El compromiso del hombre con el hombre mismo: José Revueltas

  • Previó el contexto sociopolítico actual, lo que sucede con los gobernantes, la tragedia de la democracia



Por Alizbeth Mercado


En varias hipótesis
sobre la escritura y pensamiento de José Revueltas podría figurar la sentencia “era
un adelantado a su tiempo”. Por ejemplo, para el investigador Juan Manuel Mateo
de la UNAM, el literato avanzó “desde el punto de vista narrativo, teórico y
político”; por otra parte, Elba Sánchez Rolón académica de la Universidad de
Guanajuato, aseguró que Revueltas fue un hombre que entendió su contexto con
una fuerte lucidez:

«No se adelantó a su tiempo, es un hombre lúcido, capaz de lanzarse a
abismos terribles de honestidad trágica, como hábil para encontrar en la
escritura la forma de recrearlos. Su mirada sobre su época es penetrante, es un
precursor y por eso llega a parecernos que se adelanta a varios de sus
contemporáneos y a diversos acontecimientos históricos y estilos literarios».

Con el aniversario
del nacimiento de José Revueltas se terminan las celebraciones centenarias este
año. Gracias a esto, muchos lectores se acercarán a su obra, y otros tantos
dirán conocer sus textos aunque no sea cierto. Esto no es importante, lo que
nos ocupa es describir un poco el estilo literario de Revueltas, su obra y su
pensamiento político.
La voz de la
experiencia trágica revueltiana hunde sus frases en medio de los intelectuales
cobijados por las instituciones, para hablarnos de otro México, y más allá, de
otra forma de entender la relación entre el ser humano y el lenguaje: una
lucha, una forma expresiva que destaca por su reflexión y resistencia, por su
intento sinuoso de exigir una postura ética, comentó Sánchez Rolón.

“Mi propósito es inquietar los espíritus”, señaló esta impronta en una entrevista
en 1965 y agregó que “hacer que todos salgamos a la calle del mundo y miremos con
sangre: nos envolvamos en las cosas, les pertenezcamos como ser colectivo y
pactemos ese compromiso del hombre que es el hombre mismo y su reapropiación”.

Del alumbramiento a la conciencia

José Maximiliano Revueltas
Sánchez nació el 20 de noviembre de 1914 en Santiago Papasquiaro, Durango, en
medio de la Primera Guerra Mundial y la Revolución mexicana. José fue el noveno
de doce hermanos. Su padre fue comerciante y un gran lector que junto a su
esposa, Romana, trasmite a sus hijos el amor por los libros.

“Era un germanófilo
como muchos mexicanos de la época y decide que sus hijos deben estudiar en el
Colegio Alemán, en donde asiste el niño José con sus hermanos”. (Información de
la Enciclopedia de la Literatura en México).

Este hecho fue
significante para José, ya que descubrió detrás del muro de su escuela un
espacio diferente y ajeno: “las calles polvorientas de la colonia de los
Doctores, me infundía una vaga sensación de angustia: era para mí un mundo sórdido
y amenazante, lleno de indefinidas y turbias acechanzas”.

Caso aparte, pero
afín; durante su infancia leyó al lado de su familia grandes obras de la
literatura universal  (como la producción
de Dostoievski), vida de santos y la Biblia, lo que marcó su existencia. “La
condición humana es su principal interés, desde ahí se enlazan su marxismo y su
conflictivo simbolismo religioso”, comentó Elba.

En este aspecto,
Sánchez Rolón explicó que la religiosidad presente en la mayor parte de su
obra, la entendió como una búsqueda de recuperación humanista, un “re-ligar”.
Sus lecturas de la Biblia y de vidas de Santos se muestran en diversas páginas como recuperaciones siempre reformuladas desde un ateísmo que rescata del
pensamiento cristiano la cercanía con el prójimo y la condición humana de
sufrimiento, al mismo tiempo que cuestiona cómo la religión ha traicionado esta
base para volverse razón de odio y sangre, como el pasaje situado en la Guerra Cristera que relata en Dios en la tierra”.
Comunismo, cárcel y escritura

A los 13 años
abandonó la escuela y se dedicó a la autoenseñanza leyendo en la Biblioteca
Nacional. Fue en su adolescencia cuando encontró el Manifiesto
Comunista
y su tesis de redención a los pobres y desposeídos, le causó gran
impacto.

En 1929, cuando tenía
15 años comenzó su militancia comunista en el Partido Comunista Mexicano (PCM)
y también conoció la cárcel en las Islas Marías “lo cual le dio tema para su
primera novela”, dice José Agustín en el prólogo de La palabra sagrada.

Como si se tratara de
causa–efecto podría decirse que  la
actividad política definió en cierta medida el estilo narrativo de Revueltas. Emmanuel Carballo dijo alguna
vez que su escritura era “horrorosamente bella”, quizá porque
sus temáticas y situaciones hablan de hechos trágicos y a la vez su
adjetivación (signo de mala escritura para muchos) resulta pertinente.

Yo creo que Revueltas cuando aplica
estas adjetivaciones más que nada lo que procura es mostrar la dificultad para
establecer lo complicado del lenguaje y como es preciso. Revueltas lo que nos
muestra es que siempre estamos en una lucha constante por hacernos oír y
hacernos entender, dijo Juan Manuel Mateo, investigador de la UNAM.
Su escritura se trata de un lenguaje
tallado en piedra,
nutrido de su propia resistencia, alimentado por la mirada
hacia los desposeídos, hacia las clases más bajas de la sociedad, al mismo
tiempo que representa un arma contra el dogmatismo, contra todo dogmatismo,
incluso el de algunos militantes comunistas, añadió Rolón.
En opinión de Mateo, Revueltas tenía
muy bien oído, recuperó el lenguaje que se emplean en la calle en la vida
diaria, tanto marginales como de los grupos intelectuales o políticos que aparecen
mucho en las novelas de Revueltas.

*
La primera novela de Revueltas fue Los muros de agua (1941), donde narra su
experiencia en la prisión del Pacífico. A esta pieza le siguió El luto humano, (1943) que lo hizo ganar
el Concurso Literario Latinoamericano.

A propósito de premios y el canon
literario, José Agustín narra en el prólogo de La palabra
sagrada 
que la elite literaria de los años 60 ninguneaba a Revueltas e
incluso dijeron que escribía muy mal, y en los años setenta él y otros
escritores trataron de darle su lugar en las letras ¿Cuánto tuvo
que pasar y qué para dignificar la obra de José Revueltas?
La generación de José Agustín leyó a
conciencia al novelista, dedicándole
horas de trabajo, clases, estudio y una serie de cosas que derivan de la
lectura y a partir de ese momento de esta generación de escritores hemos
empezado a leer con más conciencia a Revueltas.

Edición y periodismo




José se dedicó durante varios años al
periodismo. En 1942 se hizo cargo de las noticias policiacas en el periódico El Popular y más tarde escribió crónicas
como Visión del Paricutín (que podría
ser vista como antecedente del periodismo narrativo en México) y en ese
entonces sus textos eran señuelos de construir una obra sólida.
Revueltas hacia
ediciones con recursos propios y publicó varios folletos de ensayos financiados
por amigo. También es reconocido en el ámbito cinematográfico por ser guionista
de La casa chica, Perdida; adaptó el
cuento de Jack London “El mexicano”, así como las novelas Amor de una vida de Ladislao Bus
Fekete y Cantaclaro de Rómulo Gallegos, entre otras piezas.

Aunque, pese a no formar parte de la elite
literaria, (en palabras de José Agustín) fue una leyenda viviente por su
participación en la huelga de 1968, hecho que provocó su detención y encierro
en Lecumberri, donde nació El apando. “Su
celebridad venía de ser una persona honesta y desprendida, por su personalidad
y calidad literaria”, explicó Mateo.
La
narrativa poética y ensayística, el periodismo narrativo, la poesía reflexiva,
son parte de sus aportaciones a los géneros de escritura; como también tiene
contribuciones indispensables para seguir pensando la historia del marxismo en
México, nuestra dudosa democracia y la necesidad de la autogestión, agregó
Rolón.
En México no hay un escritor semejante
y si se quisiera establecer vasos comunicantes  y correspondencias
con otros literatos es con William Faulkner, Albert Camus o  Fiodor Dostoievski ¿Acaso Revueltas rompió
paradigmas y también adelantó estilos o géneros literarios?
Elba explicó que Salvador Novo llegó a elogiar el
capítulo VII de Los días terrenales,
comparándolo en méritos con la escritura de Proust. Su influencia de
Dostoievski ha sido varias veces reconocida, como parte de esa experiencia
trágica que rescata de Chestov: la necesidad de “ver la vida desde la muerte”,
de ubicar como objetivo del arte el no someterse a normas de escritura ni de
ningún tipo, a favor de la libertad, en todos los órdenes

    Para Mateo, no hay escritor  con
la intensidad, ni con la profundidad de Revueltas.
Quizá por eso  el novelista queda fuera de los contextos
literarios, difícilmente entra en antologías y cuando se trata de ensayo
literario Revueltas no aparece, de alguna manera Revueltas es único pero no
está solo.


      Citar a la leyenda, más fácil que
leerla
 A propósito de su pensamiento
político, posiblemente en  su texto México: una democracia
bárbara, 
previó el contexto sociopolítico actual, lo que sucede
con los gobernantes, la tragedia de la democracia, 
 entre otros
temas. ¿Qué nos dice decir su militancia de izquierda?
De estos textos político-filosóficos
destacan México: una democracia bárbara y
el Ensayo de un proletariado sin cabeza,
entre otros. Por desgracia, es vigente no sólo por su lucidez histórica,
también porque los problemas que señala no hemos logrado superarlos al día de
hoy. La violencia sobre los otros, la carencia de solidaridad y reconocimiento
en los más desprotegidos socialmente, la indignación ante la ceguera social y
el dogmatismo, así como la necesidad de sobrevivir desde una la libertad
interna, a pesar del odio y la indiferencia, explicó Elba.
Su incansable actividad política es
inseparable de su obra, pero también ha sido alimento de una leyenda biográfica
que muchas veces pesa sobre sus páginas, aseveró la investigadora.
    
“La resistencia en Revueltas, adquiere fuerza con el uso de la palabra y
su dominio, con una palabra que no puede entenderse ajena al compromiso
político, porque finalmente también es acción sobre el mundo o sobre la forma
de entenderlo”.
Ante la situación tan
crítica que padece el país, podríamos pensar que Revueltas estaría tres veces
indignado, ¿qué pensaría de los normalistas desaparecidos? ¿De la “Casa Blanca»?
¿De nuestras formas de entender la situación sociopolítica? ¿Qué pensaría del
Estado?

Me parece –abundó
Mateo- que tendríamos que ver el análisis político de Revueltas, ver si podemos
establecer estrategias para comprender lo que está pasando y la desgracia en la
que vivimos y hace falta teoría para poder cambiar de una manera más
permanente.
Es muy probable que nuestras prácticas políticas ya también sean
inoperables y Revueltas es una opción, no sólo para trasladar lo que dijo, sino
lo que leía en el fenómeno político para hacer análisis certeros. Creo que
Revueltas en ese sentido es actual y necesario.

No es fácil leerlo, porque exige
reflexión, porque no se pueden tratar sus temas como ajenos, porque nos habla
de lo humano y nos confronta con nuestra posición histórica.
Quizá por eso las
clasificaciones lo dejan aparte; sin embargo, leer a Revueltas hace falta por
la enseñanza crítica que contiene, porque si no lo consideramos, estamos
mutilando parte fundamental de nuestra historia, concluyó Sánchez Rolón.
Bibliografía
Enciclopedia de la Literatura Mexicana. http://elem.mx/autor/datos/2656
consultado el 19 de noviembre de 2014.
Revueltas, José. Las evocaciones requeridas. Tomo I.Era. México. 1987.
Revueltas, José. La palabra Sagrada. Era. México. 1999.

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