- Está empezando a resurgir desde la comunidad chicana, porque las personas sienten que no son admitidos, se identifican con los corridos porque con ellos regresan a una parte de su pasado
Por Alizbeth Mercado
@alizbeat
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En opinión de la escritora Erma Cárdenas, al principio el corrido tenía un fin de denuncia política, en tiempos de Maximiliano por ejemplo. Luego hubo una pausa y nació el corrido de la Revolución, este fue un medio de dar a conocer las noticias, se quedaba en la memoria de la gente.
“Las aventuras juegan un papel importante porque cuentan la muerte, casi siempre muere el campesino, quedan historias y todo esto se plasma en el corrido. La letra se vuelve hermosa. En la ciudad el corrido está casi extinto, en el ámbito rural no ha muerto”.
Voy a contarles un corrido, dice Erma en el título de su nuevo texto. Un compendio de cuentos basados en corridos como el de “Rosita Alvirez”, “Juan Charrasqueado”, “La muerte de Emiliano Zapata”, “La Banda del Carro Rojo”, entre otros.
Al principio su abuela le contaba los corridos, después ella los pensó como crónicas y al final se convirtieron en relatos breves, “me habló de ‘Los Revoltosos’, entonces comparé y pensé que se trataba de Juan Charrasqueado e hice pequeños cambios en los recuerdos de mi infancia”.
Los corridos se desarrollaron en el siglo XVIII como forma de protesta política y su estructura se basa en el Romance español, forma narrativa que desarrolla una anécdota, la cual siempre lleva una moraleja.
En el año que corre “está empezando a resurgir desde la comunidad chicana, porque las personas sienten que no son admitidos, se identifican con los corridos porque con ellos regresan a una parte de su pasado, a su pasado con ellos, los corridos está resurgiendo”.
Hay distintas vertientes de los corridos como la Valona, el Son Arribeño y el chicano cantado en spanglish. Existe otro tipo que tomó popularidad el siglo pasado, se trata de narcocorrido.
La llegada de las letras que hacen alusión al crimen organizado, merman en opinión de Cárdenas, la calidad de los corridos tradicionales. “Por otra parte hay un desprecio al corrido porque el narco paga a los cantantes y son ególatras, cuando en realidad el trovador nunca hubiera hecho eso y se vuelve un ciclo comercial, no dan conocer hazañas sino escusas para justificar las acciones de los narcos. La métrica se rompe porque no tienen una intención literaria”.
Entonces, si los corridos ahora son un objeto mercantil ¿dónde queda la intención de denuncia social y el descontento de la opinión pública?
“Por lo menos en el corrido la gente tiene tanto miedo de despertar la violencia del narco, porque no pueden denunciarlos y el anonimato no los cubre, las personas terminan sabiendo quién lo escribió entonces nadie hará un corrido contra el narcotráfico, pero eso no es el corazón del pueblo, es un comercio, ya no hay denuncia que salga del pueblo”.
Los personajes de los corridos enseñan moralejas que desaparecieron con el narcocorrido. Quien comete una trasgresión moral debe terminar muriendo, por ejemplo las adulteras mueren porque la mata el marido, esto pasa al desobedecer, existe la moraleja para crear miedo y que la sociedad tuviera cierta coherencia, aseguró Erma.
Las historias del corrido parecieran ser una despedida. En su narrativa se advierte el final, la muerte de un personaje, se lee el adiós de sus aventuras y a su vida licenciosa o heroica, según sea el caso.
“Los corridos parecen despedidas porque son como un recuerdo del muerto que dice, la eternidad es el recuerdo para que la persona siga viva en la memoria, para que no se vaya”.
El libro suma 17 cuentos que pueden cantarse y leerse. Detrás de cada relato se encuentra el corrido original. La intención de Erma es rescatar esta forma de tradición oral, ya que está perdiendo su fuerza original.
“Me daría tristeza que el género despareciera pero quizá sea la historia. Por ejemplo las canciones de música infantil están desapareciendo con los nuevos programas educativos. No veo en el futuro al corrido”, concluyó.
Voy a contarles un corrido es una edición de Textofilia.
Erma Cárdenas (Washington DC, 1945) es guionista y traductora. Tiempos de culpa obtuvo el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero 2006. La novela Reflejo obtuvo el premio Instituto Mexiquense de Cultura 2011. Es autora también de El canto de la serpiente, Mi Vasallo más fiel, Como yo te he querido y Caterina Da Vinci.
Entre sus cuentos destacan los títulos Las revoltosas, Los revoltosos y otras metiches y Los revoltosos.
Imagen:http://bit.ly/2djb6iY
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