuatro meses. El tiraje fue de 100 ejemplares y se enviará a las procuradurías del país. Pero la idea es que circule por Internet, entre las redes de apoyo, entre curiosos, interesados en el tema de equidad de género, docentes y de mano en mano; ya que es gratis y se puede descargar en su página o en este enlace:


http://www.impunidadcero.org/uploads/app/articulo/107/contenido/1554227724W21.pdf

El equipo que trabajó en la guía está abierto a sugerencias por parte de los lectores y sus contactos están en las páginas

https://www.impunidadcero.org/ y https://tojil.org/

Entre el equipo que coordinó la Guía, además de Irene están Adriana Greaves, Estefanía Medina Moisés Beristaín, Úrsula Martínez; en la ilustración, Inés Antuñano; y en la edición, Isabel Zapata.