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La riqueza cultural y gastronómica del segundo centro económico de la Ciudad de México, la Central de Abasto, es visibilizada a través de un mega proyecto mural
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Ciudad de México (N22/Julio López).- La Central de Abastos de la Ciudad de México, no es sólo el mercado más grande del mundo, también es la segunda unidad económica del país, es decir, el lugar donde más transacciones monetarias se realizan en México, sólo debajo de la Bolsa de Valores. El año pasado se movieron nueve mil millones de pesos entre sus pasillos. Esta es una pequeña ciudad resguardada por 500 policías, habitada por 90 mil trabajadores y visitada diariamente por medio millón de personas; un lugar que guarda muchos secretos entre sus paredes. Raul Valencia, chef del Restaurante Pehüa, cuenta que “esta es la matriz más grande del mundo para poder encontrar productos. Llevo años viniendo porque podemos encontrar nuevos productos y nuevas cosas que hacer.”
No hay otro sitio como este, en sus 327 hectáreas se concentran todos los sabores, colores y olores de nuestro país. Un lugar que ahora busca convertirse en la mayor galería al aire libre del mundo gracias al proyecto Central de Muros. “Buscábamos plantear un proyecto que involucrara arte, color y espacio público para poder demostrar que este conjunto de elementos eran una opción para restaurar el tejido social que fueron un poco más allá de la protesta y comenzáramos a lanzar propuestas”, dice Itze González, cofundadora de Central de Muros.
Así nació este proyecto, una iniciativa que tiene como finalidad utilizar el arte público como agente de cambio. En la primera etapa se realizaron 24 murales y en esta segunda fase se planearon 32 más. “Vamos a licitar el Récord Guinness de la galería más grande al aire libre y la mayor cantidad de metros cuadrados intervenidos por artistas urbanos”, señala Itze González.
Al final de la segunda etapa Central de Muros contara con 63 murales y esperan, en la tercera fase, pintar los ocho kilómetros de barda perimetral. El éxito ha sido inusitado, incluso la ONU se ha subido al proyecto. “Nos dijeron: los estamos buscando porque queremos que sean nuestro brazo de comunicación, queremos que a través de ustedes se comunique lo que es el desarrollo sostenible del planeta”, dijo González.
El artista plástico Carlos Moreno señala que “elegí por parte de la ONU el tema de igualdad de género. En este caso lo que yo elegí es como una dualidad tanto de la parte femenina como masculina. Represento la parte femenina como un híbrido, un pájaro que para mí representa libertad e igualdad, el hombre y la mujer es lo mismo.”
La comunidad de la Central de Abastos también se ha apropiado de este proyecto, se acercan con los artistas, les llevan agua y comida, buscan participar desde su trinchera, incluso un carretillero que reparte hielo tuvo la oportunidad de pintar un mural en el pasillo W-X.
A corto plazo, este proyecto ya ha generado resultados: no sólo embelleció el paisaje, la gente los respeta y evita que se tire basura cerca de ellos. A mediano plazo se espera que pronto una empresa se encargue de realizar viajes guiados para conocer los murales y la oferta gastronómica que ofrece la Central de Abastos.
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