El fracaso de un cuentista en el libro de Adrián Curiel Rivera

  • Blanco trópico es una novela de desaprendizaje sentimental, de  aventuras de la selva, pero el mismo humor es matizado, no es simplemente un humor paródico o sarcástico

Por
Víctor Gaspar
Distrito Federal, 10/04/14, (N22).- “En Blanco
trópico
nos encontramos con un adulto que va perdiendo los asideros y que
se está infantilizando cada vez más, al tiempo que tiene que enfrentar
responsabilidades de adulto. Tiene una esposa socialmente productiva, muy
exitosa, tiene un hijo de un año, viene otro en camino y se enfrenta a
situaciones como un entorno absolutamente extraño para él, el desempleo y la
necesidad de enfrentar sus responsabilidades desempeñándose en una profesión
que el fundamentalmente odia”, aseguró el escritor Adrián Curiel Rivera.
Luego
de prolongados viajes entre España y México, Juan Ramírez Gallardo y su joven
familia se establecen en Blanco Trópico, una isla paradisiaca y de clima
sofocante a mitad del atlántico. Su vida da un giro cuando la unidad académica
donde trabaja como economista le informa que prescindirá de sus servicios. Esta
es la trama del nuevo libro de  Adrián Curiel
Rivera.
En
medio de estos espejismos en un paraíso terrenal, el protagonista tendrá que
competir con una inescrupulosa compañera en un proyecto de sustentabilidad. Falta
así a su verdadera aspiración de ser cuentista y publicar un libro bajo el
título La garza ojona. El título que imagina es producto de un sueño en donde
la garza se posa en su cabeza para picotearlo.

Blanco trópico discurre por varios
registros. Es decir, es una novela de desaprendizaje sentimental como lo
mencioné, es una épica personal sin lugar a dudas y es una novela de  aventuras y es también una novela de la selva,
la atmósfera que he intentado que prime es una atmósfera humorística, pero el
mismo humor es matizado, no es simplemente un humor paródico o sarcástico”,
comentó.

Adrián
Curiel Rivera, doctor en Literatura Hispánica, reconoció referentes
intertextuales en Blanco trópico a un
cuento de Phillip K. Dick titulado Laberinto
de muerte
. La novela de la selva es otro de los gustos del catedrático y
pone como ejemplo La vorágine del colombiano José Eustacio Rivera, y La casa verde de Mario Vargas Llosa.

“Es
también una novela sobre eso, sobre la forma en cómo la sociedad excluye a los
adultos, con la injusticia de que sin mayores miramientos, alguien pueda perder
todo repentinamente y que no es una cuestión que dependa de sus méritos, sino
que es una cuestión meramente ingobernable desde el punto de vista de su
voluntad, algo que cae como una maldición bíblica”, finalizó el escritor. 

Blanco Trópico aparece bajo el sello Alfaguara.
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