- “De manera que todo este ambiente republicano, que todos llaman de los años 30, hubo mucha inteligencia mexicana que trabajó relaciones culturales que más tarde se tradujeron”: José Francisco Mejía
- “Hay una anécdota que se recuerda en donde le dicen al general que si no acoge a estos refugiados Argentina los va a ganar. De manera que es México quien hace frente a esta solidaria nación”
La historia de México y España se sigue escribiendo. Hace 75 años el general Francisco Franco derrotó al gobierno libertario de la República española. Poco tiempo atrás el buque inglés Sinaia había transportado a peregrinos musulmanes a La Meca, en la actualidad este barco es un icono del exilio español que se vivió en 1939 y que exactamente el 13 de junio desembarcó a más o menos mil 620 republicanos en el puerto de Veracruz, quienes habían viajado por 19 días desde el muelle de Séte, Francia.
“México se enriqueció con esta ola porque llegaron filósofos, médicos, investigadores, científicos, escritores, pintores, músicos. La historia se estaba dando y en México se hacían búsquedas para un nacionalismo, el cual ayudó para entender nuestras raíces, además se enriqueció con esta ola de pensadores y eso provocó una acogida por parte de las instituciones académicas muy importantes en este exilio”, afirmó para AgenciaN22, José Francisco Mejía*, editor del libro 1945, entre la euforia y la esperanza: el México posrevolucionario y el exilio republicano español.
El título, editado por la Biblioteca de la Cátedra del Exilio, es un estudio que compila a varios autores que trabajan en el tema del México posrevolucionario, la conexión con el exilio y cuáles eran las circunstancias político-sociales que se vivían en ese momento. Para la representante de la UNAM en la Cátedra del Exilio Español, Mari Carmen Serra Puche**, la relación de estos países es una ideología liberal republicana y democrática, cuyo pensamiento se opone al avance del fascismo a nivel internacional.
“Corría el mandato del general Lázaro Cárdenas cuando se asistió a un periodo de cofraternidad con la República española”. Pero las ligas entre revolucionarios mexicanos y republicanos españoles datan de los años 20, explicó Mejía Flores: es importante recordar que en España estuvieron grandes intelectuales mexicanos que cosecharon buenas relaciones con la inteligencia de ese momento, entre ellos se encuentran Alfonso Reyes, Jaime Torres Bodet y Enrique González Martínez. “De manera que todo este ambiente republicano, que todos llaman de los años 30, hubo mucha inteligencia mexicana que trabajó relaciones culturales que más tarde se tradujeron”.
Aportes de la comunidad española a la mexicana
El espíritu de la Revolución mexicana se reforzó en la década de 1930. Con la llegada de los españoles se crearon escuelas, corrientes de pensamiento, pero también existió una parte conservadora de la derecha mexicana que rechazó las nuevas ideas.
Dos años antes de que arribara el buque inglés al puerto de Veracruz cerca de 500 niños, entre catalanes y valencianos, llegaron en una primera emigración que comandaba la esposa del general Lázaro Cárdenas. A ellos con el tiempo se les dio el nombre de los Niños de Morelia, debido a que fueron ubicados en la capital de Michoacán.
Según Mejía Flores, en el 38 llegó un grupo de intelectuales que huían de la guerra, el presidente, aconsejado por Daniel Cosío Villegas, quien en ese momento era el encargado de negocios en la delegación de México en Portugal, abrió las puertas a la comunidad española. “Hay una anécdota que se recuerda en donde le dicen al general que si no acoge a estos refugiados Argentina los va a ganar. De manera que es México quien hace frente a esta solidaria nación”.
Los intelectuales que llegaron al país forjaron La Casa de España, institución que más tarde dio forma a El Colegio de México. Aunque no toda la inteligencia española llegó a nuestro país, el general Lázaro Cárdenas creó un instituto para ellos, ya que, apunta el historiador Javier Garciadiego, en entrevista con el periódico La Crónica, el sistema educativo mexicano estaba muy retrasado y muy lastimado, “con la llegada de los españoles de primer nivel se aportaría una base importante para la educación superior”.
Entre ellos viajaron Pedro Garfias, Tomás Segovia, Ramón Xirau, José Gaos, Eduardo Nicol, Adolfo Sánchez Vázquez, Julio Mayo, Manuel Andújar y Benjamín Jarnés, este viaje no sólo fue de intelectuales, también llegaron mineros, agricultores, albañiles, abogados, comerciantes y médicos.
“Precisamente los vínculos entre México y España siempre han sido muy fuertes. A parte se facilitó la venida a México y fue el país más abierto a la llegada. Sin embargo, mucha gente antes llegaba al país buscando trabajo, los gachupines que vinieron a trabajar y crear industrias, son un ejemplo”, afirmó la encargada de la Cátedra del Exilio.
¿Un error español?
En realidad los que perdieron fueron los españoles, asegura Serra Puche y continua, “en España se olvidó completamente. Durante el franquismo estuvo totalmente oculto, es más, se sabe más del exilio en México que en España, porque estuvo totalmente vetado, se les tachó de rateros, criminales, rojos. Las generaciones jóvenes pocos saben de esto”.
El 1 de abril de 1939 una guerra de casi mil días había terminado. Franco ganó porque tenía las mejores tropas, la victoria incondicional de Francisco inauguró la última de las dictaduras que se establecieron en Europa antes de la Segunda Guerra Mundial. Esta dictadura, como la de Hitler y Mussolini, se apoyó en el rechazo de amplios sectores de la sociedad a la democracia liberal y a la revolución.
A 75 años de este hecho, “la mejor manera de conmemorar un evento de esta trascendencia es investigándolo. Ésta es una de las maneras de seguir aprendiendo. Más allá de toda la mitificación que existe hay que presentar documentos académicos”, puntualizó Francisco Mejía.
Ante esta situación, los editores del libro 1945, entre la euforia y la esperanza: el México posrevolucionario y el exilio republicano español concluyen que en el texto se encontrarán este tipo de ensayos, cuyos temas en México sí se han estudiado por parte de investigadores exiliados. “No es que se haya idealizado, es que estuvo apagado.
“En el libro hay una postura de la actitud de la Unión Nacional Sinarquista hacia Franco. En el año 1945 Franco ya no está aliado con el nazi-fascismo, al contrario, está ya esperando el apoyo de Inglaterra y de Estados Unidos. Pero en el año 39 sí, sí se adoptan mucho los modos del franquismo y sobre todo recordemos que se distingue por su ideal hispanista”, finalizó José Francisco Mejía.
1945 fue un año crucial: el final de la Segunda Guerra Mundial y la muerte de Roosevelt fueron episodios de la historia mundial, en México es el periodo en donde se gesta el bando civilista de la Revolución mexicana, pero para los españoles representa un triunfo: gracias por el apoyo brindado por el gobierno de Manuel Ávila Camacho los refugiados lograron que el gobierno de Franco quedara fuera de las Naciones Unidas y que el régimen fuera sancionado por su complicidad con el derrotado nazi-fascismo.
*José Francisco Mejía Flores, becario posdoctoral en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM, colaborador de la representación de la UNAM en la Cátedra del Exilio Español, maestro y doctor en historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
**Mari Carmen Serra Puche, doctora en antropología por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, investigadora titular “C” del Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM, encargada de la Cátedra del Exilio Español.
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