«Los encuentros después de media noche» inauguran el festival de cine Distrital.

  • González construye un filme que se presume con la máscara de lo erótico pero que al descubrirse muestra en su estructura la melancolía del deseo por ser parte de algo, de la pérdida, de las promesas que olvidan su sentido y del anhelo por mantener una relación viva a través del tiempo.

Por Nuria Ocaña


Ciudad de México, 03/ 06/14, (N22).- “Huele a sexo, hipotéticamente
aún”, dice el personaje de la doncella al inicio de la película, y es que el
filme de Yann González tiene un hilo conductor claramente trazado: el sexo.
Ali y Matthias son una pareja
particular. Matthias ha muerto y resucitado gracias al amor de Ali y, bajo una
especie de conjuro, Matthias vivirá sólo mientras ella mantenga su deseo vivo.
Entonces, con motivo de una orgía elegantemente organizada por la pareja y su doncella
travesti Udo, convocan a los personajes que la reunión requiere: la puta, el
macho, el adolescente y la estrella.
El discurso hedonista pierde
sentido. “Estamos solos, follamos solos. Cada quien busca su propio placer”,
dice uno de los personajes. Sin embargo, la soledad es la condición que todos
comparten e irónicamente, es el sexo aquello que los une de forma íntima y
sentimental más allá de una perversión carnal. Así, la noche enmarca la
atmósfera idónea para que cada personaje haga su presentación y a través de
ensoñaciones cuente su propia historia en donde no tiene cabida el placer sin
dolor.
González construye un filme que se
presume con la máscara de lo erótico pero que al descubrirse muestra en su
estructura la melancolía del deseo por ser parte de algo, de la pérdida, de las
promesas que olvidan su sentido y del anhelo por mantener una relación viva a
través del tiempo.
Las imágenes de la película,
hecha en 35mm, nos reconcilian con la década de los 70´s y los 80´s en su forma
más kitsch. El uso de la teatralidad,
la evocación y la contemplación ha provocado que la crítica cinematográfica señale
la evidente influencia en el director de Almodóvar, Bowie y toques de Pink Narcissus (1971) y The Rocky horror picture show (1975).
Finalmente, un tipo de gramófono
emocional para armonizar el especial encuentro. La música de la cinta corre a
cargo del grupo M83, banda de Anthony González, hermano del director, quienes
compartiendo las mismas influencias artísticas desde pequeños, logran un match casi perfecto.
Para consultar la cartelera del festival www.distrital.mx
Imagen: http://bit.ly/1l3g4fp
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