Defensoras de derechos humanos: Florece Resistencia

Se lanzó el micrositio Florece Resistencia que aglutina la historia de seis defensoras de Derechos Humanos; el 95% de ataques o asesinatos de personas defensoras no son investigados y ni siquiera llevados a la justicia

 

Ciudad de México (N22/Alizbeth Mercado). – El Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir lanzó el micrositio Florece Resistencia donde podemos conocer historias de seis defensoras de Derechos Humanos. Una de ellas es Alika Santiago quien forma parte de la Colectiva K-luumil X’ko’ole O’ob (Tierra de Mujeres) de las comunidades Miguel Hidalgo, Blanca Flor, Nuevo Jerusalén y Cedral al poniente de Bacalar, Quintana Roo.

Alika y sus compañeras han defendido el territorio de proyectos agroindustriales de Monsanto que dañan el ecosistema local. El colectivo surgió en 2015 porque vieron la necesidad de sumarse a la lucha encabezada por varones, para ellas “estár juntas como un acto político” es tener que luchar desde su cotidianidad, lo complicado que es participar y legitimarse en sus contextos rurales.

“Alguna de nosotras, en el afán de ir a participar en nombre de nuestra colectiva, tiene amenazas del hijo de la casa de irse porque no está haciendo las labores que tiene que hacer que son las de cuidado. Pero existen muchas más complicaciones, en términos agrarios hay mucho que informar, sobre todo del uso que nos corresponde a nosotros las mujeres en los ejidos, las UAIM (Unidad Agrícola Industrial de la Mujer) que están en desuso y la están tomando y apropiándosela. Creo que tenemos mucho que hacer en el tema de informarnos, informarnos nosotras y entender por qué eso está pasando.”

La defensa de la colectiva gira entorno a la salud comunitaria, el derecho de las mujeres indígenas a la participación y organización, y el acceso a la tierra y al territorio. “Para nosotras lo más importante es estar juntas en el taller de género, en el de análisis de territorio, pero también estar juntas para hacer aretes, cocinar, compartirnos, porque ese es el espíritu de nosotras, es lo que da sentido a la vida; creo que es demasiado en estos tiempos que contradicen la colectividad, la individualidad y buscan la desunión.”

A propósito de la coyuntura, la colectiva donde participa Alika se encuentra preocupada por el comienzo de trabajos de construcción del Tren Maya. Asegura que tendrán que hacer una labor informativa que no existe desde el gobierno electo. “No, nadie se ha sentado, ni acercado a los líderes de nuestras organizaciones, hablan de mesas y de foros, pero nadie nos ha invitado. Hablan de que es un tren, pero seguro traerá desarrollo inmobiliario que tendrá implicaciones en la biodiversidad, en la cultura y en la organización de la gente.”

Toma del espacio público

El que el grupo Tierra de mujeres salga y se involucre en la defensa es una forma de tomar el espacio y participar en la toma de decisiones comunitarias, ser visibles y hacer que su opinión incida. Para Alika no es cosa fácil, “pero me parece que es muy importante, en esta toma del espacio o de la participación pública, visibilizar la importancia del hacer en el espacio privado, creo que van de la mano, porque no se trata de que ahora todas van a salir, la importancia del hacer que nosotras ya tenemos que es el mantenimiento de la vida”. Lo que buscan es hacer una revisión con un toque feminista sobre dónde están las mujeres dentro de las luchas, “ponernos al centro y empezar a entendernos y aprender estrategias de autocuidado, de acompañamiento, poner sobre la mesa la desigualdad en los mismos procesos o movimientos porque si no lo hablamos, difícilmente vamos a cambiar. O sea, hablamos de otros mundos posibles, si los queremos debemos revisar lo que estamos caminando, quiénes estamos caminando”. En el futuro quieren hacer un centro educativo para desarrollar más acciones comunitarias.

La región de América Latina y el Caribe tiene el mayor número de personas asesinadas por defender Derechos Humanos, de acuerdo con Amnistía Internacional, hay 120 asesinatos de personas defensores de la tierra y el territorio, muchas de estas personas mujeres. De 2013 a 2017, en México se contaron, por lo menos, 27 asesinatos de mujeres defensoras.

Érika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, explicó, en entrevista, que hay múltiples formas de violencia que van desde ataques físicos hasta violencia en su propio entorno organizativo, violencia sexual como una herramienta para callar a las que se oponen al régimen.

Sobre la protección a las defensoras, son pocos los gobiernos que han adoptado mecanismos de protección. Los primeros en tener fueron México, Honduras y Brasil, pero, de acuerdo con Guevara son mecanismos fallidos totalmente porque es una respuesta parcial de los Estados. “No son mecanismos integrales, se ven siempre desde una perspectiva policial, superficial que no reconoce la defensa de DD. HH. como un ejercicio valioso para avanzar en las agendas de DD. HH.  y particularmente en el caso de mujeres defensoras. Todos estos mecanismos carecen de una visión que entienda las necesidades diferenciadas de las mujeres defensoras, es decir, en muchas ocasiones están revictimizadas en sus propias comunidades, estigmatizadas, criminalizadas, sufren de violencia sexual o son los propios agentes del Estado quienes ejercen este tipo de violencia contra las mujeres.”

Uno de los principales problemas que enfrenta la región, es el tema de la impunidad respecto al tema de la justicia con perspectiva de género, Guevara indicó que la justicia es selectiva. “Sólo es accesible para unos cuantos y son aquellos que detentan el poder económico y político, pero si hablamos de una segunda o tercera discriminación es precisamente en contra de las mujeres y, particularmente, las que viven en situación de marginalización, indígenas o afrodescendientes, y para las defensoras de DD. HH. la justicia es prácticamente inalcanzable, hablamos de justicia formal y procesos de investigación para personas defensoras. El 95% de ataques o asesinatos de personas defensoras no son investigados y ni siquiera llevados a la justicia y los pocos casos que llegan siempre están plagados de irregularidades.”  

Salir sin miedo

En los contextos urbanos, las mujeres jóvenes de América Latina se han manifestado por medio de marchas para reclamar seguridad y justicia ante la violencia como las marchas del #NiUnaMenos y la del 25 de noviembre que conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. O como la Marea verde en Argentina por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Ximena Andión directora del ILSB, nos comentó que en el instituto contabilizó las marchas encabezadas por mujeres y son la mayoría. “Se nos hace interesante que en México y en América Latina la toma de las calles y las protestas no solo son encabezadas por las mujeres cuando son temas de mujeres, sino también cuando son de otros temas de justicia social y eso es bien importante. En México, por lo menos, las mujeres están saliendo a tomar las calles, yo creo que las feministas de los 90 y los 2000 dejamos de tomar las calles y me parece interesantísimo este movimiento de chavas organizadas, no en organizaciones, que están haciendo activismo de otras maneras para tomar el espacio público.”

El ILSB propone distintas acciones para generar alianzas entre las mujeres y tomar el espacio, “sentirnos seguras y protegernos entre nosotras”.  

Si quieres conocer las historias de Diana Alderete (México), Felicita Laínez (Nicaragua), Lorena Rodríguez (Nicaragua), Erioses González (Cuba) y Kirena Núñez (Cuba), pueden acceder por medio del enlace al inicio de este texto.

 

 

Imagen: Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito