El Capo de «narco» como símbolo cultural

*Jóvenes sin oportunidad de trabajo o estudios preferían iniciarse en los grupos criminales para tener movilidad social




*»Difícilmente tendremos una figura distinta, más poderosa que un narco, incluso mas allá de los políticos”: Gerardo Palomar Méndez, ITESM


Por Alizbeth Mercado


CIUDAD
DE MÉXICO, México, (N22).-

Los Capos se convierten en
símbolos por esta necesidad del mexicano de poseer bienes, de tener poder, de
una serie de cosas que van alrededor de lo que significa un Capo y la gente la
verdad quiere imitar esa riqueza poder, ultraje a la legalidad, esa temeridad a
las autoridades y lo que circunscribe a un Capo, explicó para AgenciaN22 el académico del ITESM, Gerardo
Palomar Méndez*.
El
Chapo” es considerado “el mayor capo de todos los tiempos”, según un alto
oficial de la Agencia anti drogas de Estados Unidos, DEA (por sus siglas en
inglés) y el Washington Post. Sea
cierta o no esta sentencia, lo real es que su figura traza
la historia del narcotráfico en México.
Los Capos se tipificaron por
primera vez en 1863 en la obra Los
mafiosos de la Vicaría
escrita por Giussepe Rizotto, quien también  acuñó el término mafia. Los personajes inspiraron
el calificativo mafioso para el hombre
fuerte, rebelde, que impone su voluntad a cualquier costo.
Para muchos, las palabras
Capo y «Narco» significan lo mismo y se piensa que operan de forma similar, pero no es
así. Los Capos se mueven en un ambiente familiar donde el respeto es el eje
rector del grupo criminal, mientras que un narco “es cualquiera que
comercializa con droga ilegal y Capo se utiliza para quien además de
comercializar la droga tiene muchas más ventajas competitivas en relación con el mercado, son las cabezas de estas células de narcotráfico”.
Otra diferencia es que las
mafias persisten por periodos prolongados, los cárteles latinoamericanos no tienen permanencia y en muchos casos se
disuelve una vez aprehendido o muerto el jefe.
**
Desde el sexenio pasado la
imagen de los narcotraficantes se asoció al poder y el dinero adquirido de
manera sencilla, aunque el costo era la muerte. Jóvenes sin oportunidad de
trabajo o estudios preferían iniciarse en los grupos criminales para tener
movilidad socia
l.

Si los cárteles llegan donde
el gobierno no está presente y los medios de comunicación los presentan como
símbolos o iconos, entonces los espectadores percibirán a estos personajes como
modelos a seguir “y la gente está ávida de eso y más en un país con tanta
pobreza como éste”.
En este caso lo que viven
los capos es de las esperanzas de la gente. Ya lo vimos en múltiples documentales
de Pablo Escobar, dio a la gente colonias,
casa, agua, alcantarillado, luz, lo que ellos no podían tener. Son personas que
viven muy agradecidas, en el norte del país sucede mucho. Los capos mandan
juguetes, apoyan a las madres en desgracia, muchas causas que el gobierno no procura
en el lado social, con eso se gana la lealtad de la gente que sin ellos no
tendrían nada, explicó Méndez.
***
En opinión de Palomar, la
fama de los capos, se trata de una cuestión mediática.
“Afortunadamente ya hay campañas de concientización y todas las historias que salen al final
llevan a la desgracia, muchos muertos, pérdida de familiares, amigos e incluso
del capo. Como se dice en ese medio ‘no conoceremos capo viejo’, todos están
muertos o en la cárcel”.
Cada vez que se atrapa a un
capo, los medios lo convierten en el centro de atención. Esto llega hasta la
industria del entretenimiento, que tiempo después creará series, canciones,
telenovelas sobre el personaje. Mientras tanto, el discurso oficial le dice a
la opinión pública que con la detención se cortarán actos criminales del grupo
al que pertenece el capo, sin embargo:
El hecho de que detengan a
una persona no detiene el tráfico, de influencias o de narcóticos.
No significa
que terminen las operaciones de un grupo; creo que la forma de detener este
sistema es frenar el lavado de dinero, cortar el flujo económico que es lo
atractivo para ellos y para quien lo percibe como ejemplo.
****
Ver a los capos como símbolos
de poder y riqueza es, en palabras de Méndez, “peligrosísimo”
. Debido al
carácter simbólico de los capos, no hay ejemplo más famoso para la juventud
carente de oportunidades y criterio. 
“Creo que sí, no hay otro
ejemplo, no veo que  ningún niño o joven
quiera ser otra cosa que narco para tener ese poder y dinero por la vía fácil,
difícilmente tendremos una figura distinta, más poderosa que un narco, incluso
mas allá de los políticos”
, concluyó.
*Académico del ITESM,
Director de Programa de la Licenciatura en Derecho (LED), Licenciatura en
Derecho y Finanzas (LDF), Licenciatura en Derecho y Economía (LDC),
Licenciatura en Derecho y Ciencia Política (LDP)

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