La Grande Chapelle a 400 años de la muerte de Cervantes

Guanajuato, 12/10/16, (N22).- El cortejo avanza por la calles y llega a la iglesia. La
mortaja es de quien en vida llevara al castellano a su cúspide. Su destino: la
eternidad. El 23 de abril de 1616 murió en Madrid Miguel de Cervantes Saavedra.
Pocos son los registros de aquel funeral, menos aún los musicales. A 400 años
de su deceso La Grande Chapelle, liderada por Albert Recasens, ofreció el
concierto Requiem para Cervantes, obra de Mateo Romero, en el Templo de la Compañía en Guanajuato.

            

“Es una reconstrucción de un funeral, tal como se pudo haber
realizado en época de Don Miguel de Cervantes. Con sus partes características,
es decir; un oficio de maitines, responsorios, lecturas y antífonas, con la
misa propia de difuntos y las absoluciones que se cantaban cuando se llevaba el
cuerpo del difunto al cementerio”, comentó Albert Recasens, director de La
Grande Chapelle”.

Mateo Romero es un compositor español nacido en Lieja y
músico de la corona española. Él, como sus antecesores, conformó el ambiente
sonoro del que muy probablemente se nutrió Cervantes.

“La música de su época como la que hemos escuchado hoy, nos permite
entender mejor su obra. Cuando escuchamos esa música entendemos la
modernidad de Cervantes. Del mismo modo, cuando leemos a Cervantes, esas descripciones
de sus personajes y las situaciones a veces tan cómicas y clásicas, permiten
entender la profundidad del ser humano a la par de su música”.  

La Grande Chapelle regresó al Festival Internacional
Cervantino representando a España. Fundados en una amplia investigación, La
Grande Chapelle conoce la mutua herencia entre Cervantes y la música.

“Cervantes fue un genio de las letras. Por su azarosa vida
tuvo contacto con todos los segmentos de la sociedad. Era un hombre con la
capacidad de describir costumbres,  géneros,
 caracteres y tradiciones. La música también
entró dentro de sus intereses”.

Imagen: http://bit.ly/2egcq7m

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