- El libro reúne en cinco secciones poemas en torno a un dios con forma de caballo
Por Alejandra Flores
Ciudad de México, 18/05/16, (N22).- 70 años de vida, 20 poemarios publicados; premios como el Xavier Villaurrutia, el de Poesía Aguascalientes, el Nacional de Ciencias y Artes en el Campo de Lingüística y Literatura, entre otros conforman la trayectoria de Francisco Hernández, quien nos presenta su más reciente poemario, Odioso caballo, no sin antes hacer un recuento de su trayectoria.
«La sensación es muy clara, ojalá tuviera todo lo que tengo ahora, pero también tuviera 35 años, el sueño de mucha gente. Al llegar a esta edad que todavía no es una vejez tan declarada, aunque en mi caso me da la impresión de que nací viejo, hay achaques, deseos de no salir tanto, de viajar lo menos posible, pero también hay una gran tranquilidad. Cumplí 29 años trabajando como publicista, sin dejar de escribir poemas, que tuve la suerte de que fueran publicados», dijo en entrevista.
Odioso caballo reúne en cinco secciones poemas en torno a un dios con forma de caballo.
«Creo que es un calificativo, al no poder tomar a esta imagen, a esa parte de nuestra mitología de tantos pueblos, uno se vuelve muy reacio a la aceptación. Acaba siendo odioso aquel ser que supuestamente es absolutamente generoso y benefactor. Me es muy difícil creer en un ser todo poderoso que no vemos, que existe en algún lugar, pero por otro lado, quien soy yo para no creer en eso, y me doy cuenta de que he necesitado asideros para poder vivir, para poder sobreponerme a enfermedades que no podía yo solucionar, sólo tuve que creer en esa otra fuerza», mencionó.
En el libro habla de la muerte, por primera vez de la violencia que enfrentamos en México, a partir de un lugar llamado Patterson.
«En ese de Patterson aparecieron, no sé si llamarle guiños o señalamientos que tienen que ver con la realidad espantosa que estamos viviendo, que están ahí que yo nunca había abordado, porque no quería, porque los crímenes de estado no me son particularmente seductores como para pasarlos a la escritura. Pero sentí que había llegado el momento de hacerlo».
También están presentes otros poetas, escritores, artistas visuales, pintores y escultores que le abrieron otra ventana de creación.
«Al entrar a este mundo de la pintura, de la gráfica, de conocer ya los talleres de los pintores, de ir, de ser su amigo, de saber cómo viven, realmente fue una puerta que se abrió, por ejemplo, Arturo Rivera me invitaba a su casa y verlo cómo pintaba y me invitó a que le escribiera un catálogo. Eso fue una gran experiencia para mí».
Aunque no le gustan los homenajes, le anima saber que estará flanqueado el 21 de mayo a las ocho de la noche en la Librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica, por un vampiro y un tigre, Vicente Quirarte y Eduardo Lizalde como le dijo Benito Taibo.
Imagen: http://bit.ly/1szS0ZE
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