«Cuates de Australia» deja lo efímero del cine y regresa como fotolibro

  • En
    este mundo y en este país nos hace mucha falta mirarnos los unos a los otros,
    no como alguien que te estorba o como alguien que es mejor o peor, dejar de
    juzgarnos en función a nuestros estilos de vida. El
    cine documental y el poder de la imagen te ayuda a mirar de esa manera.

Por Yesenia Torres
Fotos: Iris Peñaloza
Distrito Federal, 11/08/15 (N22).- Nadie
sabe de dónde proviene su nombre. Cerca del Valle del Hundido y a 160
kilómetros de Cuatrociénagas se encuentra el ejido Cuates de Australia, ahí,
lugar desértico  donde cerca de 150
habitantes se ven obligados a emigrar a un lugar más húmedo cuando la sequía no
les permite sobrevivir.
Desde
hace casi cuatro años, la lente del documentalista Everardo González capturó
una historia agridulce, cruel y a la vez esperanzadora  sobre el proceso  semi nómada que llevan los habitantes de Cuates de Australia para  sobrevivir. Así, el documental que lleva el
mismo nombre del pequeño rancho olvidado, resulta una reflexión sobre el ciclo
de la vida, sobre la tierra, sobre la muerte, sobre la dignidad, sobre
Dios. 
Dicho
proyecto se ha materializado en una obra editorial, donde Adalberto Ríos
Szalay explica que ambos proyectos tiene el mismo nombre porque “a través de la
permanencia del volumen impreso permitirá superar lo efímero de la proyección
cinematográfica.”
El
fotolibro Cuates de Australia es una coedición de Elefanta Sur y el Gobierno de Coahuila. Reúne parte del material fotográfico que
Everardo González y Alberto Anaya Adalid recolectaron durante los tres años que
tardó la realización del documental.
Una
de las colecciones  de la editorial  Elefanta Sur es hacer una colección de libros
del documental. Cada película  deja
información fuera porque el propio documental así lo pide y un libro es  muy buen formato para sumar información y  al mismo tiempo es una manera de impulsarlo
más, genera multidiciplinariedad, generar el diálogo y promover los
documentales en México, comentó Emiliano Becerril, Director Editorial,  en entrevista para Agencia N22.
Las
fotografías reunidas en este libro juegan de manera considerable con la luz y
de forma paralela a la secuencia de la cinta fílmica, las imágenes comienzan de
noche, amanece y atardece. Muchas de esas imágenes pertenecen al teléfono
celular del director de la película.
El Director Editorial aseguró que en Cuates de
Australia no hay luz, la comunidad funciona con la luz del día. Toda la
comunidad trabaja en lo mismo, son iguales, un niño se comporta como adulto y
el adulto como niño. Sus actividades son las cartas, el trabajo, la relación con
el agua y la soledad, una soledad muy particular.
El
documental, que se estrenó comercialmente en el año 2013, nos muestra cómo la pequeña
comunidad se mueve en función del agua. Una esperanza surge  ante la sequía “Dios sabe porque hace las
cosas”.
Durante la presentación del libro, Becerril se expresó sobre las fotografías: “Hay imágenes muy fuertes. La foto
de la portada se ve muy noble pero  en
realidad es un pedazo de agua que se está acabando. Es una foto muy dramática.”
Para Becerril, la
última película del documentalista mexicano Everardo González, es un gran
trabajo de antropología visual que ahora ha sido plasmado en papel: 
En este
mundo y en este país nos hace mucha falta mirarnos los unos a los otros, no
como alguien que te estorba o como alguien que es mejor o peor, dejar de
juzgarnos en función a nuestros estilos de vida. Al ver este documental, se puede
pensar que esta gente vive en miseria por muchos factores, pero viven con mucha
dignidad. El documental te hace aprender como ellos ven la vida y me parece que
eso es muy importante: un mundo sin espacios y con tolerancia. El cine
documental y el poder de la imágen te ayuda a mirar de esa manera.

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