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Primera detección de moléculas de hidruro de carbono en galaxias con brote estelar proporciona información sobre la historia de la formación estelar en el Universo
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Imagen: El dibujo muestra cómo el gas que cae en galaxias con brote estelar termina en grandes y turbulentos reservorios de gas frío a más de 30 mil años luz del centro de su sistema. ALMA fue capaz de detectar esos turbulentos reservorios de gas frío que rodea galaxias distantes con brotes estelares. Crédito: ESO/L. Benassi
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Ciudad de México (N22/Redacción).- Un equipo liderado por Edith Falgarone, miembro de la Ecole Normale Supérieure y del Observatorio de París, Francia, han utilizado el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) para detectar marcas de la molécula de hidruro de carbono CH+ en galaxias starburst (de estallido estelar, aquellas en las que la tasa de nacimiento de estrellas es superior a la de una galaxia normal) distantes. El equipo identificó señales claras de CH+ en cinco de seis galaxias estudiadas incluyendo Cosmic Eyelash. Esta investigación entrega nueva información que ayuda a que los astrónomos entiendan el crecimiento de las galaxias, y como los alrededores de una galaxia impulsan la información estelar, informó la European Southern Observatory (ESO) en su sitio de Internet.
“CH+ es una molécula especial. Necesita mucha energía para formarse y es muy reactiva, lo que significa que su vida es muy breve y que no puede ser transportada muy lejos. CH+ por lo tanto rastrea la forma en que la energía fluye en las galaxias y sus alrededores”, indicó Matin Zwaan, astrónomo de ESO.
El CH+ observado revela ondas de choque densas, impulsadas por vientos galácticos veloces y cálidos originados al interior de las regiones de formación estelar de las galaxias. Estos vientos fluyen a través de una galaxia, expulsando material de esta, pero sus movimientos turbulentos son tales que aparte del material puede ser recapturado por la atracción gravitatoria de la galaxia misma. Este material reúne en reservas turbulentas enormes ondas de gas frío y de baja densidad, extendiéndose.
“Con el CH+ vemos que la energía se almacena dentro de grandes vientos del tamaño de una galaxia, y termina como movimientos turbulentos en reservas antes desconocidas de gas frío alrededor de la galaxia. Nuestros resultados desafían la teoría de la evolución de la galaxia. Al impulsar la turbulencia en las reservas, estos vientos galácticos extienden la fase del estallido de formación estelar, en vez de extinguirla”, afirmó Edith Falgarone.
El equipo determinó que los vientos galácticos no podrían por sí solos reponer las reservas gaseosas recientemente reveladas, y sugiere que la masa es proporcionada por fusiones galácticas o por la acreción de corrientes de gas ocultas, como predice la teoría actual.
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