«A la puta calle»: el despeñadero hacia la pobreza de Cristina Fallarás

  • La periodista aseguró que en este momento en España hay dos millones de familias en cuyas casas no entra nada

Por Irma Gallo

Distrito Federal, 30/04/14, (N22).- Mi obsesión es decir: «bien, quizá no tengo datos, tengo pequeños
datos, pero sí tengo mi experiencia». Salgamos a la calle y contemos:
«Hola, me llamo Cristina Fallarás y soy pobre. Puñeteramente pobre»,
dijo en entrevista Cristina Fallarás.
Para la escritora, el despeñadero hacia la
pobreza comenzó cuando, siendo subdirectora de un importante medio de
comunicación, y con ocho meses de embarazo, la despidieron. Esta experiencia la
motivó a escribir A la puta calle,
que presentará este 1 de mayo en el marco de la Feria Internacional del
Libro de Azcapotzalco que organiza la Brigada para Leer en Libertad.

“Pasaron cinco años, y
acabas perdiéndolo todo. Lo pierdes todo. Te echan en una crisis que ya no
puedes volver a trabajar, y yo perdí la casa. Entonces me echaron a la calle.
Me quitaron la casa y me quedé en la calle con mis dos hijos. Eso es un proceso
que en España han vivido millones de familias. Llegó un momento en el que cada
día se desahuciaban a entre 3 mil y 4 mil familias. Cada día”.

La periodista aseguró que
en este momento en España hay dos millones de familias en cuyas casas no entra
nada, y Cáritas ha informado que la pobreza infantil está por encima del 25%.
La pobreza radical infantil.
Ganadora del Premio
Dashiell Hammet de Novela Negra en 2011 con Las niñas perdidas, Cristina Fallarás quiso, con este
libro, hablar de la violencia contra la mujer en su país.
Según la escritora en ese
momento empezó a haber un recorte en los derechos y también se dio un nuevo
repunte de la violencia contra las mujeres, la cual “en España es bárbara”. Al
menos en lo que va de este año ya existe una cantidad de muertas, que se
compara al total del año pasado.

“Cuando te tienes que
ocupar de la pobreza, y de cómo han convertido a una población, en una población
no empobrecida, sino en miseria, porque el problema no es que la gente sea más
pobre, el problema es que la gente no tiene nada. Que no somos capaces de
ganarnos la vida. Cuando uno es pobre, es porque tiene que comprar cosas de
peor calidad, la ropa es de peor calidad, hay menos dinero en casa, pero el
problema no es que seamos más pobres, es que no hay nada, y entonces la reflexión
sobre la violencia casi es secundaria. Y eso me preocupa muchísimo”, finalizó. 

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