¿Es el arte una medicina?

El arte ayuda a olvidar 

Por Verónica Lugo @bretanicsgirl
¿Puede el arte ser un placebo o una pastilla efervescente de evasión?¿Dónde queda la contemplación? ¿Qué es el arte?

A pesar de los comentarios negativos que he escuchado y leído, sobre el Museo Jumex, me pareció que era tiempo de conocerlo y generarme un criterio propio sobre el lugar. Debo confesar que Polanco, aunque durante mucho tiempo fue uno de mis lugares favoritos para pasar el tiempo, ahora me indigesta su entorno falso, lleno de glamour  y tintes rosas, su clasismo atiborrado de soberbia y la indiferencia, hacia todo lo que es “diferente”. Pero bueno este artículo es sobre arte y por lo tanto trataré de concentrarme en el hecho.

Fui al Museo Jumex porque deseaba conocer la instalación del grupo internacional de artistas Squidsoup, pues tengo referentes favorables en cuanto a su trabajo y para ser honesta, quería ver algo “bonito” con lo cual pudiera interactuar y que no requiriera de demasiado rigor intelectual. Pueden acusarme de lo que quieran, de ignorante incluso. Sólo buscaba pasar un tiempo agradable, abstraerme de la realidad.

El recorrido, por el museo lo hice rápido. No sé si soy demasiado incauta para comprender los nuevos tipos de arte o si soy demasiado racional para ver que una tabla postrada sobre la pared es una tabla postrada sobre la pared y no arte.
Tal vez ésta sea la explicación de mi mediocridad y bajas notas, en mis años de estudiante, cuando cursaba semiótica y el profesor me pedía que buscara una interpretación de la realidad que fuera más allá de lo axiomático.
Al llegar a la sala descubrí que Submergence intenta ser una experiencia envolvente que prioriza la luz y el sonido, pretende zambullir al espectador en un mundo mágico e irreal con más de ocho mil esferas de luz atajadas en una fibra.

La estructura por su forma cuadrangular genera una sensación espacial mayor. La secuencia narrativa de la pieza está compuesta de cuatro partes, de cinco minutos cada una, donde la intensidad de la luz se modifica mediante el ritmo del sonido con el cual son acompañadas.  

Submergence tiene la capacidad de convertirse en lo que el espectador desea, en mi caso el albor combinado con la resonancia y la distribución de los fragmentos por todo el lugar me ayudaron a recrear, en mi percepción, un viaje cósmico que resultó ser bastante seductor para mis sentidos visual y auditivo, nada más.
En general la pieza expuesta por Squidsoup me pareció bastante mediocre, simple y hasta elitista. Indudablemente tiene cualidades rescatables, pues no me decepcionó cuando mencionaba que sólo buscaba abstraerme de la realidad y pasar el tiempo contemplando algo agradable para la vista.
Muy posiblemente la contemplación sea una de las cualidades curativas que tiene el arte, ya que la mayoría de las vece funge como un placebo para escapar de los malestares que encierra la cotidianidad, la rutina y la tormentosa realidad de nuestro entorno. Realidad, que a menudo, se  encuentra manchada por la extensa irrupción de la corrupción, la impunidad, el hambre, la desolación y la muerte.
No sé, quizá los que necesitamos negar la realidad seamos nosotros y vemos en el arte una especie de balsámico para sobrellevar el infierno en el que se ha convertido el país.

Squidsoup presentó su trabajo Submergence durante la primera edición del Visual Art Week y estará exhibiéndose dentro de las instalaciones del Museo Jumex hasta el sábado 28 de febrero, de martes a domingo a partir de las 11:00 a 18:00 horas.

Epígrafe

Por Alizbeth Mercado  @alizbeat
En esta redacción creemos que la contemplación es necesaria en la era posmoderrna donde la incertidumbre es lo único certero (por paradójica que suene esta sentencia).  Por ello, quizá la exposición mencionada en sí misma no sea la cura. Lo interesante es el hecho de contemplar, darse el tiempo para perderse entre las formas que las luces desprenden puede ser lo que alivie al observador.
Aunque piezas como Submergence resultan polémicas porque no se tipifican como arte y para los expertos se trata de un hecho digerible y decorativo, es pertinente preguntarnos qué sucede ante éstos fenómenos y por qué las personas los encuentran satisfactorios o todo lo contrario.

Parafraseando a un clásico:
La primera regla del club “el arte como cura” es no hablar del club “el arte como cura”. La segunda regla del club “el arte como cura” debería ser NO tomarse selfies.
Tener tiempo para la contemplación podría ser el brebaje que remedie poco a poco el mal de la incertidumbre.

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