Pobreza, una desgracia en sí misma: José Woldenberg

  • En México hay tres niveles oficiales de pobreza: alimentaria, patrimonial y moderada

Por Karen Rivera
CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22).- 
La pobreza no promueve, no
indigna, no memoriza, aseguró el académico José Woldenberg durante su participación en el
coloquio “Los grandes Problemas Nacionales”, que organiza la UNAM, a través de
la Coordinación de Difusión Cultural y que se lleva a cabo en la sala Miguel
Covarrubias del Centro Cultural Universitario.
“Pobreza” fue el nombre de
la primera mesa de diálogo donde también participaron los especialistas Julio Boltvinik y Gerardo Esquivel.
Mundialización
de la pobreza

“Este es un país 80 20: 80
fregados, 20 bien. Algunos tan extraordinariamente bien que tenemos a uno de
los hombres más ricos del mundo viviendo aquí”, puntualizó el académico y
político mexicano Julio Boltvinik. Agregó que la pobreza no
sólo es nacional, sino global. “A nivel
mundial hay una concentración muy grande de la riqueza en el 1% de la
población contra el 99%”.
De acuerdo con el
investigador, son cuatro los  factores
que explican esta mundialización: la contrarrevolución de capital, que  desvalorizó la fuerza de trabajo; la automatización
de la producción, que llevó al fin de la
sociedad centrada en el trabajo pagado; las crisis cíclicas y la crisis actual; y el desmantelamiento de los
estados de bienestar agrarios en el tercer mundo. Estos elementos han actuado
críticamente en México.
“La  pobreza no es un fenómeno de poquitas
dimensiones que se pueda atender con cognados focalizados, es un problema que
afecta, al menos, a cuatro quintas partes de la población nacional y que
requiere un cambio de estrategia. Tan sólo durante el gobierno de  Felipe Calderón aumentaron 12 millones de
pobres”.
¿Qué
hacemos con los pobres?
Con esta pregunta inició su
participación el economista Gerardo Esquivel. “Es una cuestión difícil, pero
puramente humanitaria”, respondió.
En México hay tres niveles
oficiales de pobreza: alimentaria, patrimonial y moderada. “Ser pobre alimentario
quiere decir no tener un ingreso suficiente para adquirir la canasta básica y
no contar con los nutrientes mínimos saludables, es en otras palabras, ser un
pobre extremo”, aseguró el también investigador del Centro de Estudios
Económicos de El Colegio de México.
La pobreza patrimonial
implica, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo
Social (CONEVAL),  tener una
insuficiencia de ingresos disponibles para adquirir no sólo la canasta
alimentaria sino realizar gastos necesarios de salud, vivienda, transporte y
educación. En  el país  la mayoría de la población se encuentra en
esta condición.
Esquivel agregó que “en los
20 años que llevamos de contar con cifras oficiales, los índices de pobreza se
han quedado estancados. México ya no está en condiciones de seguir aguantando
estos niveles y parecemos ser incapaces de reducirlos”.
Pero, ¿cómo lograr reducirla?,
“Es importante pensar no sólo en buscar mecanismos de crecimiento, modificar la
taza de la política, incluyendo la política fiscal, y pensar en el enfoque de la política social,
porque sabemos dónde están los pobres extremos y están en condiciones
geográficas muy difíciles, muy peculiares, en las zonas rurales.
“El crecimiento económico
que hemos tenido en los últimos años ha sido bajo y no incluyente, se ha
concentrado en segmentos de la población que no están dentro de los grupos más
pobres. Necesitamos un crecimiento incluyente”, reconoció Esquivel.
Pobreza,
una desgracia en sí misma

La pobreza es una desgracia
en sí misma, sus derivaciones para la convivencia social y para la reproducción
de la democracia son dignas de tomarse en cuenta, aseguró José Woldenberg
durante el debate.
Agregó que la miseria sella
la vida de la mitad de la población y dibuja lo que somos como sociedad.  “Somos insensibles, no existen los resortes
necesarios para activar voluntades colectivas, políticas ambiciosas e iniciativas
de realizaciones no gubernamentales. Debería ser un asunto permanente de la
política mexicana, una discusión seria y extensa”. 
De acuerdo con el CONEVAL,
en México 53,3 millones de mexicanos viven en pobreza, de los cuales, más de 11
millones se encuentran en extrema pobreza. 

“La oceánica miseria resulta
más ofensiva porque está acompañada de tres agravantes: desigualdad, indiferencia
y defensa de privilegios. Nos hemos acostumbrado. La pobreza no promueve, no
indigna, no memoriza”, finalizó Woldenberg. .
Imagen: http://bit.ly/1tuPxug
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