Se trabaja para que este acervo de uno de los “fundadores del nacionalismo mexicano en la música” esté a la mano del público y de investigadores
Ciudad de México (N22/Irma Gallo).- Nacido en Tulancingo, Hidalgo, en 1825, Aniceto Ortega fue, sin duda, un hombre inquieto. Además de ser un reconocido médico obstetra, que tanto Maximiliano de Habsburgo como Benito Juárez reconocieron con puestos importantes en sus gobiernos, compuso valses, polkas y mazurkas. Entre sus piezas más reconocidas resaltan la Marcha de Zacatecas y la ópera Guatemotzin, totalmente en español. Gracias a la voluntad de sus descendientes, su archivo formará parte, a partir del 13 de septiembre, de la Biblioteca Nacional de México de la UNAM.
Silvia Salgado, coordinadora de la Biblioteca Nacional de México, cuenta que “Aniceto Ortega del Villar fue uno de los fundadores del nacionalismo mexicano en la música. Él crea la primera ópera en español, es Guatemotzin, que la tenemos aquí, tenemos el original de esta partitura que se está empezando a estudiar por el Dr. Samuel Maines Champion, un gran músico mexicano también.”
Por su parte, Alejandra Odor, académica del departamento de Conservación de la Biblioteca Nacional de México, nos explicó un poco más del proceso a seguir cuando una donación está por ser recibida: “nos corresponde, desde que se tiene la intención de recibir una donación, verificar el estado en que se encuentra, antes, incluso, de aceptar la donación de archivos, bibliotecas o cualquier otro tipo de documentos.”
El archivo contiene negativos en vidrio y plástico, impresiones fotográficas, documentos como cartas y partituras, entre otros. “Son 144 partituras; hay nueve expedientes, digamos que sería el cuerpo más amplio. Llegó el archivo en dos cajas: una de documentos en papel y otra de documentos fotográficos. No es muy voluminoso, pero es muy valioso, y también vienen en camino los libros, la Biblioteca de la familia Ortega, y esos son aproximadamente sesenta volúmenes”, detalla Salgado.
La Biblioteca Nacional de México está trabajando para que el archivo de este hombre, que murió en 1875, apenas a los cincuenta años de edad, esté pronto al alcance del público y de los investigadores.