- Logró eso que buscan los directores de orquesta que buscan desaparecer para presentarte el original. Él lo logró.
Ciudad de México, México, 25/04/14, (N22).- Quienes mejor entendieron a Shakespeare fueron los mejores lectores de Shakespeare. Estoy pensando en Tchaikovski, lo entendió. Tú oyes La tempestad y escuchas las emociones, discurren las emociones. Escuchas cualquiera de las muchas partituras que hizo Tchaikovski, fue un enamorado de Shakespeare y estás escuchando todo el tiempo a Shakespeare. Logró eso que buscan los directores de orquesta que buscan desaparecer para presentarte el original. Él lo logró, comentó Pablo Espinosa, editor de Cultura, La Jornada.
Conocido como el Cisne de Avon, William Shakespeare, más
allá de capturar en sus piezas teatrales la naturaleza humana, codificó esos
dilemas en una musicalidad que ha sido escuchada por múltiples creadores a
través de las épocas.
allá de capturar en sus piezas teatrales la naturaleza humana, codificó esos
dilemas en una musicalidad que ha sido escuchada por múltiples creadores a
través de las épocas.
Pero el canto del cisne también adoptó otras sonoridades como en el caso del
una pieza de Prokofiev escrita en la segunda mitad de los años 30 del siglo XX.
una pieza de Prokofiev escrita en la segunda mitad de los años 30 del siglo XX.
“Otro gran lector de Shakespeare fue es Prokofiev. Su Romeo y Julieta es mi favorita, me parece que ni siquiera
Tchaikovski, que lo supo leer bien antes, no logra transmitir con esta
brutalidad esta intensidad… Brutalidad es la palabra porque, ya que lo estoy
comparando con el Romeo y Julieta de
Shakespeare, Shakespeare le pone miel y mermelada, no hay problema, el rococó
tiene miel y mermelada. Es su ingrediente natural. Prokofiev ni una gota de
azúcar.
Tchaikovski, que lo supo leer bien antes, no logra transmitir con esta
brutalidad esta intensidad… Brutalidad es la palabra porque, ya que lo estoy
comparando con el Romeo y Julieta de
Shakespeare, Shakespeare le pone miel y mermelada, no hay problema, el rococó
tiene miel y mermelada. Es su ingrediente natural. Prokofiev ni una gota de
azúcar.
A decir de pablo espinosa, la musicalidad del autor inglés habrá de tener una
especie de retorno a la imagen. No como simple acompañamiento fílmico en una de
las adaptaciones que hizo Peter Greenaway de La tormenta a la pantalla grande en 1991.
especie de retorno a la imagen. No como simple acompañamiento fílmico en una de
las adaptaciones que hizo Peter Greenaway de La tormenta a la pantalla grande en 1991.
“Si recordamos que el oído está casado con el ojo, Greenaway es otro de los grandes lectores en la historia
de William Shakespeare porque no necesitó poner música para Shakespeare. El
tradujo la musicalidad de la lengua, la musicalidad de las apariciones y
desapariciones en la musicalidad de sus secuencias fílmicas”.
de William Shakespeare porque no necesitó poner música para Shakespeare. El
tradujo la musicalidad de la lengua, la musicalidad de las apariciones y
desapariciones en la musicalidad de sus secuencias fílmicas”.
Imagen:http://bit.ly/1hvKUMv
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