- Enfrentar los demonios de la violencia es el objetivo primordial del performance de la Pocha Nostra
GUANAJUATO, México, 22/10/13, (N22).-
Después de un largo período de recuperación tras una enfermedad poco común, el artista del performance Guillermo Gómez-Peña regresa al Festival Cervantino casi 10 años después, al mismo espacio de la Universidad de Guanajuato. De nuevo con su equipo de la Pocha Nostra, pero con otros artistas.
«Una acción muy potente, vengo con algunos de los mejores integrantes de mi tropa, y además hemos incorporado artistas jóvenes de Guanajuato, es parte de nuestras praxis pedagógica. Es una obra que trata temas muy delicados, muy hardcore, digamos, pero afortunadamente el humor nos salva», aseguró Gómez Peña.
Con un equipo de 25 personas, la acción performática duró cerca de una hora y media, no tuvo libreto, no hubo ensayos, su estructura fue abierta donde el público participó en el destino de la obra.
«A crear imágenes vivientes que articulan, de una manera simbólica, la gran crisis de nuestro país, la cultural de la violencia, la política del cuerpo, la poética de la migración y del lenguaje. Y de alguna manera pensamos que es una especie de acto psicomágico en contra de la violencia».
Enfrentar los demonios de la violencia es el objetivo primordial del performance de la Pocha Nostra, donde había imágenes que como guiños, recordaban instantes de otros trabajos que en el pasado ha caracterizado a la compañía de Guillermo Gómez-Peña.
Por seis meses duró la recuperación de Gómez-Peña, después de una enfermedad que paralizó su cuerpo y que, de alguna manera, hoy lo tiene más combativo.
«Mientras más ruco estoy, más deseos tengo de transgredir, de experimentar los límites, de hacer las preguntas incómodas que en otros terrenos no se están haciendo y sobre todo me interesa hacerlo en diálogo con otros artistas».
El performance, que forma parte de las actividades plásticas del Festival Cervantino, es por un lado un proceso creativo que incorpora a artistas jóvenes; y por el otro, ha invitado al público a que tome decisiones estéticas durante la obra, decisiones de carácter ético y político. Esa es la democracia radical que propone Gómez-Peña con la Pocha Nostra.