“La maldad flota en el ambiente”: Joshua Gil

  • Las palabras apenas aparecen, la narración y dramaturgia se da a través de la imagen, de secuencias lentas donde el montaje de música e imagen son los únicos actores…





Por Malinalli Galván
Ciudad de México, 26/01/17 (N22).- A modo de ilustración de que “todo en la vida tiene un comienzo y un
final”, Joshua Gil ha comenzado su carrera como director y productor de cine
con una cinta que toma como eje el final de la vida de su abuelo. En ésta, ambos
cumplen un sueño, el de Rafael Gil Morán (abuelo), que por fin tiene una película
de su vida; y el del mismo Joshua, que cristalizó esta historia en su ópera
prima.
-¿Cómo nace La Maldad?
-Nace de la necesidad real de contar la historia de un familiar mío,
a quien no vi durante 20 años, que es mi abuelo paterno. Cuando lo reencuentro
y me cuenta su vida, empiezo a trabajar en el guión, que trata del proceso de
esta persona para poder cumplir su sueño que es precisamente filmar una
película de su vida. Yo no quería que esto se supiera porque iba a parecer que
lo hice porque era mi familia, pero no, la película tenía que existir, porque
la historia es relevante y tenía que contarse.
-¿Es una biografía?
-No, bueno, yo la llamo una “docuficción”, una parte es la real del
personaje y la otra es una aportación para complementarla y hacer que funcione
en términos narrativos, y es hablar de cómo la naturaleza reacciona a los
sentimientos de los humanos y de la situación política de México. Toda la película
se hizo en el 2012 y se terminó justo cuando filmamos la secuencia final… se
puede decir que el resultado de esa escena es cómo todo lo que estaba pasando
en México fue permeando el discurso político de los personajes. Cuando
empezamos a rodar ya se veían venir todos los problemas que tenemos ahora, lo
que se ve al final podría ser cualquier momento de la vida de hoy en México.
Metáforas para la realidad sociopolítica

La cinta no es una producción compleja,
es más bien sencilla en su parte técnica, pero rica en su parte visual. Las palabras apenas aparecen, la
narración y dramaturgia se da a través de la imagen, de secuencias lentas donde
el montaje de música e imagen son los únicos actores, detenerse a contemplar
las acciones de la naturaleza y la reacción del paso de tiempo en las personas.
-¿Dónde está la maldad?
-Para mí la maldad está en un nivel
más metafísico, es una representación de la energía negativa de lo que el
humano es capaz de hacer con su entorno, porque la naturaleza se va transformando
a medida que pasa la película debido a las malas decisiones, ante una persona
que entendemos que era rudo, por algo lo dejó su mujer. Se ve cómo después de
que se da la traición, todo se transforma, el ambiente se nubla, hay tormenta,
caen rayos, la maldad empieza a manifestarse a través de la naturaleza, en fin…
hay diversos niveles para hablar de la maldad porque habla de lo que no se ve,
sino de lo que sientes o escuchas al verla, cómo se va permeando ese
sentimiento de dolor, tanto de los personajes como del pueblo mexicano porque al
final se traduce en una energía política muy fuerte, la representación de la
maldad a nivel país se ve en la escena final.
-¿Cómo se manifiesta la maldad política?
-La película tiene un sentido político fuerte que evidentemente es
intencional. Se filmó en 2012, un años de elecciones, de movimientos sociopolíticos,
momentos en que había muchas protestas, un fuerte sentimiento de desilusión, de
temor, hartazgo, había una maldad en el ambiente que estaba regresando con el
partido, que volvió a ganar, ya sabemos quiénes. Lo que buscamos en la película
fue una forma de atrapar de una manera natural todo esto, y creo que lo logra,
por un lado a través de los personajes porque a ellos les gusta hablar de
política y con la escena final.
-Siempre se dice que es muy problemático hacer una película
independiente…
-Sí, el primer gran problema fue la producción, la película está
pagada con dinero privado, como de mis socios de El perro negro, con dinero
mío, de mi familia, en fin, pero el otro problema fue el hecho de que el actor principal,
presentaba una enfermedad grave, con un nivel de metástasis ya muy avanzado,
desde el día que arrancamos él ya estaba muy enfermo, y eso imposibilitó que se
pudiera buscar más financiamiento, ¿quién iba a invertir en una película donde
trabajaba una persona en etapa terminal? Ese fue un tema que nos persiguió
durante toda la producción, se terminaba el dinero y obteníamos, volvíamos a
filmar, el personaje se enfermaba y todos rezábamos para que no se nos fuera, regresaba,
y así una y otra vez… fueron meses muy intensos, de hecho a los cuatro meses
de que terminamos de rodar mi abuelo falleció ya no pudo ver terminada la
película.
Nuevo proyecto: Sanctorum

-¿Qué sigue?
-Estamos trabajando ya en el
siguiente proyecto que se llama Sanctorum, ahorita está en su etapa de guión y ya
recibió el primer premio por parte del Tribeca
Film Institute
de Nueva York, próximamente lo presentaremos en el
laboratorio de guiones de Rotterdam, de donde esperamos traer buenos contactos
para comenzar la preproducción y terminar el 2017 ya filmando. Vamos a buscar financiamiento
porque ya no queremos sufrir, pero siempre y cuando nos permita mantenernos con
cierta independencia, de dirección, producción y distribución para que sea una película
noble, honesta y que pueda ganarse su público, siempre hay maneras de hacer las
cosas, “mientras tú seas el dueño de la casa; aunque rentes los cuartos.”
La Maldad, de Joshua Gil, estará en la sala 7 de la Cineteca
Nacional del viernes 27 de enero al 2 de febrero. Después se exhibirá en
Cinemex CNA y Guadalquivir, lo que es una oportunidad de que otro tipo de
público pueda verla. Al respecto, Joshua Gil explicó: “Este tipo de películas
sí aspiran a tener un espacio en cines grandes, no es que no se pueda llegar a
las súper salas, sólo tenemos que impulsar al público mexicano a que se acerque,
porque cuando por primera vez se enfrenta a películas que tiene un cierto
mensaje que le deja algo, la gente queda marcada y eso ayuda a que regrese, por
eso siempre es importante que haya otro tipo de cine.”

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