El documental S19, del director Alan González, recorre los hechos ocurridos hace un año en este formato; la lente se centra en la ayuda humanitaria y la organización ciudadana
Ciudad de México (N22/Julio López).- No existe hasta el día de hoy, en el mundo, una película similar a S19, el primer documental en realidad virtual que retrata los estragos dejados por un desastre natural. El sismo del 19 de septiembre de 2017 ocurrió exactamente a las 13 horas con 14 minutos y 40 segundos. Nos tomó por sorpresa. Lo primero fue ponernos a salvo; lo segundo, verificar que los seres queridos estuviesen bien, si todos estaba en orden llegaba de golpe la pregunta: ¿qué puedo hacer para ayudar? Por casualidad o destino el director Alan González tenía la tecnología y el personal humano para registrar lo que sucedió en la Ciudad de México después del terremoto.
“Conforme avanzó el día me di cuenta y me cayó el veinte de que yo tenía la única cámara en América Latina de esta calidad, en ese momento era la única, y que realmente la única diferencia que podía aportar era producir algo. Entonces la idea de registrar este suceso histórico comenzó a cobrar sentido cerca de la medianoche.”
El rodaje inició sin guión, sin planeación y sin presupuesto. La única idea clara era retratar a una sociedad que se salvó a sí misma, que trabajó codo a codo levantando escombros; hombres y mujeres que desinteresadamente buscaban el bienestar de alguien más.
“El objetivo del S19, centralmente, es recordarle a la gente que pueden acceder a esta capacidad empática. Lo que yo me concentré a grabar desde el día 20 de septiembre temprano fue la asistencia civil u organización o labores de asistencia.”
El proyecto se convirtió un reto tecnológico. De manera simplista podríamos decir que fue como editar y postproducir cuatro películas al mismo tiempo. Literalmente, las computadoras colapsaban al procesar tanta información. Afortunadamente grandes y pequeñas empresas se unieron al proyecto.
El documental es solo parte de una instalación multidisciplinaria que se exhibe de manera gratuita en la Galería de la Cineteca Nacional. En el primer piso se encuentran fotografías del terremoto de 1985 captadas por la lente de Jesús Villaseca. En el segundo, se exhiben imágenes del terremoto tomadas por el fotógrafo Christian Palma. La exposición cierra con la exhibición del documento
“El gran reto era lograr llega al aniversario con algo, con un entregable. El proyecto lo había concebido como un documental de 60 minutos en 4 capítulos de 15 pero no tenía el presupuesto ni la capacidad humana ni las maquinas, entonces creo que el ejercicio que resulto es muy interesante porque es un cortometraje con sus curvas melodramáticas y me parece que al final es un poco reparador, con los que estuvieron y con los que no estuvieron porque el mensaje final lo da Lorenzo Meyer y dice que el futuro de la sociedad mexicana depende mucho del ejemplo que le pongamos a los niños.”
Es impredecible lo que una película con estas características puede generar en el espectador. La película te sitúa nuevamente en la tragedia. A pesar de las fallas técnicas lo que prevalece es la experiencia, la sensación de estar ahí, ayudando, de estar ahí en silencio con el puño levantado esperando una señal de esperanza. Los recuerdos se agolpan, se siente la calidez humana pero inevitable también se piensa en los que perdieron todo.
Imagen: S19